Relaciones platónicas (Definición + Ejemplos) –

¿Alguna vez has tenido un amigo que significaba mucho para ti pero nunca hubo una relación romántica? La mayoría de nosotros lo hemos hecho, y estas amistades pueden ser tan significativas como las relaciones románticas.

Las relaciones platónicas son amistades que tienen una conexión emocional profunda pero que no son de naturaleza romántica ni sexual. Comprender estas relaciones es crucial porque forman la columna vertebral de nuestra vida social, brindando apoyo emocional, felicidad e incluso mejorando nuestra salud mental.

En este artículo, profundizaremos en el fascinante mundo de las amistades platónicas: exploraremos sus raíces históricas, profundizaremos en teorías psicológicas y ofreceremos consejos para fomentar estas valiosas conexiones.

¿Qué son las relaciones platónicas?

Origen del término «platónico» en Platón

Cuando pensamos en el término «platónico», a menudo pensamos en una amistad cercana pero no romántica.

¿Pero sabías que este término en realidad proviene de un antiguo filósofo griego llamado Platón? Nacido alrededor del 427-347 a. C., Platón fue alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, formando un trío de pensadores que sentaron las bases de la filosofía occidental.

Las contribuciones de Platón al ámbito del pensamiento son numerosas, pero una de sus obras más famosas es un diálogo llamado «El Banquete». En esta conversación entre distintos personajes, el tema es el amor, o «Eros» en griego.

Mientras que algunos de los personajes hablan del amor en un sentido romántico y físico, Platón introduce una forma superior de amor: una que trasciende la atracción física y se eleva al reino de lo intelectual y espiritual.

Este tipo de amor se centra en la belleza del carácter de una persona y la belleza de la verdad y la sabiduría. Según Platón, esta forma superior de amor podía compartirse entre amigos, independientemente del género, y no necesitaba involucrar ningún aspecto romántico o sexual.

Entonces, cuando hoy hablamos de amor platónico o relaciones platónicas, en realidad nos referimos a este antiguo concepto que valora la conexión emocional e intelectual por encima de la atracción física o romántica.

¿No es fascinante cómo una idea que tiene miles de años todavía juega un papel importante en la forma en que entendemos las amistades hoy en día? Comprender las raíces históricas puede darnos una visión más profunda de por qué este tipo de amistades no sólo son posibles sino también esenciales para nuestro bienestar emocional e intelectual.

Evolución del concepto a lo largo del tiempo

Si bien el concepto de amor platónico se remonta a la antigüedad, ha evolucionado considerablemente a lo largo de los siglos.

Durante gran parte de la historia, las amistades entre hombres y mujeres fueron poco comunes o vistas con sospecha debido a normas culturales y estructuras sociales. En muchas sociedades, hombres y mujeres vivían en esferas separadas y tenían roles distintos, lo que limitaba las oportunidades de que se formaran relaciones platónicas.

Si avanzamos rápidamente hasta los períodos del Renacimiento y la Ilustración, encontraremos filósofos y eruditos revisando y debatiendo la noción de relaciones platónicas.

En los siglos XIX y XX, con el surgimiento del movimiento feminista y los cambios en las normas sociales, las posibilidades de amistad entre hombres y mujeres comenzaron a expandirse.

Las escuelas mixtas, los lugares de trabajo mixtos y la flexibilización general de las restricciones sociales permitieron que floreciera un tipo diferente de relación platónica: una basada en intereses mutuos, respeto y apoyo emocional, que trasciende las barreras de género, edad y, a veces, , estatus social.

Sin embargo, el concepto de amor platónico no sólo ha evolucionado en el contexto del género. Hoy en día, pueden existir relaciones platónicas entre personas del mismo género, diferentes razas, diferentes religiones e incluso diferentes generaciones. El enfoque se ha desplazado más hacia el apoyo mutuo, los valores compartidos y los intereses comunes como base de estas relaciones.

A medida que nos adentramos en el siglo XXI, la tecnología también desempeña un papel en la configuración de las amistades platónicas. Las redes sociales y las aplicaciones de comunicación hacen que sea más fácil que nunca formar y mantener conexiones, aunque más adelante analizaremos cómo esta conveniencia podría tener sus desventajas.

