La psicoterapia tradicionalmente se ha centrado en curar a las personas y llevarlas a su nivel habitual de funcionamiento.
Si bien abordar las dolencias psicológicas es crucial para mejorar la salud mental, se queda corto en términos de ayudar a las personas a lograr funcionamiento óptimo. Desde sus inicios, la psicología positiva ha destacado la necesidad de aumentar el bienestar tanto como mejorar la mala salud para permitir que las personas prosperen.
Las intervenciones psicológicas clínicas tienen el potencial de ofrecer una gama más amplia de beneficios al combinar técnicas terapéuticas efectivas con la ciencia del bienestar. Esta combinación puede permitir a los clientes no solo superar sus dolencias, sino también desarrollar todo su potencial, desarrollar resiliencia y vivir vidas más plenas.
Este artículo explora un enfoque psicoterapéutico destinado a mejorar tanto la recuperación como el bienestar de la salud mental.
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¿Qué es la Terapia de Bienestar?
A fines de la década de 1990, el psiquiatra italiano Giovanni Fava buscaba un enfoque psicoterapéutico capaz de mejorar la tasa de recuperación de las personas que sufrían depresión y trastornos de ansiedad.
Aunque enfoques como la TCC han demostrado altos niveles de éxito en el tratamiento efectivo de estas condiciones, parecen menos efectivos para abordar la recaída y la recurrencia de tales trastornos (Fava & Ruini, 2003).
La Terapia de Bienestar (WBT) surgió como una respuesta para llenar este vacío en la psicología clínica.
La brecha en la psicoterapia
Fava y Ruini (2003) distinguieron diferentes elementos que faltaban en los enfoques psicoterapéuticos que contribuyeron al nacimiento de WBT.
1. Recuperación, recaída y recurrencia
Cualquier tratamiento de salud mental tiene como objetivo lograr la recuperación total, lo que significa no presentar síntomas durante varios meses (Frank et al., 1991). Después de revisar la evidencia, Fava y Ruini (2003) argumentaron que los tratamientos estaban menos centrados en la recuperación y más enfocados en prevenir la recaída, que es el regreso de los síntomas antes de que tenga lugar la recuperación y una vez que comienza la remisión (estar libre de síntomas) (Frank et al. , 1991).
Ramana et al. (1995) encontraron que casi la mitad de los clientes experimentaron una recurrencia de los síntomas depresivos después de un año de finalizar su tratamiento, lo que significa que experimentaron otro episodio depresivo.
La evidencia sugiere que la evaluación de la calidad de vida fue más capaz de predecir la recurrencia de la depresión que las escalas que miden los síntomas (Thunedborg, Black y Bech, 1995), lo que señala la relevancia de centrarse en desarrollar recursos de bienestar.
2. Confundir respuesta con recuperación
Fava y Ruini (2003) afirman que los médicos y psicoterapeutas tienden a percibir erróneamente la respuesta al tratamiento con la recuperación, argumentando que experimentar la remisión de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales no es evidencia suficiente para una recuperación completa. Así, se planteó la necesidad de incorporar las dimensiones del bienestar psicológico en la definición de recuperación.
3. Salud positiva y el crecimiento de la psicología positiva
La noción de salud que comprende tanto la ausencia de enfermedad como la presencia de bienestar despegó con fuerza después del advenimiento de la psicología positiva a principios de la década de 2000.
Los investigadores clínicos comenzaron a valorar cada vez más el uso de medidas de salud positivas para ampliar el alcance de la evaluación del éxito del tratamiento (Fava & Ruini, 2003). Por lo tanto, la psicología positiva brindó más apoyo para incorporar medidas e intervenciones de bienestar dentro de la psicología clínica.
Los orígenes de la Terapia de Bienestar
WBT se concibió como una estrategia terapéutica para mejorar el bienestar psicológico (Fava, 2016). Según Fava (1999), antes del desarrollo del modelo multidimensional de bienestar psicológico de Carol Ryff (1989), existía una tendencia en el campo a concebir el bienestar como la ausencia de angustia o enfermedad. En consecuencia, las técnicas terapéuticas se dirigen principalmente a la reducción de los síntomas.
