Tu castigo es vivir con tu traición.
Katie Dutch – usado con permiso
I se estaba poniendo al día con el programa de HBO Grandes pequeñas mentiras porque estoy a la última y estoy al tanto de la cultura pop y, sin estropearlo para nadie que esté igualmente a la moda, una de las esposas engaña a su marido.
Cuanto más se da cuenta de cuánto la ama su marido y de cuánto hace por ella y su familia, más culpable y horrible se siente. Ella le dice a un amigo que quiere confesarse con él pero aún no se ha atrevido.
Le grito a la pantalla: “¡No! ¡No puedes decírselo! ¡No te atrevas a decírselo!
Quiere decirle a su pareja que lo engañó para sentirse mejor. ¿Qué le dice que va a hacer? Hierelo. Gravemente. Irrevocablemente. Entonces ella se sentirá mejor y ahora él sentirá dolor. O tal vez la verdad es más bien que disminuirá su dolor.
¿Adivina qué? No consigues disminuir tu dolor. Hiciste trampa. Ese es tu castigo.
No puedes lastimar a tu pareja diciéndole que la traicionaste. Como si engañarlo no fuera lo suficientemente egoísta, ahora estás más preocupado por aliviar tu culpa que por lastimar a tu pareja.
¿Alguna vez has visto personas que han sido engañadas? Muchos de ellos cargan con ese trauma, dudan de su valor y nunca vuelven a confiar en sí mismos ni en nadie.
¿Quieres poner eso sobre los hombros de tu inocente pareja? Que idiota.
¿La honestidad es la mejor política? Mierda. Si haces trampa no consigues desahogar tu alma. Tu castigo es llevar contigo tu traición por el resto de tus días. Tu castigo es saber que hiciste votos y los rompiste, hiciste un compromiso y lo rompiste, te ganaste la confianza y volviste el pájaro.
Tu castigo por hacer trampa es vivir siendo el tipo de persona que dio por sentado todo lo que tenías y cometió un maldito error enorme.
O tu castigo es saber que eres un jodido cobarde que no tuvo los huevos de terminar tu relación.
Porque esas son las dos razones por las que hiciste trampa: estás atrapado en una rutina y no hablas de los problemas que tienes, o no estás contento y no quieres estar ahí más.