Temperamento difícil en los niños: por qué sucede y cómo afrontarlo

Los temperamentos difíciles pueden ser difíciles de enfrentar, especialmente cuando le sucede a su hijo. Pero hay formas efectivas de hacerle frente.

Si es padre o cuidador de un niño pequeño, es probable que ya sepa que la crianza tiene una buena cantidad de altibajos. Pero cuando su hijo tiene un temperamento difícil, estos desafíos pueden ocurrir con más frecuencia de lo que podría esperar, dejándolo preguntándose cómo afrontarlos.

Aunque los desafíos son reales, tener un temperamento difícil no significa que haya algo “malo” con su hijo o su estilo de crianza o que usted sea un “mal” padre. En cambio, indica diferencias naturales en la personalidad y los estilos individuales en relación con las personas, los eventos o el medio ambiente.

Aun así, existen formas efectivas de manejar el comportamiento problemático y ayudar a su hijo a lograr lo mejor de sí mismo.

Los padres o cuidadores a menudo saben instintivamente que su hijo tiene un temperamento difícil. Por ejemplo, su hijo puede llorar o actuar irritable con más frecuencia, ser más difícil de consolar o ser descrito por otros como «un puñado».

Según un estudio de 2017, el temperamento difícil se caracteriza por:

  • Estado de ánimo negativo: Su hijo puede tener una perspectiva general negativa de las cosas y puede ser difícil complacerlo o consolarlo.
  • Retiro: En lugar de participar activamente en nuevas actividades o entornos, su hijo puede retraerse de ellos. Por ejemplo, cuando se le invita a un nuevo grupo de juego, un niño que experimenta un temperamento difícil puede negarse rotundamente a unirse y cerrarse emocionalmente si intenta persuadirlo para que socialice.
  • Baja adaptabilidad: Su hijo puede tener dificultades para aceptar cambios en las rutinas, el entorno o las actividades. Por ejemplo, su hijo puede enojarse si los planes para ir a su tienda de juguetes favorita cambian abruptamente, lo que resulta en una rabieta.
  • Alta intensidad: Las respuestas emocionales en un niño con temperamento difícil pueden ser más positivas o negativas de lo esperado. Un ejemplo de esto podría ser el llanto desconsolado por algo que normalmente no debería provocar esta respuesta.
  • Regularidad baja: Un niño con un temperamento difícil puede no tener una rutina establecida o previsibilidad, lo que afecta su capacidad para aprender o completar tareas. Por ejemplo, un niño con baja regularidad puede tener horarios de sueño caóticos o dificultad para aprender habilidades de desarrollo como aprender a ir al baño.

Tener un temperamento difícil no significa que su hijo sea “malo” o que usted sea un “mal” padre. En cambio, simplemente indica diferencias naturales en la personalidad y los estilos individuales en relación con las personas, los eventos o el medio ambiente.

Aunque tener un temperamento difícil no es un trastorno del desarrollo, los comportamientos desafiantes a veces pueden indicar condiciones como:

Por lo tanto, si su hijo muestra problemas emocionales o de comportamiento con regularidad, considere hablar con el profesional de la salud de su hijo acerca de sus inquietudes. Según los síntomas y los comportamientos, es posible que realicen pruebas para determinar si su hijo puede tener algo más además de un temperamento difícil.

En cuanto a las causas, la investigación de 2017 sugiere que la genética puede desempeñar un papel importante en el temperamento y la personalidad. Incluso si se crían en hogares separados, los gemelos idénticos aún comparten rasgos similares, señalan los científicos.

Además, la investigación de 2022 indica que la crianza negativa y positiva en las primeras etapas de la vida del niño no modera los caminos de los temperamentos difíciles. Los niños pueden tener un temperamento desafiante sin importar lo que hagan sus padres.

Aún así, aunque el temperamento básico de un niño no cambia con el paso del tiempo, puede disminuir en intensidad con el manejo adecuado.

Criar a un niño con un temperamento desafiante puede requerir paciencia, persistencia y un poco de investigación sobre los sutiles matices de los comportamientos. Debido a que el comportamiento es comunicación, una opción sería descubrir lo que su hijo está tratando de comunicar a través de su comportamiento para que pueda aprender formas de responder adecuadamente.

Además de identificar posibles brechas en la comunicación, considere estas estrategias para ayudar a manejar los desafíos de temperamento de su hijo:

1. Garantizar que se satisfagan sus necesidades básicas

¿Su hijo está durmiendo lo suficiente y de calidad? ¿Comiendo una dieta nutritiva? Estos son bloques de construcción importantes para regular las emociones y el comportamiento.

2. Considere seguir una rutina

Diseñar una rutina diaria predecible puede ayudar a moderar la tendencia de su hijo a la irregularidad y enseñarle cómo cumplir con un horario.

3. Modele las habilidades preferidas

Ayude a su hijo a ayudarse a sí mismo demostrando paciencia, compartiendo y otras habilidades sociales. También podría enseñarles cómo identificar sus emociones para comunicar sus necesidades de manera más efectiva.

4. Elige tus batallas

Las luchas de poder son características de criar a un niño con un temperamento difícil. Por lo tanto, considere elegir sabiamente sus batallas y mantener un método de disciplina consistente utilizando un lenguaje claro y respetuoso.

5. Conoce a tu hijo

Comprender por qué reacciona su hijo y qué situaciones pueden desencadenar comportamientos negativos puede ayudarlo a transformar situaciones menos que ideales en momentos de aprendizaje.

Por ejemplo, suponga que su hijo se está enfadando porque ha estado esperando demasiado tiempo. En ese caso, puedes reconocer sus sentimientos de frustración y ofrecerles estrategias para manejarlos de manera más adecuada.

6. Destaca las fortalezas de tu hijo

Aunque su hijo puede tener dificultades con algunos aspectos de la vida, también tendrá fortalezas específicas en otras áreas. Centrarse en esos atributos cuando aparecen puede ayudar a desarrollar la autoestima de su hijo.

Además, señalar cuándo se han comportado de manera positiva puede animarlos a continuar con ese comportamiento.

7. Acepte a su hijo por lo que es

Puede ser útil recordar que aunque su hijo sea similar a usted en muchos aspectos, no es una copia exacta. Tienen sus peculiaridades y rasgos de personalidad, algunos de los cuales quizás no entiendas, y eso está bien.

Sin embargo, al aprender a aceptar estas diferencias, puede ayudar a su hijo a sentirse seguro de quiénes son. Esto puede permitirles convertirse en el individuo único que están destinados a ser.

Ya sea que su hijo sea difícil de consolar, muestre poca adaptabilidad en situaciones cambiantes o tenga problemas para manejar sus emociones, no es su culpa y es posible lidiar con estos desafíos.

Aprender todo lo que pueda sobre los rasgos y comportamientos de su hijo puede brindarle la comprensión que necesita para sobrellevar la situación. Este conocimiento también puede ayudarlo a desarrollar técnicas prácticas para manejar mejor su difícil temperamento.

Para obtener más información sobre métodos y estrategias de afrontamiento para criar a un niño con un temperamento difícil, estas publicaciones pueden ayudar: