Todos fallecemos, así que me estoy preparando para ello con un “paquete de la muerte“ ”que incluye cartas para mi hijo.
Foto por Joanna Kosinska en desempaquetar
Querida hija,
¡No puedo creer que te vayas a casar hoy! Lamento mucho no poder estar allí. Estoy seguro de que te ves hermosa. Este es el primer día de tu nueva vida…
Así fue la primera carta. Escribí alrededor de 40 de estos. Lo hice incluso antes de que naciera mi pequeña. Cada uno fue escrito a mano en hermoso material de oficina (exceso de tarjetas de agradecimiento de nuestra boda) y sellado en sobres con los nombres de eventos futuros importantes en el frente. Éste en particular decía: «El día de tu boda».
Cuando descubrí que estaba embarazada de mi hija, me sentí eufórica. Pasó un tiempo antes de que pudiéramos concebir: casi un año después de casarnos. Como cualquier futura mamá, el miedo comenzó a aparecer poco después de descubrir que estábamos esperando. Entre los muchos pensamientos negativos estaban los de muerte. Entonces, comencé a escribirle a mi hija que aún estaba por nacer cuando solo tenía unas semanas de embarazo de ella.
La primera que escribí fue la carta que debía abrirse el día de su boda. Luego, regresé desde allí. Escribí uno para el primer día de clases, para su primera relación, su primer desamor, su primer trabajo. Pasé a escribirle cartas basándose en cómo podría sentirse en ciertos momentos de su vida. Entonces, tenía una carta para cuando se sienta triste, cuando logre algo grande, cuando quiera cambiar de carrera y muchas más. Quería estar con ella y compartir pequeñas pepitas de sabiduría incluso cuando ya no esté cerca.
El arte de planificar la propia muerte nunca recibe la atención que merece. Según AARP, el 60% de los adultos estadounidenses no tienen un testamento ni un plan patrimonial. Mientras tanto, los CDC dicen que aproximadamente 1/3 de los adultos tampoco tienen directivas anticipadas que expresen sus deseos de atención al final de la vida.
Hay muchas cosas que uno puede hacer para prepararse para la muerte. Empecé con las letras porque el acontecimiento que me impulsó a prepararme fue mi embarazo. Pasé a preparar un “paquete de muerte” completo al que mi esposo tendrá acceso una vez que yo muera.
Las consecuencias de la muerte son mucho más que el simple dolor de afrontar la pérdida. Él…