Terapia ocupacional en salud mental: comprensión de la superposición

El viaje del tratamiento de salud mental requiere un esfuerzo colaborativo de muchas personas: el individuo, sus cuidadores, proveedores de apoyo, médicos, enfermeras, maestros, ayudantes, consejeros, terapeutas y trabajadores sociales. Este proceso de colaboración permite que todos trabajen juntos para alcanzar una meta específica: mejorar la calidad y el disfrute de la vida del individuo mediante la identificación y el cumplimiento de comportamientos y habilidades apropiados.

La terapia ocupacional a menudo se malinterpreta en este proceso. Según la Asociación Estadounidense de Terapia Ocupacional, el objetivo principal de la terapia ocupacional es apoyar y habilitar la «salud y la participación en la vida de cada persona a través de la participación en la ocupación».

“Ocupación” no significa únicamente trabajo. Algunos ejemplos de ocupaciones incluyen el tiempo dedicado a la higiene personal, preparar una comida, administrar las finanzas, pintar un cuadro, asistir a un curso de ocio comunitario y socializar con los demás. Los terapeutas ocupacionales mejoran la capacidad de las personas para vivir vidas significativas y satisfactorias.

El propósito de la terapia ocupacional se puede describir mejor con el lema de la profesión, «Terapia ocupacional: vivir la vida al máximo». Todas las personas tienen derecho a vivir la vida al máximo. Un terapeuta ocupacional puede ayudar a las personas a considerar no solo sus necesidades, fortalezas, habilidades e intereses, sino también su entorno físico, social y cultural.

Orígenes de la Terapia Ocupacional

Si bien muchos piensan comúnmente en la terapia ocupacional como rehabilitación física después de una lesión o enfermedad, en realidad tiene sus raíces en la salud mental.

El surgimiento de la terapia ocupacional se remonta a la Europa del siglo XVIII. En un momento en que las personas con enfermedades mentales eran tratadas como prisioneros, comenzó a desarrollarse un «movimiento de tratamiento moral». Mientras que el modelo de tratamiento anterior estaba asociado con el castigo, la brutalidad y la ociosidad, el movimiento de tratamiento moral buscó fomentar la bondad y el valor terapéutico de la participación en actividades con propósito.

El primer modelo de tratamiento de terapia ocupacional, llamado Entrenamiento de hábitos, comenzó en Johns Hopkins a principios del siglo XX. Este enfoque propuso que en las personas con enfermedades mentales, las actividades ocupacionales como el trabajo, el descanso y el juego se habían desequilibrado. Los primeros terapeutas ocupacionales introdujeron ocupaciones terapéuticas como el tejido, el arte y la encuadernación. Estas actividades dirigidas a objetivos se usaron para ayudar a las personas a aprender nuevas habilidades para ser productivas y obtener beneficios terapéuticos de un horario diario equilibrado.

La profesión de terapia ocupacional creció cuando los soldados heridos regresaron de la Segunda Guerra Mundial, y luego volvió a surgir en la década de 1970 con el aumento de las habilidades y conocimientos especializados en el campo de la medicina.

Los terapeutas ocupacionales siempre han creído en tratar a la persona en su totalidad, ya sea que el problema principal se relacione con la salud física o mental. Practican en diversos entornos, incluidos hospitales, clínicas ambulatorias, centros de enfermería especializada, centros de cuidados intermedios, salud en el hogar, unidades de cuidados intensivos neonatales, programas comunitarios y el lugar de trabajo. Quienes trabajan en salud mental pueden hacerlo en hospitales residenciales, entornos comunitarios de salud mental y clínicas de práctica privada para pacientes ambulatorios.

Evaluaciones y Tratamientos

Cuando se trabaja con alguien con una condición de salud mental, los terapeutas ocupacionales emplean una variedad de evaluaciones. Una vez obtenida la información necesaria, el terapeuta crea un perfil ocupacional personalizado. Este perfil se utiliza para el establecimiento de objetivos y la planificación del tratamiento.

Las áreas comunes de evaluación incluyen:

  • Actividades de la vida diaria (p. ej., bañarse, vestirse, comer)
  • Actividades instrumentales de la vida diaria (p. ej., conducir, administrar el dinero, ir de compras)
  • Educación
  • Trabajo (remunerado y voluntario)
  • Jugar
  • Ocio
  • Participación social
  • Habilidades de procesamiento motor
  • Habilidades de procesamiento mental y cognitivo.
  • Habilidades de comunicación e interacción.
  • Hábitos, roles y rutinas
  • Contextos de actuación (p. ej., cultural, físico, espiritual)
  • demandas de actividad
  • Factores del cliente (p. ej., dificultades debidas a estructuras o funciones corporales)
  • Autoevaluación ocupacional

Por ejemplo, un terapeuta ocupacional puede evaluar a un cliente con esquizofrenia que vive en un hospital residencial para ayudar a determinar la mejor ubicación en la comunidad. La evaluación puede incluir herramientas de evaluación estandarizadas, entrevistas individuales y observación para determinar la capacidad de funcionar y vivir solo de manera segura e identificar roles y ocupaciones importantes. Luego, esta información se usa para determinar las habilidades, los apoyos y las modificaciones ambientales que la persona puede necesitar para vivir de la manera más independiente posible.

La terapia ocupacional puede ser de vital importancia en el proceso general de tratamiento de la salud mental. Las siguientes son algunas intervenciones comunes:

  • Formación en habilidades para la vida
  • rehabilitación cognitiva
  • Empleo con apoyo
  • educación apoyada
  • Entrenamiento en habilidades sociales e interpersonales
  • Intervención de equilibrio de vida
  • Modalidades como la biorretroalimentación y la terapia mejorada con atención plena

Parte del proceso colaborativo

Como se señaló al comienzo de este artículo, los terapeutas ocupacionales colaboran con muchos otros profesionales para ayudar a las personas en su camino hacia la recuperación. Si bien el papel del terapeuta ocupacional puede coincidir con el de otros miembros del equipo, el terapeuta ocupacional brinda una contribución teórica y clínica única al equipo de recuperación y tratamiento; por lo tanto, la terapia ocupacional debe considerarse una parte vital de un programa de tratamiento completo e integrado.