Ulama: El juego de pelota precolombino sobrevive hoy
Estamos muy agradecidos con el Dr. Manuel Aguilar-Moreno, miembro del Panel de Expertos, Profesor de Historia del Arte en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles, por permitirnos subir aquí nuestra versión abreviada de su excelente artículo con el mismo título que apareció en el Summer edición de 2016 de indio americanorevista del Museo Nacional del Indio Americano (vol. 17, no. 2).
Foto 1: Antonio Velarde, alias ‘El Gallo’, que jugó en el juego de exhibición de Ulama en los Juegos Olímpicos de 1968, muestra su equipo de Ulama (Haga clic en la imagen para ampliar)
En el primer día de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México, el 12 de octubre de 1968, millones de espectadores asombrados en todo el mundo vieron un juego de pelota de exhibición único conocido como Ulama. El juego, en el que se golpea la pelota con la cadera, es una supervivencia del juego precolombino. Ullamaliztli, que fue popular entre los mayas y los aztecas. Hoy, Ulama está al borde de la extinción. Solo se practica en cuatro pequeños pueblos del estado de Sinaloa en México.
El juego de pelota tiene una historia de aproximadamente 3500 años (considerando el reciente descubrimiento del juego de pelota preclásico de Paso de la Amada en Chiapas), y en total se han localizado alrededor de 2000 juegos de pelota en Mesoamérica.
Foto 2: El juego de pelota de Xochicalco (Click en la imagen para ampliar)
Los estudiosos han asignado diversas funciones y significados al juego: un portal al inframundo, un escenario para recrear batallas cósmicas entre cuerpos celestes, rituales de fertilidad, ceremonias de guerra, afirmación política de la realeza, un escenario para sacrificios humanos, etc.
Pero luego de analizar la similitud de diversos patrones constructivos y estilos de juego, se puede afirmar que el juego de pelota fue una actividad panmesoamericana ligada a una cosmología común a todos los pueblos de la región.
Foto 3: Equipo del Proyecto Ulama en Sinaloa durante la temporada 2006 (María Ramos, Javier Cordon, Dianna Santillano, Luis Ramirez y Dr. Manuel Aguilar-Moreno) (Click en la imagen para ampliar)
El antropólogo Ted Leyenaar escribió en 1978 sobre el riesgo de extinción de Ulama. Tenía claro que si Ulama desaparecía, perderíamos el deporte de equipo más antiguo del mundo. Así que en 2003, con el apoyo de la Sociedad Histórica de Mazatlán y una subvención de la Universidad Estatal de California, Los Ángeles, organicé el Proyecto Ulama 2003–2013, un programa de investigación interdisciplinario que incluyó a ocho estudiantes de Cal State LA para investigar el estado actual de Ulama.
Foto 4: Partido entre La Savila y La Mora Escarbada (Click en la imagen para ampliar)
Entre los temas a estudiar estuvieron la filosofía y simbolismo del juego de pelota mesoamericano, el redescubrimiento del juego de pelota de goma en el siglo XX, la historia del juego de pelota desde los olmecas hasta el Sinaloa moderno, la pervivencia de creencias y prácticas religiosas en Ulama, la lingüística de Ulama, las reglas, la puntuación del juego, el papel del gusto (juego de pelota, de la palabra azteca tlachtli) dentro del escenario social actual, las implicancias de la producción de pelotas de hule, el significado del atuendo del juego de pelota mesoamericano a lo largo de la historia, los héroes de Ulama, los “dueños” del juego, el rol de la mujer en el juego y la diversas fuentes documentales primarias sobre Ulama.
Foto 5: Ulama de cadera (Click en la imagen para agrandar)
De las versiones sobrevivientes del juego que elegimos estudiar Ulama de cadera – se juega con una pelota de unos ocho o nueve kilos y se golpea con la cadera o la parte superior del muslo, y se encuentra en el sur del estado de Sinaloa, en los alrededores de Maztlán – porque está en peligro de extinción y parece ser la forma más relacionada con las descripciones etnohistóricas del juego azteca Ullamaliztli.
