Cuando el trastorno obsesivo-compulsivo de mi hijo Dan estaba en su peor momento, pasaba horas seguidas sin hacer nada (excepto obsesionándose y ritualizando, por supuesto), a pesar de que deseaba completar con éxito su primer año de universidad. Fue frustrante y desgarrador para mí verlo. ¿Por qué no podía simplemente hacer su trabajo?
La dilación en las personas con TOC no es inusual, y creo que hay muchas razones por las que esto es cierto. Para Dan en ese momento, el TOC definitivamente estaba tomando las decisiones, diciéndole cuándo y dónde podía o no podía hacer su trabajo escolar. También es un perfeccionista, que es un rasgo común para las personas con TOC. Pero estaba lidiando con un perfeccionismo malsano caracterizado por el miedo, la duda y el control. No es difícil ver cómo esto podría conducir a la procrastinación. Los errores no eran una opción, y la única forma de no cometer errores es posponer la tarea o, peor aún, no intentarla en absoluto.
Ahh, evasión.
La evitación puede verse como una compulsión en el TOC. Alguien con TOC podría evitar una situación potencialmente desencadenante o, al menos, posponer las cosas el mayor tiempo posible hasta que se deba enfrentar lo inevitable.
Quizás otra razón para postergar es que muchas personas con TOC tienen una propensión a la indecisión. Es tan importante tomar la decisión correcta que es más fácil postergar, o incluso no tomar ninguna decisión, lo que por supuesto nos lleva de nuevo a la evasión.
Entonces, ¿cómo pueden las personas con trastorno obsesivo-compulsivo dejar de procrastinar?
Obviamente, obtener el tratamiento adecuado para el TOC debería ser de gran ayuda y es el paso más importante que puede tomar. Otra estrategia implica el uso de un temporizador para informarle que es hora de tomar una decisión o comenzar una tarea. O si se enfrenta a una tarea particularmente desalentadora, puede usar un cronómetro y decirse a sí mismo que solo tiene que trabajar durante diez minutos para comenzar, y luego continuar desde allí. Es posible que descubra que una vez que haya comenzado, la tarea en cuestión no es tan difícil o aterradora como había anticipado. Programar una fecha y/u hora específica en el calendario también puede ser útil para aquellos que posponen las cosas. ¿Y qué tal hacer una lista, tal vez incluso incluyendo exactamente cuándo se debe hacer algo? A muchos de nosotros nos encanta la sensación de tachar cosas de nuestras listas. Todas estas sugerencias ayudan a eliminar el pensamiento o la rumiación de la ecuación, ya que el tiempo ha sido predeterminado.
La procrastinación desperdicia un tiempo precioso que debería dedicarse a vivir la vida que queremos para nosotros mismos. Por supuesto, todos posponemos las cosas de vez en cuando, pero si está afectando su vida de manera significativa, espero que obtenga ayuda. Todos merecemos poder vivir una vida plena, ahora, no después.