Sin embargo, la investigación sugirió que un gran número de pacientes con trastornos de ansiedad y del estado de ánimo experimentaron síntomas residuales después de completar sus tratamientos tradicionales (Fava, 1996). Esta nueva terapia ofreció una forma de abordar esta brecha, con el objetivo de minimizar los síntomas residuales y mejorar el bienestar psicológico.
WBT se define como una técnica psicoterapéutica a corto plazo basada en las seis dimensiones del bienestar psicológico, a saber
- auto-aceptación,
- autonomía,
- dominio ambiental,
- crecimiento personal,
- propósito en la vida, y
- relaciones positivas (Ryff, 1989).
Utilizando una combinación de interacciones entre el cliente y el terapeuta, un diario estructurado y tareas de TCC, este enfoque subraya la autoobservación del cliente en cada dimensión del bienestar psicológico.
En sus primeras etapas, WBT generalmente se desarrollaba en cuatro a ocho sesiones individuales semanales o bimensuales que duraban entre 30 y 50 minutos (Fava, 1999). WBT se denominó como «estructurada, directiva, orientada a problemas y basada en un modelo educativo», que complementa y sigue otros enfoques terapéuticos como la Terapia Cognitivo-Conductual (Fava, 2016).
Más tarde, WBT comenzó a utilizarse como una estrategia psicoterapéutica independiente, que comprende de 8 a 20 sesiones de 45 a 60 minutos cada una. También ha pasado de aplicarse exclusivamente en un ámbito individual clásico a modalidades de pareja, familia y grupo (Fava, 2016).
¿Como funciona?
WBT utiliza la reestructuración cognitiva, el entrenamiento en asertividad, la resolución de problemas y las asignaciones programadas para mejorar los niveles de bienestar psicológico en las seis dimensiones propuestas en el modelo de Ryff, para llevar a los clientes de un funcionamiento deteriorado al óptimo (Fava & Ruini, 2003).
Vale la pena señalar que el funcionamiento óptimo se considera un bienestar equilibrado, y cómo se define esto variará según la perspectiva de cada persona, las características individuales, el contexto social y los antecedentes culturales.
Fava y Guidi (2020) proponen que la evaluación de emociones y pensamientos positivos debe ocurrir dentro de un marco integrador, considerando cada una de estas dimensiones del bienestar psicológico como un continuo bipolar donde el objetivo es un nivel equilibrado.
Estas seis dimensiones se definieron teóricamente en el artículo seminal de Ryff en 1989, con Fava y Ruini brindando una operacionalización de los niveles óptimos y deteriorados en su artículo de 2003. En esta sección, exploramos cada dimensión tal como fue conceptualizada originalmente por Ryff y luego en relación con las disminuciones y los excesos abordados a través de WBT.
1. Dominio ambiental
El dominio ambiental se define como la capacidad de elegir o desarrollar entornos que coincidan con las propias habilidades, talentos y condiciones, teniendo un sentido de competencia y dominio (Ryff, 1989).
Cuando están incapacitados, los clientes pueden sentir que les falta un sentido de control y que no son capaces de buscar oportunidades en su entorno, lo que genera sentimientos de arrepentimiento y rumiación (Fava & Ruini, 2003). Los niveles excesivos en este dominio se pueden expresar como la persona que busca desafíos complejos o exigentes y no puede disfrutar del tiempo de inactividad (Fava & Guidi, 2020).
2. Crecimiento personal
El crecimiento personal se refiere a ser capaz de desarrollarse y crecer como persona de acuerdo con el propio potencial (Ryff, 1989). El deterioro en esta dimensión puede reflejarse en dificultades para trasladar experiencias exitosas del pasado o de un contexto particular para aplicarlas en el futuro o en un escenario diferente (Fava & Ruini, 2003).
Los altos niveles poco saludables en esta dimensión están representados por el establecimiento de metas poco realistas y altas expectativas que chocan con la realidad del cliente (Fava & Guidi, 2020).
