Saborea tu próxima bebida en 5 pasos conscientes. |

Hoy en día, todo el mundo cultiva la atención plena (comer conscientemente, correr conscientemente e incluso leer conscientemente), pero, ¿alguna vez has considerado beber conscientemente?

El consumo consciente de alcohol es el consumo consciente y intencionado de una bebida. Puede ser cualquier bebida, desde agua hasta vino.

Esta práctica no es un fenómeno moderno y moderno. Para muchos, ha sido una forma de vida durante siglos. Desde la antigüedad, los yoguis comenzaban su día bebiendo conscientemente. Tomaban una taza de agua que había estado en un recipiente de cobre durante la noche (el cobre ioniza el agua) y la consumían con un propósito. Con cada sorbo, visualizarían el agua fluyendo por su cuerpo, pasando por cada órgano e hidratando cada célula.

Los yoguis también atribuyerían afirmaciones positivas y gratitud a esta agua: “Gracias agua curativa, por hidratar mis células y mantenerme saludable”.

Beber sin propósito se ha convertido en parte de nuestra vida diaria. Tomamos nuestro café y tomamos algunas copas, sin pensar dos veces en nuestra digestión y bienestar general. ¿Sabías que una copa grande de vino tiene aproximadamente la misma cantidad de calorías que un cucurucho de helado? Loco, ¿verdad? Y, en promedio, la gente consume un par de copas de vino cuando sale a cenar.

Hace unos años, tenía un trabajo que me exigía asistir a muchas funciones sociales y relacionarme con los clientes. Estas juergas mezcladas incluían bandejas de deliciosas bebidas que se repartían entre sí, alcohólicas y no alcohólicas. Al final de los eventos no podía recordar cuántas bebidas había “bebido” mientras charlaba.

Una noche, mientras estaba con mis compañeros de trabajo debatiendo temas de actualidad, mis ojos se dirigieron a una mujer sentada en una mesa cercana con algunos amigos. Estaba recostada en su asiento, con una copa de vino en la mano. Cada vez que estaba a punto de tomar un trago de su vaso, cerraba los ojos (por un segundo), inhalaba profundamente y luego tomaba un sorbo lento. Creo que le tomó toda la noche beber esa copa de vino.

Estaba bebiendo con atención, disfrutando del aroma y la textura, consumiendo esa bebida como si fuera el vino más sabroso del mundo. Esa noche, tomé plena conciencia de mi naturaleza devoradora y me comprometí conmigo mismo a cambiar mi comportamiento, en ese mismo momento. Ahora, cuando consumo una bebida, realmente pruebo cada sabor, lo que me deja satisfecho y contento con lo que he probado.

La belleza de la atención plena es que no entra en conflicto con ninguna creencia o tradición, ya sea religiosa o cultural. De hecho, la atención plena los complementa muy bien. Es simplemente una forma de estar presente y consciente de nuestras acciones en el aquí y ahora.

¿Te gustaría probar el consumo consciente de alcohol? La próxima vez que asista a un evento social y pida una copa de vino (o cualquier otra bebida), practique estos sencillos pasos. Pruébelo en algunas salidas (especialmente en las próximas fiestas navideñas) y observe el cambio en su comportamiento de bebida y en su disfrute general.

1. Al entrar al lugar para encontrarse con sus amigos, ante todo, preste atención a su entorno. ¡Oh, esos candelabros son tan bonitos! ¡Me encanta la sensación de estos bancos! Mmm, estas velas huelen a tarta de manzana…

2. Presta atención a lo que vas a comer. Intente consumir una bebida que complemente su comida, una que pueda realzar el sabor de la comida.

3. Una vez que llegue tu bebida, antes de tomar el primer sorbo, toma nota de su color, el vaso en el que se encuentra, la textura, el olor. ¿Te trae algún lindo recuerdo? ¿Quizás esa Piña Colada te transporta a aquellas increíbles vacaciones que tomaste en el Caribe el año pasado?

4. Lleva lentamente el vaso a tus labios.¡detener! Respire por última vez y deje que la fragancia se filtre.

5. Bien, ahora puedes tomar un sorbo. Deje que la bebida repose en su lengua antes de tragarla. ¿A qué sabe? ¿Hay un toque de chocolate en este vino? Disfrútala. Disfrútelo. No es necesario que tragues tu bebida: no irá a ninguna parte.

Y por último, pero lo más importante, mientras consumes conscientemente tu bebida favorita (ya sea agua, café o sangría), recuerda dar gracias. Gracias por tu salud, gracias por tu comida y gracias por tu hermosa vida.

¡Salud!

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Relefante:

Autor: Mantreh Atashband

Montaje: Yoli Ramazzina

Foto: Flickr/Denise Mattox