Foto 6: Equipo de Los Llanitos ataviados con sus ‘fajados’ (Click en la imagen para ampliar)
El antiguo juego de pelota mesoamericano se describe con frecuencia como si tuviera connotaciones rituales o religiosas. Nuestras investigaciones etnográficas recolectaron una gran cantidad de evidencia que sugiere que este patrón sobrevivió, pero se transfirió a la celebración de los días de los santos cristianos y se mantuvo hasta un pasado muy reciente.
Hasta hace poco, Ulama se tocaba en Los Llanitos en la mañana antes de las fiestas. Fito Páez dijo que cuando era adolescente a fines de los años sesenta y principios de los setenta, solía jugar el juego cada vez que había una fiesta. En la misma época, Antonio Velarde “El Gallo” (quien participó en el histórico juego de Ulama en las Olimpiadas de 1968) afirmó: “Todos los 24 de junio, día de San Juan Bautista, patrón de Villa Unión, se celebraba y el juego era parte de las celebraciones. De la misma manera, en otros pueblos siempre que celebraban a sus santos patronos hacían el juego”.
Foto 7: Jugadores de pelota llevados a Europa por Hernán Cortés (Weiditz, 1529) (Click en la imagen para ampliar)
La similitud del juego moderno con su contraparte antigua es evidente de inmediato en la vestimenta de los jugadores. El atuendo, llamado fajado, consta de tres partes. El primero, llamado el gamuza, es una pieza de cuero o tela que se usa como taparrabos; es similar al vestido antiguo que se muestra en la pintura de Weiditz de 1529 de jugadores de pelota aztecas llevados a Europa por Hernán Cortés (foto 7). En Los Llanitos, el gamuza se supone que está hecho de piel de venado. (Hoy en día está prohibido cazar ciervos, por lo que se utiliza piel de vaca o cabra). El segundo elemento de la fajado es el chimali o chimale, un cinturón de cuero de aproximadamente dos pulgadas de ancho que se ajusta alrededor de las nalgas y el área de la cintura para mantener las nalgas apretadas y evitar lesiones. El nombre parece derivar de la palabra náhuatl chimalli que significa «escudo» o «protección».
Foto 8: Las cuatro piezas del ‘fajado’ (L); el ‘fajado’ completo colocado (R) (Click en la imagen para ampliar)
La tercera pieza, un cinturón de tela (fajas), sostiene el gamuza juntos y tensa el área del estómago, brindando protección adicional. Se sabe que los jugadores envuelven secciones de neumáticos de automóviles debajo del chimali para protección adicional. La cuarta pieza se llama bota y es un trozo de cuero que algunos jugadores usan debajo del gamuza para absorber el impacto. Cuando no está en uso, el fajado está cuidadosamente envuelto y colgado de las vigas de la casa de una manera que parece ser idéntica a la descrita para los aztecas por Fray Diego Durán en su siglo XVI historia de las indias o en el Popol Vuh para los Héroes Gemelos.
Foto 9: ‘Gusto’ durante un partido en La Mora Escarbada (Click en la imagen para ampliar)
Ulama se juega en un campo, llamado gusto, aproximadamente 225 pies de largo y 13 pies de ancho. los gusto se divide en dos mitades por una línea llamada analco, término que aparece en las crónicas coloniales. En Los Llanitos, esta línea está marcada por dos piedras enterradas a cada lado del gusto. Líneas paralelas que corren a lo largo del gusto marcar los límites en cada lado. Finalmente, las líneas finales se conocen como chichis. El tamaño de los equipos puede variar, pero generalmente es entre tres y cinco. El juego comienza con un lado lanzando un servicio alto (hombre arriba) a través de analco o haciendo rodar la pelota a través de (macho abajo). El tipo de saque cambia según el marcador. Puntos o rayas se anotan cuando un equipo no devuelve el balón más allá del analco o cuando la pelota pasa la línea de fondo del oponente. El primer equipo en anotar ocho rayas gana
Foto 10: Pase de balón por encima del ‘analco’ (Click en la imagen para ampliar)
Las reglas de Ulama son complejas y nos tomó bastante tiempo entenderlas. Nos dimos cuenta de que la lógica del juego no es “occidental”. En nuestros juegos modernos, estamos acostumbrados a puntajes acumulativos lineales, y pueden resultar empates. Una vez que hayas ganado un punto, lo conservas. En Ulama la partitura no es lineal, sino oscilatoria, y funciona como una especie de balancín donde los puntos (rayas) de los equipos suben y bajan. los Urría La fase que ocurre entre las puntuaciones «2» y «3» y entre «6» y «7» es un paso de transición que determina si la puntuación sube o baja.
