Qué es la videoterapia y cómo aplicarla

Es una verdad lamentable que muchos clientes enfrentan barreras para acceder a un tratamiento terapéutico efectivo.

Las personas que viven en áreas remotas con transporte limitado o nulo y las personas aisladas debido a problemas de movilidad son solo dos ejemplos de clientes a los que les puede resultar difícil acceder al apoyo profesional que necesitan.

El uso de la tecnología en la prestación de servicios terapéuticos y el desarrollo continuo de nuevas tecnologías ofrecen oportunidades para que los profesionales implementen opciones de apoyo viables y asequibles y mejoren el acceso de los clientes a la terapia a través de distancias geográficas.

La videoterapia es una de esas opciones de apoyo. Al incorporar software de videoconferencia con servicios terapéuticos profesionales, la videoterapia puede ayudar a los profesionales a atravesar las grandes distancias que a menudo los separan de los clientes que lo necesitan.

El siguiente artículo examinará las ventajas y desventajas de la videoterapia, las pautas de mejores prácticas y algunas consideraciones técnicas necesarias para aplicar con éxito la videoterapia a su trabajo con los clientes.

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¿Qué es la Videoterapia?

La terapia en línea, también conocida como telesalud, asesoramiento electrónico, teleterapia, terapia electrónica y asesoramiento cibernético, es un concepto relativamente nuevo en el que un terapeuta o consejero brinda asesoramiento y apoyo psicológico a través de Internet.

La Junta Nacional de Consejeros Certificados (NBCC, 2001, p.1) describe la terapia en línea como “la práctica de asesoramiento profesional y entrega de información que ocurre cuando el cliente y el asesor se encuentran en lugares separados o remotos y utilizan medios electrónicos para comunicarse a través de Internet.

La videoterapia es uno de esos enfoques que utiliza tecnología de videoconferencia para proporcionar intervenciones terapéuticas y servicios de salud mental a grandes distancias en tiempo real.

¿Para quién es la Videoterapia?

La videoterapia puede ser beneficiosa para una amplia gama de clientes, incluidos los que viven en lugares remotos, los ancianos, el personal militar, las poblaciones carcelarias y las personas que están confinadas en casa por razones físicas o psicológicas (Simpson & Morrow, 2010).

Sin embargo, es esencial tener en cuenta que la videoterapia no es adecuada para todos los clientes; por lo tanto, los clientes potenciales deben ser seleccionados cuidadosamente y solo deben considerarse aquellos que se beneficiarán del servicio (Suler, 2001).

Si bien la videoterapia puede ser particularmente beneficiosa para clientes de bajo riesgo en entornos ambulatorios, puede no ser adecuada para clientes que tienen trastornos psiquiátricos graves.

Según Stofle (2001), la videoterapia se adapta mejor a los clientes con un deseo de crecimiento y realización personal, trastornos de ansiedad, incluidas la agorafobia y las fobias sociales; así como problemas de imagen corporal, vergüenza o culpa.

No es probable que los clientes que presentan trastornos del pensamiento de ideación suicida y trastorno límite de la personalidad se beneficien de la videoterapia (Stofle, 2001).

9 beneficios de la videoterapia

1. Un beneficio de la terapia en línea que se cita con frecuencia es la comodidad y el mayor acceso tanto para los clientes como para los terapeutas. En términos de accesibilidad al tratamiento, el uso de la tecnología digital para facilitar la terapia elimina las barreras de viaje e inconvenientes y brinda oportunidades para mejorar el acceso a los servicios de atención de salud mental para los clientes que viven en áreas remotas y rurales (APA, 2013).

Además, al emplear el uso de la videoterapia, los clientes pueden superar los problemas de accesibilidad subjetivos, ya sean físicos o psicológicos, relacionados con la terapia, mientras que también ofrece una variedad de otros beneficios en relación con las intervenciones terapéuticas tradicionales en persona.

