Relaciones saludables: definición, características y consejos

Relaciones saludables: definición, características y consejos

¿Cómo es estar en una relación sana (o no)? Es posible que tengas una idea gracias a los medios de comunicación populares o a tu propia experiencia personal. Sigue leyendo para descubrir lo que dicen las investigaciones psicológicas.

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Si eres como yo, una comedia romántica clásica siempre te parecerá una buena idea para una noche de cine. Estas películas suelen mostrar cómo son las relaciones saludables y las no saludables, pero ¿son representaciones precisas de las relaciones de la vida real? Como muchas fuentes de medios populares, es posible que establezcan estándares demasiado altos o incluso demasiado bajos.

No hay duda de que las relaciones románticas requieren trabajo de ambas partes. Una cosa es empezar una nueva relación, pero otra muy distinta es mantenerla a largo plazo (si ese es el objetivo). ¿Cuáles son exactamente los componentes de una relación sana? Si tienes una definición práctica de esto, tenla en cuenta mientras lees este artículo y reflexionas sobre si al final de la relación sigues teniendo la misma relación.

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¿Qué son las relaciones saludables? Definición

Cuando piensas en una “relación sana”, ¿cuáles son las primeras cosas que te vienen a la mente? Una relación sana puede ser difícil de definir porque es posible que tengas una experiencia de relaciones diferente a la mía o a la de cualquier otra persona. Tal vez pensaste en aspectos como la capacidad de comunicación clara, la honestidad o las muestras de afecto.

Si bien nuestras experiencias de relación son únicas, existen algunos elementos esenciales que deben estar presentes en toda relación para que sea saludable y satisfactoria para todos.

En psicología, muchos investigadores conceptualizan la calidad de la relación en términos de cuán satisfecho está cada uno de los miembros de la pareja en la relación. Esto se centra en la dimensión hedónica de la relación (placer o felicidad). Sin embargo, puede que tengas claro que las relaciones saludables implican mucho más que cuán bien te sientes.

Por eso, los investigadores también han analizado la dimensión eudaimónica de la calidad de las relaciones, o el florecimiento de las relaciones. Las relaciones pueden ser una fuente de significado, caracterizada por el compromiso, el sacrificio y el crecimiento personal (Fincham et al., 2007; Stanley et al., 2006; Finkel et al., 2014).

Recientemente, algunos investigadores decidieron examinar esto creando un cuestionario para evaluar el florecimiento de las relaciones (Fowers et al., 2016) y examinaron cuatro dimensiones:

  1. Significado:La relación es una fuente de significado.
  2. Crecimiento personal:La relación es una fuente clave de inspiración, apoyo y estímulo para el desarrollo personal.
  3. Compartir objetivos:La capacidad de una pareja de tener objetivos compartidos y también de apoyar y celebrar los objetivos independientes de cada uno.
  4. Donación relacional:Priorizar a la pareja más que a uno mismo.

Si desea evaluar el progreso de su relación, puede ser útil reflexionar sobre cuáles son sus puntos fuertes y débiles. ¿Le está dando sentido a su relación? ¿Siente que celebra más los logros de su pareja que los suyos? ¿Está su pareja esforzándose más que usted? Todas estas son preguntas importantes que debe tener en cuenta al evaluar la calidad de su relación. Puede proporcionarle orientación sobre las áreas en las que puede querer centrarse para mejorar.

Vídeo: 8 hábitos de relaciones saludables

Relaciones saludables y no saludables

Si bien es importante aprender a identificar cuándo una relación va bien, es igualmente importante estar atento a las señales que indican que una relación no va bien. Siga leyendo para conocer las señales y características reveladoras de las relaciones no saludables.

La comunicación en las relaciones no saludables

Un aspecto clave de las relaciones es la comunicación. Muchas veces, los conflictos surgen en las relaciones de pareja por un malentendido o por la falta de una comunicación interpersonal sana.

Es posible que haya oído hablar de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, una metáfora que describe el fin de los tiempos en el Nuevo Testamento. Describe la conquista, la guerra, el hambre y la muerte. Los investigadores han aplicado esta metáfora para describir la comunicación defectuosa (o la falta de ella) en una relación romántica. Estos suelen ser indicadores de divorcio, y es comprensible que así sea (Gottman y Levenson, 2000).

1. Crítica

El primer jinete es la crítica. Cuando criticas a alguien, lo atacas en lo más profundo de su carácter. Esto es diferente a ofrecer una opinión útil o expresar una queja.

Un ejemplo de queja sería: “Me molestó ver que los platos no estaban lavados porque pensé que habíamos acordado que los miércoles era el día para lavarlos”.

Una crítica, sin embargo, sería algo como: “Claro que no lavaste los platos, no puedo creer lo egoísta que eres. Solo piensas en ti mismo”.

¿Puedes ver cómo la crítica es mucho más dura y puede hacer que un pequeño error se convierta en una gran pelea? Aunque la crítica constante es una señal de alerta, no es necesariamente el fin de una relación, especialmente si es una crítica constructiva. Debes poder identificar cuándo se produce este patrón para que tú y tu pareja puedan trabajar para mejorarlo, especialmente si alguno de los dos se siente constantemente rechazado o herido.

El verdadero problema es cuando la crítica se transforma en desprecio, que es el siguiente jinete.

2. Desprecio

El desprecio va más allá de la crítica, ya que abarca la superioridad moral sobre la otra persona. Esto puede incluir burlarse de ella, ridiculizarla, insultarla, imitar su lenguaje corporal o burlarse. La intención es hacerla sentir despreciada o inútil, lo cual es un sentimiento terrible de inculcar o recibir de alguien.