Foto 11: ‘Dinámica… movimiento… equilibrio… oscilación… dualidad…’ Glifo de movimiento, Codex Borgia (L), juego de pelota, Codex Zouche-Nuttall (R) (Haga clic en la imagen para ampliar)
Este comportamiento de puntuación es consistente con la ideología mesoamericana, pues el juego fue en sus orígenes una práctica ritual en la que se representaba la dinámica del cosmos y el movimiento de los cuerpos celestes. Los mesoamericanos creían que la vida en el universo se sostenía por la acción equilibradora de fuerzas contrarias y complementarias, que necesitaban estar en perpetuo movimiento. La oscilación en la partitura Ulama simboliza esa dualidad entre fuerzas contrarias y complementarias, como luz-oscuridad, día-noche, alto-bajo, calor-frío, vida-muerte o fertilidad-sequía.
Foto 12: Argumento entre Fito Lizarraga y Chuy Paez de Los Llanitos contra Modesto Huaira de Escuinapa (Click en la imagen para ampliar)
Esta breve descripción desmiente la complejidad del juego. La mayoría de los jugadores en realidad no conocen todas las reglas. Varios jugadores afirmaron que las reglas son tan complejas que uno tiene que jugar durante muchos años para entenderlas todas. Debido a que las reglas no están formalizadas, hay muchas diferencias de opinión sobre las reglas, y durante nuestras discusiones en Los Llanitos, las diferencias intergeneracionales eran comunes. También parece haber diferencias regionales. En un juego de exhibición que observamos, estalló una discusión entre los equipos de Los Llanitos y Escuinapa sobre la forma del saque utilizado para iniciar el juego.
Foto 13: Los ‘veedores’ arbitrando un partido en La Mora Escarbada (Click en la imagen para ampliar)
Debido a que las reglas son tan complejas que no todos los jugadores pueden entenderlas, el papel del veedor o juez es importante. los veedor, generalmente un jugador mayor o un exjugador, es el árbitro que tiene la última palabra, según los jugadores. En los juegos entre comunidades, debe haber un veedor de cada lado, y solo se involucran si los dos lados no están de acuerdo en una jugada o punto.
Foto 14: Joven jugador de Los Llanitos devolviendo el balón en el aire (izquierda), jugador de La Savila devolviendo un ‘macho por abajo’ (arriba a la derecha), Luis Lizarraga devolviendo un ‘macho por arriba’ (abajo a la derecha) (Click en la imagen alargar)
Las diferencias en las reglas pueden ser un problema serio para aquellos interesados en estandarizar el juego como un medio para promover el desarrollo regional. Sospechamos que cada una de estas pequeñas comunidades habrá desarrollado reglas ligeramente diferentes con el tiempo, y es interesante ver cuán tenazmente los jugadores se apegan a sus reglas particulares. Estas no son simplemente una colección de reglas, sino que se consideran una tradición comunitaria que se remonta sin cambios al pasado distante. Al seguir las reglas, los jugadores se conectan conscientemente con esa larga tradición.
Uno de los aspectos más críticos de la situación actual de los hip-Ulama es su futuro. Dado que solo hay cuatro comunidades en las que se juega a esta variante del juego, y que el número de jugadores activos oscila entre 30 y 40, parecería que el juego se encuentra en peligro inminente de extinción.
Foto 15: Dr. Manuel Aguilar-Moreno y Roberto Rochin enseñando la técnica milenaria de elaboración de balones de Ulama a los jugadores de La Savila (Click en la imagen para ampliar)
Las causas de esta crisis son varias: en la actualidad pocos padres enseñan el juego a sus hijos; el juego es percibido por algunos jóvenes y gente en general como violento y peligroso; el juego presenta pocos beneficios económicos a diferencia de otros deportes como el béisbol o el fútbol donde existe la posibilidad de jugar en equipos profesionales; El apoyo gubernamental ha sido muy esporádico, y quizás lo más importante, es difícil conseguir materiales para hacer pelotas de goma. Además de la desaparición casi total de los árboles de caucho en Sinaloa, es muy difícil tener acceso a las zonas donde aún sobreviven algunos de ellos. Un balde con suficiente…