3. Propósito en la vida
El propósito en la vida se ve simplemente como eso: la percepción del individuo de tener un propósito y significado en la vida y experimentar un sentido de dirección (Ryff, 1989). Las deficiencias en esta dimensión se expresan como una percepción de falta de propósito y dirección, junto con una devaluación del rol del cliente en su propia vida y en la de los demás (Fava & Ruini, 2003).
El exceso en esta dimensión está representado por estar constantemente insatisfecho con el propio desempeño debido a establecer expectativas poco realistas y no poder asumir la responsabilidad de los fracasos (Fava & Guidi, 2020).
4. Autonomía
La autonomía puede verse como la capacidad de ser independiente y volverse hacia adentro para motivar y regular el comportamiento de uno (Ryff, 1989). Los bajos niveles de autonomía pueden representar comportamientos placenteros, ocultando preferencias personales y anteponiendo las necesidades de los demás a las propias (Fava y Ruini, 2003).
Los altos niveles de autonomía se pueden expresar al no poder trabajar y aprender de los demás, buscar apoyo o establecer relaciones positivas (Fava & Guidi, 2020).
5. Autoaceptación
La autoaceptación puede entenderse como tener una actitud positiva hacia uno mismo y aceptar cualidades positivas y negativas (Ryff, 1989).
La falta de autoaceptación se puede ver en los clientes que tienen expectativas poco realistas y estándares extremadamente altos para sí mismos y se involucran en actitudes y comportamientos perfeccionistas. Esta insatisfacción neutraliza cualquier episodio de bienestar (Fava & Ruini, 2003).
El exceso de autoaceptación se puede ver cuando los clientes tienen problemas para asumir la responsabilidad de sus propios errores y culpar a los demás (Fava & Guidi, 2020).
6. Relaciones positivas
Una relación positiva con los demás se define como la capacidad de tener relaciones cálidas, afectuosas, de confianza y satisfactorias con otras personas y ser capaz de experimentar empatía y reciprocidad (Ryff, 1989).
Las deficiencias en esta dimensión pueden estar relacionadas con creencias profundamente arraigadas sobre uno mismo y los demás que dificultan la confianza y la apertura (Fava & Ruini, 2003). Los niveles excesivamente altos de relaciones positivas pueden tomar la forma de sacrificar las necesidades personales por los demás, sentirse inútil y ser demasiado indulgente (Fava y Guidi, 2020).
Aplicar las seis dimensiones en la terapia
El papel del terapeuta es asistir al cliente en la transición de niveles deteriorados o excesivos en cada dimensión del bienestar a un funcionamiento más equilibrado. El crecimiento y las mejoras pueden provenir del descubrimiento de suposiciones no probadas o del trabajo constante en áreas específicas identificadas junto con el cliente.
Aunque WBT utiliza técnicas de TCC, no son lo mismo. Según Fava y Guidi (2020), las principales diferencias entre WBT y CBT se encuentran en torno a su enfoque, objetivo y enfoque.
TCC WBT Enfoque Malestar psicológico Bienestar psicológico Meta Reducir el malestar a través del control de pensamientos automáticos Facilitar y equilibrar el bienestar psicológico Enfoque Directivo (menos autonomía) Facilitar (más autonomía)
De la hedonia y la eudaimonía a la eutimia
La WBT en última instancia tiene como objetivo lograr un estado de eutimia, un concepto propuesto por Marie Jahoda en la década de 1950 como criterio clave del funcionamiento psicológico óptimo (Jahoda, 1958). La eutimia se puede definir como la combinación de flexibilidad, consistencia y resiliencia (Fava, 2016; Fava & Guidi, 2020).
Este concepto implica la capacidad de ajustar y equilibrar efectivamente las diferentes dimensiones del bienestar psicológico a las demandas fluctuantes de cada individuo y su contexto (Fava, 2016).
Tradicionalmente, el bienestar se ha conceptualizado como hedónico (es decir, aumentar el placer y evitar el dolor) o eudaimónico (es decir, encontrar significado y…