2. La videoterapia también tiene algunas ventajas claras sobre la presencial para clientes de países en desarrollo. Los países de ingresos bajos se ven afectados de manera desproporcionada por la carga de los trastornos mentales, principalmente debido a los sistemas de salud fragmentados y subdesarrollados y a la escasez de especialistas en salud mental u oportunidades de tratamiento disponibles (Becker & Kleinan, 2013).

Pocas personas que viven con trastornos mentales en todo el mundo tienen acceso a la atención de la salud mental, pero muchas tienen acceso a Internet (Naslund et al., 2017). Esto y el creciente uso y asequibilidad de los teléfonos inteligentes y las tabletas presenta nuevas oportunidades para llegar, apoyar y tratar a las personas que viven con trastornos mentales.

3. La tecnología de videoconferencia se puede emplear con múltiples clientes para convocar a personas con problemas similares repartidos en una gran área geográfica (CSAT, 2015).

4. Con el aumento de la videoterapia remota habilitada por tecnología, los clientes también pueden aprovechar las ventajas de una selección más amplia de terapeutas. Esto puede ser particularmente beneficioso para los clientes que buscan un consejero con experiencia específica, o con un idioma o conocimiento cultural particular (Speyer & Zack, 2003).

5. Se ha demostrado que el grado de separación proporcionado por la videoterapia, en contraste con la presencial, mitiga los sentimientos de intimidación o pérdida de control personal que pueden ser más frecuentes en los entornos de terapia tradicional (Rees & Stone, 2005).

6. Yuen, Goetter, Herbert y Forman (2013) descubrieron que los adultos que padecían el trastorno de ansiedad social general (SAD, por sus siglas en inglés), una afección que, debido a sus características inherentes, hace que sea menos probable que los pacientes busquen ayuda, informaron mejoras significativas en la ansiedad social, depresión, calidad de vida y evitación experiencial durante 12 sesiones semanales de TCC facilitada por video.

7. En términos de compromiso individual, un estudio realizado por Morneau Shepell (2013) encontró un porcentaje más bajo de retiros y ausencias para la videoterapia (16 %) que en los entornos presenciales (28 %). Esto respaldó investigaciones previas de Day & Schneider (2002), que encontraron que la participación en las sesiones de asesoramiento aumenta cuando a los clientes se les ofrece un tratamiento a distancia, como la videoterapia, como alternativa o complemento de la terapia en persona.

8. Una mayor participación en la videoterapia puede deberse, en parte, a una reducción del estigma social de recibir asesoramiento tradicional mediante la normalización de la atención de la salud mental, en particular para las generaciones adeptas y cómodas interactuando a través de la tecnología (Slavich, 2003).

Al-Krenawi, Graham y Fakher-Aldin (2003) encontraron que el medio libre de estigma de la consejería a distancia puede ser una modalidad culturalmente apropiada de brindar servicios a clientes que convencionalmente subutilizan otras formas de intervención profesional de salud mental.

9. La videoterapia tiene resultados similares con respecto a la asistencia del cliente a la sesión, las calificaciones subjetivas de la utilidad de la sesión, las autoevaluaciones previas y posteriores al asesoramiento y las tasas de cumplimiento de objetivos.

Según Germain et al. (2010), la TCC proporcionada por videoconferencia es tan eficaz como la TCC presencial tradicional sin diferencias significativas en los resultados. Además, Richardson et al. (2009) encontraron que los clientes que recibían videoterapia reportaron niveles de satisfacción similares a los de las personas que accedían a la terapia en persona.

¿Hay alguna desventaja en la videoterapia?

Si bien la videoterapia tiene innumerables beneficios potenciales, no está exenta de desafíos. Varios peligros posibles pueden reducir la eficacia de la videoterapia; por lo tanto, es vital que los profesionales trabajen activamente para evitar estos problemas.

1. Los clientes requieren un lugar tranquilo y seguro para realizar videollamadas

Como profesional, debe establecer que sus clientes puedan crear un espacio seguro para las videollamadas comprobando que se encuentran en un lugar privado donde las sesiones serán confidenciales y libres de distracciones auditivas, como ruidos de fondo intrusivos.

