A medida que nos acercamos al Día Internacional de la Madre 2024, un día dedicado a celebrar el amor y las contribuciones de las madres, es importante reconocer que no todas las relaciones madre-hija son felices y saludables.
Si toda la gente habla efusivamente sobre los regalos perfectos para sus mamás y lo único que puedes pensar es “¡Mi madre es tóxica!”, ¡este blog es para ti!
Se supone que nuestras madres son nuestro refugio seguro. Especialmente las niñas se identifican más con sus madres y las consideran modelos a seguir.
Si bien algunos de nosotros tenemos suerte en este departamento, otros terminan con relaciones tóxicas entre hija y madre.
Para una niña, el vínculo con su madre es el punto crucial del desarrollo de su personalidad y tenderá a formar y evaluar todas sus futuras relaciones adultas basándose en el barómetro de la relación madre-hija que tuvo durante sus años de formación.
Las investigaciones indican que la influencia de una madre es bastante fuerte cuando se trata de la salud mental de una hija.
En este artículo, exploraremos ocho patrones disfuncionales comunes que pueden surgir en este tipo de relaciones y brindaremos ideas para reconocerlos y sanarlos, particularmente para aquellos que quizás no estén experimentando un Feliz Día de la Madre.
¿Qué son las relaciones tóxicas entre madre e hija?
Las relaciones poco saludables entre madre e hija esencialmente no son favorables para el crecimiento y desarrollo de la salud física y emocional de la hija.
La presencia de una herida materna puede manifestarse en relaciones disfuncionales entre padres e hijos donde la hija no se siente segura o reconfortada en presencia de su madre.
No puede depender de la madre para que la oriente, le dé consejos o le satisfaga sus necesidades básicas. En las relaciones tóxicas entre madre e hija, la hija no se siente cuidada por la madre.
Veamos algunos de los signos de una mala relación madre-hija
Aunque todas las madres pueden exhibir una o más de las siguientes características una o dos veces en su vida, una madre tóxica mostrará continuamente dos o más de los siguientes rasgos:
- Culpar o sentirse culpable
- Invalidar las emociones de la hija o falta de empatía hacia las necesidades de la hija.
- Críticas que no son constructivas
- Explotación
- Abuso
- Descuido
- Ignorando los límites
- Agresión pasiva
- Controlador
- Humillación
¿Qué hace que una relación entre madre e hija sea tóxica?
Hay varios puntos de vista sobre lo que contribuye a los problemas en la relación madre-hija. Las madres y las hijas que se encuentran enredadas en relaciones tan disfuncionales suelen culpar a los rasgos de personalidad y a los cambios hormonales.
Sin embargo, un enfoque más científico nos dice que influencias socioculturales y transgeneracionalesincluido los prejuicios de género, patriarcado, sexismo, etc., conducen a objetivos de vida no realizados en mujeres.
Las mujeres que no están satisfechas con sus vidas tienden a sembrar las semillas del autodesprecio y el resentimiento en sus hijas.
Relacionado: Por qué tu madre narcisista odia tu cuerpo
¿Cuáles son los diferentes tipos de relaciones tóxicas entre madre e hija?
Es imperativo conocer e identificar los patrones tóxicos de una relación madre-hija enfermiza, para poder afrontar mejor la situación.
La siguiente Se encuentra comúnmente que las tendencias familiares disfuncionales dominan las relaciones tóxicas entre madre e hija:
1. enredado: Madre e hija codependientes
En las relaciones entrelazadas entre madre e hija, la madre forja un vínculo que lo consume todo con su hija. Ambos comparten todo y no existe un límite saludable entre los dos.
Si bien esto puede parecer una relación feliz, una vez que la niña crece y exige su espacio personal, los problemas comienzan a surgir. La madre se niega a dejar de controlar la vida de su hija y continúa interfiriendo en sus decisiones personales.
Las hijas rara vez son disciplinadas por madres así mientras crecen. Los investigadores también han establecido los efectos negativos del enredo materno.
2. Control narcisista
Una madre narcisista ve a su hija nada más que una extensión de ella. Establece expectativas poco realistas y castiga a su hija cuando no las cumple.
Estas madres tóxicas perciben cada logro y fracaso de su hija como un reflejo de ella.
Ella es severamente crítica con su hija e inculca una baja autoestima en la mente de la hija. Según las investigaciones, la crianza narcisista causa estragos en el bienestar de un niño.
Relacionado El camino hacia la curación: cómo las hijas adultas de madres narcisistas pueden curarse a sí mismas
3. Rivalidad
Es entonces cuando una madre ve a su hija como una rival. Se siente amenazada por la apariencia o los logros de su hija y puede intentar sabotear su vida.
A menudo establece paralelismos entre sus decisiones de vida y las de su hija y se siente inadecuada en comparación con su hija.
Las hijas en relaciones tan tóxicas entre madre e hija crecen sintiéndose culpables o avergonzadas por sus logros, y esto daña su sentido de sí mismas.
4. Cambio de roles
Cuando una madre cambia el guión y en lugar de brindar cuidados a su hija se convierte en la receptora, se genera una dinámica de relación madre-hija muy tóxica.
