Esta dulce piedra schiller se encontró en Labrador, Canadá, en el siglo XVIII y los misioneros moravos la compraron a Europa, de ahí su nombre. Sin embargo, el misterio y la historia de los labradoritas se remonta aún más atrás y se cree que está relacionado con los inuit. El destello de colores proviene del efecto Schiller y hace eco con la energía de la aurora boreal.
La labradorita es una piedra especial ahumada. Durante mucho tiempo ha sido amada por los chamanes y es conocida como una piedra de transformación y una piedra de coraje. La labradorita no rehuye domar la mente del mono y puede asegurarse de que sus pensamientos estén llenos de chispa sin prender fuego a toda esa energía positiva y productiva. Esta gema también es famosa por su magia metafísica, lo que significa que puede mantener tu voz conectada a tu intuición para que aprendas a confiar en tu propio juicio.
Las tobilleras son piezas fascinantes de joyería espiritual y están conectadas con las formas en que nos movemos por la vida. Estar cerca del suelo significa que nos mantienen atados a esta hermosa tierra y ponen coraje y propósito en cada uno de nuestros pasos. La labradorita es la piedra preciosa perfecta para la tobillera, ya que juega con la luz, te invita a moverte con gracia y te lleva a donde vas en función de tu propia sabiduría y asombro.