2. La videoterapia puede no ser adecuada para clientes de alto riesgo

La videoterapia se usa comúnmente con clientes que presentan síntomas que no son de naturaleza de alto riesgo; por lo tanto, es poco probable que los clientes que necesitan un amplio apoyo entre sesiones sean buenos candidatos para la videoterapia. En casos de clientes de alto riesgo, se puede introducir la videoterapia como un servicio complementario después de que las sesiones presenciales hayan establecido una buena alianza terapéutica.

3. Los clientes deben tener conocimientos informáticos adecuados

Las habilidades informáticas, el conocimiento, la plataforma y el acceso a Internet del cliente pueden afectar la eficacia de la videoterapia (Suler, 2001). La capacidad de beneficiarse de la videoterapia está determinada en parte por las habilidades y conocimientos informáticos del cliente, especialmente si el proceso implica instalar y aprender a utilizar un nuevo software.

4. Desafíos a la alianza terapéutica

Una alianza terapéutica positiva es un aspecto importante de cualquier proceso terapéutico. La videoterapia puede restringir el rango de comunicación no verbal y dificultar el desarrollo de la relación; esto puede retrasar potencialmente el progreso de un cliente y, en consecuencia, el resultado de la terapia.

Según Manchanda & McLaren (1998), ciertas características del terapeuta pueden facilitar la aplicación de la videoterapia, por ejemplo, calidez, empatía y autenticidad.

5. Faltan señales no verbales

Puede ser un desafío leer las señales no verbales en una videollamada, y el entorno en el que los clientes realizan las videollamadas puede no ser propicio para obtener resultados terapéuticos positivos. Según Manchanda & McLaren (1998), es imperativo que los profesionales que utilizan la tecnología de video interactivo presten mucha atención a las señales no verbales que pueden ocultarse o pasarse por alto.

Los profesionales deben perfeccionar su capacidad para inferir el estado emocional de un cliente a partir de su tono de voz, ritmo, inflexión y uso del silencio, y comprobar la precisión de estas inferencias mediante comentarios reflexivos.

8 pautas para aplicar la videoterapia

Los profesionales deben comprender las reglas, los reglamentos y las pautas para la aplicación de la videoterapia y otras formas de terapia a distancia.

Si bien la naturaleza flexible de estos servicios puede ser beneficiosa tanto para los clientes como para los facilitadores, los profesionales deben asegurarse de que su trabajo con los clientes cumpla con las obligaciones legales y éticas de su jurisdicción.

Con el avance de las tecnologías digitales y el aumento del número de terapeutas que utilizan la tecnología en sus prácticas, la APA (2013) recomienda el cumplimiento de los siguientes protocolos.

1. Amplíe su competencia profesional

Los profesionales tienen la obligación ética de prestar servicios que estén dentro de los límites de su experiencia y formación. Según la orientación de la Organización Mundial de la Salud (2019), los profesionales requieren una capacitación adecuada si quieren realizar una transición exitosa a esta nueva forma de trabajar y necesitan comprender y utilizar la tecnología con facilidad.

Para garantizar las mejores prácticas, los facilitadores deben desarrollar los conocimientos y las habilidades necesarios mediante la búsqueda de experiencias educativas adicionales y capacitación relevante, lo que incluye familiarizarse con el software de videoconferencia, las aplicaciones y otras tecnologías que pueden respaldar la interacción de video entre el cliente y el profesional.

2. Garantizar que se cumplan los estándares de atención

El uso de tecnologías digitales en la prestación de servicios psicológicos sigue siendo un concepto relativamente nuevo con su propio conjunto de estándares éticos y profesionales de atención y práctica. Los profesionales deben hacer todo lo posible para garantizar que estos estándares se cumplan en todos los servicios de videoterapia que brindan.

3. Obtenga el consentimiento informado

Los profesionales deben obtener y documentar un consentimiento informado que aborde específicamente las preocupaciones y problemas únicos asociados con los servicios digitales que…