Tu alma gemela no fue la que se escapó

Foto de Ana Francisconi en Unsplash

Personalmente, siempre he odiado cuando la gente dice que la persona adecuada aparecerá cuando menos lo esperemos y cuando no estemos mirando. Lo que hace que esto sea aún más molesto es el hecho de que luego descubrimos que es cierto y luego estamos demasiado felices como para molestarnos adecuadamente con sus sabios, aunque engreídos, consejos. Pero hay un patrón en las citas que me molesta un poco más que la gente de «algún día tu príncipe vendrá». Y esas son las «un millón de razones por las que mi alma gemela fue la que se escapó».

Tu alma gemela no fue la que se escapó.

Si se escaparon, no eran tuyos porque realmente no podemos perder lo que es para nosotros. No digo que no seamos capaces de destruir algo bueno; Claramente, muchos de nosotros hemos demostrado que, de hecho, somos totalmente capaces de hacerlo. Lo que digo es que si arruinamos algo bueno, no fue por nosotros en función del tiempo y de nuestro propio crecimiento personal. Lo cual no quiere decir que no debamos intentar hacerlo mejor. Es decir que debemos dejar de estar tan obsesionados con el pasado que seamos incapaces de seguir adelante.

Los humanos son excelentes para las excusas, particularmente en lo que respecta a las relaciones. Nos gustan nuestras narrativas y a menudo olvidamos que las elegimos. Es fácil decir que Quien Escapó fue esta o aquella persona de nuestro pasado. Es más fácil decirnos a nosotros mismos que alguien en el pasado no funcionó porque inserte-excusa-aquí que aceptar el hecho de que tal vez la persona adecuada para nosotros esté en algún lugar de nuestro futuro.

Preferimos lo conocido a lo desconocido, incluso si no es la más feliz de las historias.

Es interesante si lo piensas. Preferimos creer que alguien en el pasado fue nuestra persona y, sin embargo, se alejó de nosotros que creer que todavía no hemos conocido a la persona adecuada para nosotros. Es mucho más sencillo aferrarnos a nuestras excusas y decirnos a nosotros mismos que algo se interpone en el camino de nuestra dicha eterna que aceptar que tal vez lo que alguna vez quisimos (¿aún queremos?) puede no ser para nosotros.

Pero aquí está el problema con nuestras excusas. ¿Estás listo para esto?

Nuestras excusas son una tontería.

No me malinterpretes: entiendo la necesidad de tanta mierda. Es el frío consuelo de la vida de soltero…