¿Qué es la Terapia de Integración Sensorial para Niños con Autismo?

Todos procesamos el mundo usando nuestros sentidos. Ya sea que estemos sentados, caminando, hablando o comiendo, más de uno de nuestros sentidos está involucrado para que cada acción se coordine y comprenda en consecuencia. Entonces, ¿qué sucede si los sentidos de un niño no funcionan correctamente? Bueno, entonces es cuando podría valer la pena considerar la terapia de integración sensorial (SIT).

Algunos niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienen dificultades para procesar información sensorial e integrar estímulos sensoriales. A menudo se requiere terapia para que los sentidos sean más funcionales.

Una forma de terapia es la terapia de integración sensorial (SIT). La terapia de integración sensorial se incluye en la práctica de la terapia ocupacional (TO), impartida por terapeutas de OT calificados. SIT ofrece intervenciones y estrategias diseñadas para ayudar a los niños con autismo que tienen dificultades para procesar estímulos sensoriales.

La mala regulación de la información sensorial puede provocar ansiedad y puede resultar muy estresante para los niños autistas no verbales que no pueden comunicar sus dificultades, por lo que la terapia es clave.

Echemos un vistazo más de cerca a la definición de integración sensorial, así como a qué es la SIT y cómo puede ayudar a los niños con autismo.

¿Qué es la integración sensorial?

Cuando un determinado estímulo entra en contacto con tus sentidos, como el oído, el tacto, el gusto y el olfato; su sistema nervioso recibe e interpreta estos estímulos; este proceso se conoce como integración sensorial.

Varias actividades requieren que múltiples sentidos actúen simultáneamente; por ejemplo, cuando un niño come, su sentido del olfato se activa para que reconozca lo que está comiendo. Mientras tanto, su sentido del oído filtra naturalmente el ruido ambiental, el sentido de la vista del niño también se activa; sumándole el sentido del tacto que informa al niño sobre la textura de los alimentos. Sin embargo, si alguno de estos sentidos está excesiva o insuficientemente estimulado (como suele ocurrir en los niños con autismo), el deseo del niño de comer se ve afectado y es posible que no disfrute la comida.

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Hiporreactividad/subestimulación

Hay niños autistas que son hiporreactivos; Por lo general, estos niños no parecen responder a estímulos sensoriales que los demás perciben. Los niños con autismo que son hiporreactivos a los estímulos sensoriales buscan estímulos sensoriales para aumentar su excitación. Normalmente, esto aparece como comportamientos repetitivos. A menudo les resulta difícil realizar actividades enfocadas porque necesitan satisfacer constantemente sus necesidades sensoriales. Se pueden clasificar como “salvajes” o “disruptivos”.

Hiperreactividad/sobreestimulación

En la mayoría de los casos, los niños autistas con sensibilidad hiperreactiva suelen estar hipervigilantes, demasiado excitados, les resulta difícil regular las emociones negativas y también evitan ciertas tareas cotidianas. Cuando sienten demasiada información, tienden a retirarse o “cerrarse”. Los entornos grupales o sociales a menudo pueden resultar abrumadores. Por esta razón, estos niños suelen ser etiquetados como “tímidos”.

¿Cuáles son los tres niveles de integración sensorial?

La teoría de la integración sensorial fue desarrollada por la terapeuta ocupacional estadounidense Anna Jean Ayres. La teoría de Ayre propone que el desarrollo de la integración sensorial se produce en tres niveles; el sistema táctil, vestibular y propioceptivo.

El sistema táctil alimenta información como la luz, el tacto, el dolor y la presión, y estos son importantes para que podamos percibir y ser conscientes de nuestro entorno. El sistema vestibular está ubicado en el oído interno y ayuda a detectar movimientos o cambios en la posición del cuerpo. Finalmente, el sistema propioceptivo es responsable de la conciencia subconsciente de su cuerpo en el espacio. Incluye sus músculos, articulaciones y tendones.