Considerándolo todo, la idea de lo que constituye una relación platónica se ha vuelto más inclusiva y compleja, reflejando el mundo diverso e interconectado en el que vivimos hoy.

Transición a la psicología moderna

El concepto de relaciones platónicas puede tener orígenes antiguos, pero su relevancia nunca ha sido más contemporánea.

Quizás se pregunte: «¿Por qué debería importarnos lo que algún filósofo de la antigua Grecia pensara sobre la amistad?» La respuesta está en las perdurables ideas proporcionadas por las ideas de Platón, que sirven de base para las teorías psicológicas modernas.

El viaje desde Platón hasta hoy implica muchas paradas, desde los filósofos que analizan la amistad y el amor hasta los psicólogos modernos que estudian cómo y por qué formamos vínculos con otras personas.

Si bien el lenguaje ha evolucionado y los métodos se han vuelto más científicos, las preguntas centrales siguen siendo: ¿Qué hace que una amistad sea profunda y significativa? ¿Cómo formamos estos vínculos? ¿Qué papel juegan estas conexiones en nuestro bienestar general?

La psicología, como estudio científico de la mente y el comportamiento, aporta métodos empíricos a estas cuestiones. Los investigadores realizan experimentos, encuestas y estudios a largo plazo para examinar la naturaleza de las relaciones platónicas en diversos entornos: desde amistades infantiles hasta vínculos formados en el lugar de trabajo o incluso en línea.

Como veremos en las siguientes secciones, la psicología nos ofrece un rico tapiz de teorías y marcos para comprender las complejidades de las relaciones platónicas.

Ya sea la Jerarquía de Necesidades de Maslow, que explica por qué las amistades son esenciales para nuestra salud emocional, o la Teoría del Apego, que ofrece ideas sobre cómo nuestras relaciones tempranas dan forma a nuestras amistades adultas, la psicología moderna se basa en los fundamentos filosóficos establecidos hace miles de años.

Entonces, al adentrarnos en el ámbito de la psicología, recuerde que no solo estamos explorando pensamientos modernos. Somos parte de una larga y rica historia de personas que intentan comprender la necesidad humana básica de tener conexiones significativas, una búsqueda que comenzó con Platón y continúa hoy en los laboratorios de psicología de todo el mundo.

La psicología de las relaciones platónicas

La jerarquía de las necesidades humanas básicas de Abraham Maslow

¿Alguna vez te has sentido solo y has pensado: «Me gustaría tener alguien con quien hablar»? Bueno, no estás solo. Sentirse conectado con los demás es una necesidad humana básica.

Un psicólogo llamado Abraham Maslow señaló esto en 1943 cuando ideó algo llamado «Jerarquía de Necesidades».

Imagina una pirámide. En la base están las necesidades más básicas como comida, agua y refugio. Pero a medida que subes por la pirámide, te encuentras con un nivel dedicado a «Pertenencia y Amor». Aquí es donde las relaciones platónicas encuentran su lugar.

Maslow argumentó que una vez que hemos satisfecho nuestras necesidades físicas básicas, comenzamos a anhelar cosas emocionales como amistades, familia y un sentido de pertenencia. Sin estos vínculos emocionales, podemos sentirnos aislados, infelices y estresados.

¿Y adivina qué? ¡La ciencia respalda esto! Los estudios han demostrado que las personas que tienen relaciones platónicas sólidas son generalmente más felices, menos estresadas y viven vidas más largas en comparación con quienes no las tienen.

La razón de esto es simple pero poderosa: las amistades platónicas ofrecen apoyo emocional, un sentido de pertenencia y un sentimiento de ser valorado y comprendido. Estos son factores críticos para aumentar nuestra autoestima, que es otro nivel más arriba en la pirámide de Maslow.

Esencialmente, las relaciones platónicas no sólo nos hacen sentir bien; Contribuyen a nuestro bienestar general, ayudándonos a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

En el mundo acelerado de hoy, donde todos están ocupados, mantener relaciones platónicas sólidas se vuelve aún más crucial. Ya sea un hombro sobre el que llorar, alguien con quien compartir una risa o un amigo que te dé un consejo honesto, las relaciones platónicas enriquecen nuestras vidas de maneras que ni siquiera nosotros podemos entender del todo, satisfaciendo nuestras necesidades humanas de conexión y pertenencia.

