Para algunas personas, vivir dentro de la cabeza, perdidos dentro de nuestros pensamientos, puede ser una distracción continua que causa estragos en nuestra vida. La mayoría de las personas que pasan una gran cantidad de tiempo soñando despierto y fantaseando a menudo prestan poca atención al mundo fuera de su cabeza. Desafortunadamente, la mayoría de las personas que viven dentro de su cabeza ni siquiera se dan cuenta de la frecuencia con la que se involucran en viajes mentales hasta que se les llama la atención. Por lo general, cuando somos jóvenes y nos perdemos en nuestros pensamientos, se nos etiqueta como soñadores o alguna otra palabra que sugiera una elección consciente de alejarnos emocionalmente del mundo exterior. Sin embargo, para muchos de nosotros que vivimos la mayor parte de nuestras vidas en nuestra cabeza, no elegimos preocuparnos internamente. Más bien, escapar internamente se ha convertido en un mecanismo de defensa para abordar cosas, eventos o personas que encontramos desagradables o angustiantes. No es raro que las personas que viven dentro de su cabeza se sientan aisladas de su mundo físico, observando cómo sucede sin ellos sin comprometerse por completo con él.
El trauma y la ansiedad del pasado pueden servir como correlatos positivos para las personas que luchan con problemas de evitación. Todos lidiamos con los problemas y desafíos de manera diferente, es decir, algunos elegimos enfrentarlos de frente, algunos reaccionamos impulsivamente, algunos culpamos a otros por nuestros problemas, otros se ven tan negativamente afectados por los desafíos que se retiran internamente. Sentirse socialmente incómodo, la timidez y evitar cosas que nos parecen extremadamente desagradables pueden llevarnos a un camino de evitación. Al crear y mantener un mundo interno, tenemos la oportunidad de hacer ajustes, eliminar cosas y personas que consideramos desagradables. Este entorno interno nos permite tener un control constante de todo y de todos en nuestro mundo, un control que normalmente no se extiende a nuestro entorno físico.
6 Las consecuencias de vivir dentro de tu cabeza incluyen:
- Perdiendo la noción del tiempo
- Limitar o prevenir su capacidad para conectarse verdaderamente con otra persona.
- Retiros internos que pueden ocurrir en momentos en los que se requiere estar mentalmente presente
- Construir y mantener relaciones románticas puede ser extremadamente difícil.
- Podemos emitir un aire de ser egocéntricos o egoístas sin tener en cuenta a los demás.
- Pasar mucho tiempo dentro de nuestra cabeza puede hacer que las cosas y las personas que nos rodean parezcan irreales
Vivir dentro de nuestra cabeza es el equivalente a ver una película en una pantalla grande. Vivir dentro de nuestra cabeza nos permite asumir un papel de espectador. Este rol nos permite ver a otros participar y verse alterados por las experiencias y los desafíos de la vida, mientras que nosotros nunca nos involucramos realmente. Al mirar en lugar de interactuar, reducimos la probabilidad de exposición a cosas que encontramos angustiosas o desagradables. También limitamos nuestras posibilidades de exponer nuestras vulnerabilidades a los demás, limitando lo que suponemos que son nuestras posibilidades de ser lastimados. En un esfuerzo por interactuar tanto con los demás como con el mundo que nos rodea, debes aprender a estar presente.
6 consejos útiles que pueden aumentar nuestra probabilidad de estar y permanecer presentes:
- Tome una respiración profunda de limpieza
- Comience a ser consciente de los tiempos, las personas y los eventos que conducen al retraimiento interno.
- Toma nota de la frecuencia y el tiempo que tiendes a fantasear.
- Emplear la detención del pensamiento o la redirección a través de
- Identifique lo que está sintiendo y por qué puede sentirse de esta manera, es decir, de lo que está tratando de escapar.
- Identifique opciones adicionales para lidiar con aquello de lo que está tratando de escapar en lugar de intentar evitarlas por completo.