Cuando un niño juega con un objeto, activa su sentido táctil, que le informa sobre la textura del objeto, así como su información visual, que le proporciona información sobre el tamaño, el color y la forma. Por otro lado, el sistema propioceptivo envía información al cerebro con información sobre tus músculos y articulaciones en relación con el resto de tu cuerpo; Cuando un niño juega con un objeto, el sistema propioceptivo proporciona información sobre los movimientos de sus manos. El sistema vestibular proporciona información sobre el equilibrio y el movimiento, por ejemplo, cuando su hijo está en un columpio o gira; su sentido vestibular está en juego.

Impacto de la disfunción en estos sistemas.

El sistema táctil: Cuando el sistema táctico de un niño se ve afectado, él/ella podría responder retirándose de cualquier forma de contacto físico, negándose a comer alimentos texturizados, evitando tocar arena o pintura y/o evitando ciertos tipos de ropa.

El sistema vestibular: Cuando su hijo es sensible a la estimulación vestibular, puede expresarlo a través del miedo a usar columpios, toboganes, subir escaleras o gatear y caminar. Por lo general, se piensa que estos niños son “torpes”. Por otro lado, cuando carece de estimulación vestibular (sistema vestibular hiporeactivo), el niño puede aparecer agresivo en sus conductas; por ejemplo, estos niños tienden a saltar o girar con frecuencia.

El sistema propioceptivo: Cuando un niño tiene un sistema propioceptivo débil, tiende a carecer de conciencia de sí mismo cuando está de pie, camina o se sienta y tiene dificultades para manipular objetos pequeños.

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¿Qué es la terapia de integración sensorial para el autismo?

SIT es un programa de intervención centrado en el niño que tiene como objetivo mejorar la integración de la información sensorial en niños con autismo mediante el uso de actividades ricas en sentidos para que puedan adaptarse mejor a los estímulos sensoriales. La aplicación de la terapia de integración sensorial depende de los objetivos de cada individuo; Esto se debe a que cada individuo con autismo experimenta diferentes niveles de estímulos sensoriales.

Hay dos tipos de modulaciones de la sensibilidad sensorial a las que se dirige la terapia de integración sensorial, a saber, la sensibilidad hiporeactiva y la hiperreactiva. Cuando un niño experimenta desafíos con sobreestimulación (hiperreactividad) o falta de estimulación (hiporeactividad), puede experimentar dificultades en las siguientes áreas: desarrollo motor grueso, desarrollo motor fino, desarrollo del habla y lenguaje, habilidades sociales y atención. La terapia de integración sensorial para niños autistas se enfoca en todas estas áreas de dificultad para ayudar a la funcionalidad del niño.

¿Qué son las técnicas de integración sensorial?

El objetivo de la terapia de integración sensorial es desarrollar el sistema sensorial del niño para provocar respuestas adaptativas a través de actividades de juego. Las actividades de juego podrían incluir el uso de columpios, un trampolín o toboganes. La técnica SIT generalmente la realizan terapeutas ocupacionales calificados cuya función es involucrar al niño en una serie de actividades desafiantes de procesamiento sensorial.

El terapeuta trabaja con los padres, así como con otros médicos, y desarrolla estrategias dirigidas a ayudar con la hiperreactividad o hiporeactividad del niño. En última instancia, el proceso de la terapia de integración sensorial busca desarrollar el sistema de integración sensorial del niño y abordar la disfunción. Un programa de intervención centrado en el niño y adaptado a cada individuo es importante porque las experiencias de cada niño con autismo son diferentes y únicas entre sí.

En conclusión

Varios estudios han demostrado que la terapia de integración sensorial es eficaz en el tratamiento de las dificultades sensoriales entre los niños autistas. El resultado de un estudio mostró que, a través de la terapia de integración sensorial, varios niños con autismo tuvieron cambios significativos en el comportamiento de las habilidades motoras. Esto indica que la terapia de integración sensorial impacta directamente el funcionamiento del sistema nervioso, mejorando su capacidad de ajuste y recuperación, lo que en última instancia resulta en conductas adaptativas.

La evidencia habla de la eficacia de la TIE para niños con autismo que experimentan dificultades sensoriales. Los padres que deseen obtener más información deben consultar a un terapeuta ocupacional calificado con capacitación en integración sensorial si a su hijo le resulta difícil regular su información sensorial.

Referencias:

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