Teoría del apego: John Bowlby y Mary Ainsworth

Cuando eras un bebé, probablemente no pensabas mucho en la amistad: estabas demasiado ocupado descubriendo el mundo que te rodeaba.

Pero según los psicólogos John Bowlby y Mary Ainsworth, los vínculos que formamos temprano en la vida pueden tener un impacto duradero en nuestras amistades como adultos debido a cómo contribuyen a nuestro desarrollo. Esta idea está en el corazón de lo que se conoce como «teoría del apego».

John Bowlby fue un psicólogo británico que desarrolló la teoría por primera vez a mediados del siglo XX. Creía que, cuando somos bebés, todos tenemos un sistema incorporado que nos hace querer estar cerca de nuestros cuidadores. Esto se debe a que estar cerca de alguien que pueda protegernos y nutrirnos aumenta nuestras posibilidades de supervivencia. Bastante inteligente, ¿verdad?

Mary Ainsworth, psicóloga estadounidense-canadiense, llevó las ideas de Bowlby un paso más allá. Realizó un experimento llamado «Situación extraña» para estudiar cómo reaccionan los bebés cuando se los separa de sus cuidadores.

Lo que encontró fue revelador. Los bebés mostraron diferentes estilos de apego (seguro, ansioso y evitativo) según la capacidad de respuesta de sus cuidadores a sus necesidades.

Ahora quizás estés pensando: «¿Qué tiene esto que ver con las amistades platónicas?» Bueno, mucho, en realidad. El estilo de apego que desarrollamos cuando somos niños a menudo se traslada a nuestras relaciones adultas, incluidas las amistades.

Si tuvo cuidadores que lo apoyaron y respondieron constantemente, es más probable que forme vínculos seguros con sus amigos. Esto significa confiar fácilmente en ellos, sentirse cómodo siendo emocionalmente abierto y no preocuparse demasiado por el fin de la amistad.

Por otro lado, si sus cuidadores fueron inconsistentes o negligentes, es posible que le resulte más difícil confiar en sus amigos y que se muestre más ansioso o evasivo en las relaciones platónicas.

Comprender su estilo de apego puede brindarle una visión profunda de por qué se comporta de cierta manera en las amistades y ayudarlo a formar vínculos platónicos más fuertes y seguros cuando sea adulto.

Inteligencia emocional: Daniel Goleman

Probablemente hayas oído hablar del coeficiente intelectual, que mide qué tan inteligente eres en materias como matemáticas y ciencias. ¿Pero qué pasa con el ecualizador? EQ significa Inteligencia Emocional, un término que se hizo ampliamente conocido gracias al libro de Daniel Goleman de 1995 «Inteligencia Emocional».

En este trabajo innovador, Goleman sostiene que ser inteligente no se trata sólo de superar los exámenes; también se trata de comprender las emociones, las suyas y las de los demás. La inteligencia emocional se divide en cuatro habilidades principales: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones.

Entonces, ¿por qué es tan importante la inteligencia emocional en las relaciones platónicas? Piensa en tus amistades por un momento. ¿Alguna vez has tenido un amigo que siempre sabe cuando algo te molesta, incluso si no has dicho una palabra? ¿O un amigo que puede manejar situaciones difíciles sin perder la calma? Lo más probable es que estos amigos obtengan puntuaciones altas en inteligencia emocional.

Las personas emocionalmente inteligentes son buenas para captar señales emocionales de los demás, lo que las convierte en grandes oyentes y amigos empáticos. También son buenos para controlar sus propias emociones, lo que significa que es menos probable que ataquen cuando están molestos.

Esta estabilidad emocional puede ser la piedra angular de las relaciones platónicas. Permite conversaciones más profundas, genera confianza y fomenta un espacio sin prejuicios donde ambos amigos pueden ser auténticos.

La belleza de la inteligencia emocional es que no está escrita en piedra; se puede mejorar con la práctica. Entonces, si quieres…