¿Se siente culpable por decir que no? Por qué y cómo parar | central de psiquiatría

¿Es un reto para ti decir que no sin sentirte mal, ansioso e incómodo? Si es así, es posible que esté asumiendo una responsabilidad poco saludable por los demás. Si lo hace, lo agota mental, física y emocionalmente, y lo atrapa en relaciones agotadoras con personas que no asumen la responsabilidad suficiente.

La responsabilidad malsana no se trata de ser demasiado amoroso o demasiado generoso. Puede ser muy solidario y generoso con los demás y aun así ser responsablemente saludable. La responsabilidad malsana por los demás entra en juego cuando comienzas a creer que eres responsable de controlar cómo reaccionan los demás cuando dices ‘no’.

El ‘no’ puede ser algo menor o algo mayor. Podría ser decirle a su novia ‘no, no quiero salir a cenar esta noche’, o decirle a su hijo ‘no, no puedes tener un iPhone’, o decirle a tu madre, ‘no, no vamos a venir en Navidad este año’, o decirle a su cónyuge, ‘no, ya no quiero estar casado contigo’. Estos ‘no’ pueden generar una variedad de reacciones, desde ‘claro, no hay problema’, ‘te odio’ y ‘si te divorcias de mí, convertiré tu vida en un infierno para siempre’.

Pero pregúntese: ¿Tiene sentido que usted sea responsable de cómo reaccionan los demás a su ‘no’? Exploremos esta idea. Imagínese si su vecino llama a su puerta y le dice que está tan dolido y molesto cada vez que cierra las persianas que tirará una piedra a través de su ventana cada vez que vea que las persianas están cerradas. Es más, dice, será culpa tuya por dejarlo fuera de esa manera.

Si estás de acuerdo con su lógica, estás en un aprieto. Puede dejar las persianas abiertas y sentirse incómodo e inseguro en su propia casa, o puede cerrar las persianas y ser el culpable si le tiran piedras por la ventana.

Ridículo, ¿no? Pero esa es exactamente la loca distorsión sobre la responsabilidad a la que podría verse arrastrado dentro de sus relaciones. Romper tus patrones de responsabilidad malsana significa desafiar esas distorsiones y tener claro cuál es tu trabajo y cuál NO es tu trabajo:

Es su trabajo decidir cuándo decir que no.

Es su trabajo decir no cuando refleja su cuidadosa consideración de sus propias necesidades y las necesidades de los demás. Por ejemplo, tus pensamientos pueden ser que ‘no quiero ir a casa de mi madre en Navidad, y mis hijos tampoco, pero mi madre nos quiere allí. Este año diré que no, y quizás el año que viene diga que sí.

Es su trabajo decir ‘no’ de una manera directa pero amable.

‘Agradezco profundamente la invitación para Navidad, pero no vamos a venir este año’.

Es su trabajo escuchar a su madre defender su caso y considerar cuidadosamente sus preferencias.como si ella dijera ‘este año es importante para mí porque es el último año en esta casa’.

Si se trata de información nueva, puede reconsiderar su decisión a la luz de estos hechos. Si no es información nueva, o si todavía quiere decir ‘no’, entonces es su trabajo decir ‘Entiendo su preferencia, pero no vendremos este año’.

Es su trabajo escuchar la reacción de su madre y la interpretación de este ‘no’.

‘Supongo que ya no te puedes molestar con tu madre’, podría decir. Es tu trabajo aclarar tus propios sentimientos: ‘Te amo y me preocupo por ti, pero tampoco voy a venir a Navidad este año’.

Es su trabajo, en el caso de decirle a su hijo ‘no’, ayudarlo a aprender estrategias para manejar sus reacciones al recibir un ‘no’ por respuesta.

Es su trabajo obtener el apoyo que necesita para cuidarse emocional y físicamente, y proteger a sus hijos.siempre y cuando haya peligro de que una persona reaccione mal a un ‘no’.

En ese momento, es hora de Déjalo ir.

En el ejemplo de decirle ‘no’ a tu madre, ella podría estar enojada y herida. Es posible que elija no volver a invitarte a Navidad. Ella puede decidir beber ella misma en un estupor de alcohol. Ella puede decidir decirles a tus hermanos lo horrible que eres. Pero nada de esto es tu responsabilidad. La forma en que ella interpreta su ‘no’ y las decisiones que toma después de su ‘no’ no son su responsabilidad. En cambio, es su trabajo dejar de lado esa responsabilidad.

Dejar ir es difícil. Es doloroso tener que lidiar con alguien a quien amas que está enojado contigo. Es doloroso cuando alguien a quien amas sufre. Es doloroso ver a alguien a quien amas tomar decisiones destructivas. Da miedo dejar de tratar de controlar sus reacciones.

Sin embargo, si continúa sintiéndose responsable de cómo reaccionan los demás a su ‘no’, está aceptando ser parte de una relación enfermiza que se basa en conceptos distorsionados de responsabilidad. Tu única esperanza para una relación saludable es continuar trabajando para romper tus propios patrones de responsabilidad no saludable.

Afortunadamente para aquellos que quieren transformar la responsabilidad malsana en una responsabilidad saludable, existen señales internas que lo alertan cuando posiblemente esté siendo víctima de conceptos erróneos sobre la responsabilidad. Dos de esas señales son la culpa y el resentimiento. La culpa y el resentimiento a menudo reflejan una ansiedad en torno a decir no que proviene de sentirse responsable de la reacción de la otra persona. Cuando siente culpa y resentimiento, tiene la oportunidad de reflexionar sobre si está cumpliendo con sus responsabilidades al decir ‘no’. Si es así, debes intentar, intentar, intentar, para… dejarte llevar.

No se desanime si no puede cambiar rápidamente sus patrones de responsabilidad malsana. Si bien la idea de decir no y dejar ir puede ser simple, llevarla a cabo en la vida real es complicada, pegajosa y confusa. Pero con algo de motivación, algo de trabajo y apoyo, se puede lograr, y la liberación y la fuerza que gane en el camino pueden ayudar a impulsar su proceso.