A menudo se descubre que la madre es adicta o mentalmente incapaz de cuidar de sí misma, y mucho menos de su hijo.
Estas hijas, desde muy pequeñas, empiezan a cuidar de sus madres y prestan poca atención a los estudios u otras tareas de autodesarrollo. No hace falta decir que esto afecta negativamente la vida de la hija en más de un sentido.
5. Abandono
A veces una madre disfuncional no está emocional y/o físicamente disponible para su hija. Cuando está físicamente presente, puede ignorar por completo la presencia de su hija y no prestar atención a sus necesidades.
La madre también puede pasar la mayor parte de su tiempo en el trabajo o con sus amigos. En otros casos, estas relaciones tóxicas entre madre e hija terminan en un abandono total de la hija.
La madre podría marcharse, dejando a su hija con el otro progenitor o con otra persona, con graves consecuencias para la seguridad física y la salud mental de la hija.
6. Despido
Las hijas dependen de sus madres como fuente principal de aceptación y validación. Un niño querrá que su madre reconozca sus necesidades físicas y emocionales. Pero una madre tóxica no verá más allá de sus propias inseguridades y necesidades.
Una madre así no aceptará la personalidad auténtica de su hija y desestimará cualquier solicitud o queja que su hija pueda presentarle. Esta grosera actitud de despido es desastrosa para la hija.
7. Combativo
Una relación combativa entre madre e hija puede ser de naturaleza física o emocional. Sin embargo, las peleas y discusiones, ya sean físicas o no, los marcan a ambos.
Estas relaciones tóxicas entre madre e hija son testigos de cómo la madre se resiste a cada decisión de su hija.
El dúo se enfrentará por cada incidente menor, desde riñas hasta abuso físico. Esto da lugar a una situación de vida muy insalubre tanto para la madre como para la hija.
Relacionado: ¿Qué es la triangulación en el abuso emocional (con ejemplos)?
8. Impredecible
A veces la madre es impredecible o poco confiable en su estilo de crianza. La hija no tiene idea de qué lado de su madre emergerá en una situación determinada.
Generalmente, en público o en compañía de otras personas, la madre tóxica parecerá ser cariñosa y solidaria; mientras que en privado será abusiva o crítica.
Esta naturaleza impredecible o poco confiable de la maternidad hace que la hija caiga en picada emocional.
Relacionado: La familia del narcisista: los roles desempeñados por el narcisista
Ahora, veamos algunos de los efectos de las relaciones tóxicas entre madre e hija en la hija:
- Expectativas propias altas o poco realistas.
- Autocrítica.
- Pobre respeto por uno mismo, confianza en uno mismo y autoestima, con falta de autocompasión.
- Naturaleza que agrada a la gente.
- Ira y proyectar frustraciones sobre los demás.
- Dependencia de otras personas u objetos para nuestro bienestar.
- Minimizar nuestros logros por vergüenza o culpa.
¿Cómo afrontar los efectos de las relaciones tóxicas entre madre e hija?
Las investigaciones sugieren que la salud mental de las madres tiene efectos significativos en sus hijos. Por lo tanto, para tener una vida funcional, es necesario sanar los patrones tóxicos de comportamiento materno.
1. tener una conversación de corazón a corazón
Ten una conversación abierta y honesta con tu madre y comunícale cómo ella hirió tus sentimientos con su comportamiento tóxico mientras crecías.
Escuche su parte de la historia, hágale entender su punto de vista y resuelva sus problemas si es posible.
2. Establecer límites
Sin duda, era imposible para ti mantener límites cuando eras niño, pero cuando seas adulto, puedes establecer límites estrictos y prohibir que tu madre influya en tu vida con sus comportamientos poco saludables.
Relacionado Límites personales: 9 límites fundamentales para vivir
3.Haz cambios
Identifique qué áreas de su vida se están viendo afectadas por la dinámica tóxica de su relación madre-hija y qué rasgos tóxicos ha internalizado. Toma posesión de tu vida y cambia tus tendencias de autosabotaje.
4. Corta la cuerda
Date cuenta de cuándo la situación es insalvable y corta por completo los lazos con tu madre tóxica.
Tienes todo el derecho a eliminar una conexión tóxica y tu seguridad y salud mental deben ser lo primero. Cuando la relación no se puede sanar, distanciarse es la única solución.
Juntos, una fuerza a tener en cuenta
Una relación madre-hija sólida y positiva tiene el potencial de contrarrestar el sexismo intergeneracional y los prejuicios de género.
Una relación sana entre madre e hija puede mejorar la vida de las mujeres en la sociedad y dar un gran ejemplo de autodependencia y autoestima.
Como madre, usted necesita resolver sus problemas para asegurarse de que no pasen a la siguiente generación.
Sin embargo, como hija, si no puedes sanar la relación disfuncional madre-hija, lo mejor es cortar el cordón y liberarte.
En este Día Internacional de la Madre, es importante reconocer que no todas las relaciones madre-hija son felices y saludables.
Pero al reconocer los signos de relaciones tóxicas y trabajar para sanar, podemos esforzarnos por cultivar vínculos más saludables y honrar las complejidades de esta conexión única.