Una nueva investigación sugiere que la vitamina D beneficia a los niños con autismo

En 2008, el Dr. John Cannell, MD, fundador del Vitamin D Council, publicó el primer artículo que sugiere una relación entre un nivel bajo de vitamina D y un mayor riesgo de autismo. Creó su hipótesis basándose en los datos que ilustraban una mayor prevalencia del autismo en las regiones con mayor nubosidad y precipitaciones. Hasta ahora sólo los estudios observacionales habían confirmado su hipótesis.

En un estudio innovador, los investigadores demostraron que la suplementación con vitamina D reduce los síntomas del autismo entre los niños.

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La vitamina D juega un papel esencial en el neurodesarrollo y la regulación genética. Más de 2700 genes contienen receptores de vitamina D y la vitamina D regula la expresión de más de 200 genes. Además, la deficiencia de vitamina D durante el embarazo se asocia con efectos adversos para el bebé, incluido un mayor riesgo de autismo. Esta evidencia llevó a los investigadores a realizar recientemente un ensayo controlado aleatorio (ECA), el estándar de oro de la investigación, para evaluar los efectos de la suplementación con vitamina D sobre el autismo en niños.

El ECA estuvo formado por 109 niños con trastorno del espectro autista (TEA), de edades de tres a diez años. La mitad de los niños fueron asignados al azar para recibir una dosis diaria de vitamina D de 300 UI por kg de peso corporal, equivalente a 136 UI por libra, pero no superior a 5000 UI diarias. La otra mitad recibió una pastilla de placebo diaria. El experimento duró un total de cuatro meses.

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Los investigadores evaluaron los niveles de vitamina D, la gravedad del autismo y la madurez social de los niños al principio y al final del estudio.

Después de cuatro meses, la suplementación con vitamina D mejoró significativamente las manifestaciones centrales del TEA, que incluyen irritabilidad, hiperactividad, retraimiento social, comportamiento estereotipado y habla inapropiada. El grupo de placebo no experimentó ninguna mejora significativa.

Además, los niños que recibieron suplementos de vitamina D experimentaron una mayor conciencia cognitiva, conciencia social y cognición social en comparación con aquellos que solo recibieron el placebo. La suplementación con vitamina D disminuyó significativamente los movimientos repetitivos de las manos, los ruidos aleatorios, los saltos y los intereses restringidos.

Los investigadores concluyeron: «Este estudio es el primer ECA doble ciego que demuestra la eficacia de la vitamina D3 en pacientes con TEA… La suplementación oral con vitamina D puede mejorar de forma segura los signos y síntomas del TEA y podría recomendarse para niños con TEA».

El estudio también mencionó que el régimen de suplementación fue bien tolerado entre los niños. Sólo cinco niños experimentaron efectos secundarios menores durante el período de cuatro meses del estudio, como erupciones cutáneas, picazón y diarrea.

El estudio presenta hallazgos prometedores; sin embargo, los investigadores recordaron a los lectores que el estudio consistió en un número relativamente pequeño de pacientes y que se necesitan más estudios para confirmar la eficacia de la vitamina D en el TEA.

Fuente

Saad, K. y col. Ensayo controlado aleatorio de suplementación con vitamina D en niños con trastorno del espectro autista. Revista de Psicología y Psiquiatría Infantil, 2016.

Este artículo apareció en Número 59 – Principales estrategias, terapias y tratamientos para el autismo

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