3. Actitud defensiva

El tercer jinete es la actitud defensiva, que suele darse en respuesta a las críticas. Es natural ponerse a la defensiva a veces, especialmente si estás particularmente estresado o cansado. A veces puedes sentir que no estás recibiendo el tratamiento adecuado o puedes hacerte la víctima para que la culpa ya no recaiga sobre ti.

Las respuestas defensivas suelen echarle la culpa a la pareja, lo que no suele ser la mejor opción. Le indican a la otra persona que quizás no la tomes en serio y que no vas a reconocer tus errores.

Por ejemplo, si tu pareja te dice que olvidaste comprar algo en el supermercado, una respuesta defensiva podría ser: “Estuve muy ocupado hoy y al menos fui al supermercado. En realidad, podrías haberme ayudado y haber hecho las compras tú mismo”. ¿Ves cómo se le está echando la culpa a tu pareja?

Una respuesta no defensiva sería algo como: “Lo siento, puedo recogerlo mañana por la mañana”. En este caso, se ofrece una disculpa y una solución sin ninguna actitud defensiva.

4. Obstruccionismo

El cuarto jinete es la evasiva, que suele darse en respuesta al desprecio. Esto sucede cuando el oyente que recibe los comentarios sarcásticos o ridiculizantes termina cerrándose y ya no responde a su pareja. «Evade» a su pareja y trata de evitar la confrontación actuando como si estuviera ocupado, desvinculándose de la conversación o simplemente abandonando su presencia.

Los otros tres jinetes que lo preceden pueden acabar convirtiéndose en demasiados para cualquiera de los dos miembros de la pareja, lo que puede acabar en una actitud evasiva. Aquí es donde la cosa se pone especialmente complicada, porque la actitud evasiva implica que hay poca o ninguna comunicación, lo que resulta problemático para cualquier relación.

Vídeo: Los cuatro jinetes del Apocalipsis de las “relaciones”

Cómo construir relaciones saludables

Ahora que ya sabes qué es y qué no es una relación sana, ¿cómo puedes empezar a construirla? A continuación, te presentamos algunos elementos importantes que debes tener en cuenta al desarrollar una relación íntima:

1. Desarrollar una fuerte conexión emocional: Según años de investigación psicológica, uno de los predictores más importantes de una relación saludable es estar emocionalmente… sensible (Lemay et al., 2007). Esto implica enviar señales (por ejemplo, verbales, físicas) a su pareja y hacer que esta responda a ellas (por ejemplo, tranquilizándola, alentándola, etc.).

2. Ser vulnerables el uno con el otro:Cuando los socios se abren el uno al otro, esto ayuda a desarrollar y fortalecer la confianza mutua.

3. Sé honesto:Esto puede ir de la mano con la vulnerabilidad, pero también abarca otras formas de comunicación. Una relación sana probablemente no se base en mentiras.

4. Tener conflictos “saludables”:Los conflictos son inevitables en cualquier relación, pero la forma de afrontarlos es esencial. Recuerde los cuatro jinetes del Apocalipsis y evite recurrir a la crítica o a la evasiva. Lea la siguiente sección para conocer los antídotos contra los cuatro jinetes.

Vídeo: Habilidades para unas relaciones románticas saludables

Cómo mantener relaciones saludables

Hay algunas cosas en la vida que se hacen una sola vez. Por ejemplo, puedes hacer ejercicio en casa, probar una nueva comida o ver una película. Una vez que lo haces, lo logras. Luego hay otra categoría de actividades que requieren práctica continua. Por ejemplo, si quieres empezar a meditar, no meditas una vez y ya está. Tienes que seguir haciéndolo hasta que mejores y desarrolles las habilidades para la vida que deseas alcanzar.

Lo mismo se puede aplicar a nuestras relaciones románticas. Hay que esforzarse continuamente, porque no solo cada persona de la relación evoluciona, sino que la relación en su conjunto también evoluciona constantemente. Hay ciclos de altibajos y, a veces, habrá más desafíos de los que crees que puedes manejar. Entonces, ¿cómo puedes mantener relaciones saludables y evitar que se conviertan en relaciones no saludables?

La comunicación en las relaciones saludables

Ya leíste sobre los cuatro jinetes, que contribuyen a las relaciones no saludables. ¿Cómo puedes combatirlos? Afortunadamente, también existen antídotos contra los cuatro jinetes, que pueden ayudarte a mantener una relación saludable (Lisitsa, 2013).

1. Antídoto contra la crítica: un inicio suave

Cambia tus afirmaciones en primera persona por afirmaciones en primera persona. En lugar de criticar a la otra persona, concéntrate en expresar cómo te hizo sentir algo para poder comunicar tus preocupaciones de forma clara y asertiva.

2. Antídoto contra el desprecio: Aprecio y respeto

Como ya hemos dicho, el desprecio surge desde una posición de superioridad moral y es muy perjudicial para una relación. Para combatirlo, es importante construir una relación de respeto mutuo y amabilidad. Para ello, es útil que usted y su pareja expresen regularmente su gratitud y afecto, de modo que esto se convierta en una parte habitual de la relación. Esto actuará como un amortiguador contra las expresiones de desprecio.

3. Antídoto contra la actitud defensiva: asumir la responsabilidad

Cuando te pones a la defensiva, no reconoces plenamente tus errores. Al asumir la responsabilidad, le estás indicando a tu pareja que no estás echando la culpa a nadie…