Pasar tiempo en la naturaleza, viendo una puesta de sol, contemplando el mar o las montañas, sentados en un parque, escapando al campo o a un retiro en la naturaleza, o simplemente dedicando unos minutos a mirar por la ventana, nos brinda la oportunidad de descansar, reflexionar y restaurarnos a nosotros mismos.
Probablemente hayas notado este fenómeno antes; ¿Alguna vez has tenido un día difícil o te has sentido deprimido pero te has distraído agradablemente con una hermosa escena? Supongo que tienes al menos una historia de la naturaleza mejorando tu estado de ánimo.
Esta experiencia común demuestra el valioso papel de la naturaleza en nuestras vidas y sugiere otro papel potencial: contribuir a superar la fatiga mental y mejorar nuestra capacidad para concentrarnos y dirigir nuestra atención de manera efectiva.
El mundo natural a menudo se representa como un entorno restaurador que repone los recursos de uno, mientras que los entornos urbanos atestados y abarrotados a menudo se han considerado drenajes de atención y energía (aunque no siempre, las ciudades ocupadas pueden ser excelentes lugares para encontrar inspiración y energía cuando están en el marco correcto de la mente).
Si bien estas creencias se mantuvieron durante mucho tiempo como simples opiniones y puntos de vista personales, en las últimas décadas se han realizado algunos trabajos empíricos sobre la idea de que los entornos naturales pueden restaurarnos y rejuvenecernos, aumentar nuestra atención y mantenernos más saludables.
Teniendo en cuenta que, de ser cierta, esta idea tiene implicaciones importantes para el lugar de trabajo y la vida cotidiana, es fundamental examinar si pasar más tiempo en la naturaleza realmente puede ayudarnos a resolver algunos de nuestros problemas modernos más apremiantes.
Con este fin, es importante comprender Kaplan y la Teoría de Restauración de la Atención de Kaplan.
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¿Qué es la teoría de la restauración de la atención?
En pocas palabras, la teoría de la restauración de la atención, o ART, propone que la exposición a la naturaleza no solo es agradable, sino que también puede ayudarnos a mejorar nuestro enfoque y nuestra capacidad de concentración (Ohly, White, Wheeler, Bethel, Ukoumunne, Nikolaou y Garside, 2016) .
Esta teoría fue desarrollada y popularizada por Stephen y Rachel Kaplan a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990, un período de tiempo caracterizado por un rápido avance tecnológico y un entretenimiento en interiores cada vez mayor. A medida que las personas, y especialmente los niños, pasaban más y más tiempo adentro, crecía la preocupación por la falta de tiempo en la naturaleza.
ART plantea la hipótesis de que la naturaleza tiene la capacidad de renovar la atención después de ejercer energía mental, por ejemplo, después de pasar noches sin dormir estudiando para los exámenes o trabajando incansablemente en un proyecto o tarea.
Rachel y Stephen Kaplan y la experiencia de la naturaleza
En la introducción de ART a la comprensión general, Stephen y Rachel Kaplan describen la teoría y la evidencia que la respalda.
El libro describe su exploración de 20 años sobre la importancia de la naturaleza y el impacto de los entornos naturales en el estado de ánimo, el estado mental y la salud.
Los autores intentaron responder algunas preguntas importantes sobre el tema, que incluyen:
- ¿Es el efecto de la naturaleza sobre las personas tan poderoso como intuitivamente parece ser?
- ¿Qué hace que los escenarios naturales sean tan atractivos?
- ¿Hay formas de diseñar, gestionar e interpretar los entornos naturales para mejorar sus influencias beneficiosas?
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Restauración en Psicología Ambiental
La restauración es un tema popular dentro de la psicología ambiental, un campo de la psicología que se entrelaza con las disciplinas ambientales para explorar las conexiones dinámicas entre los individuos y su entorno.
Una interacción importante entre el individuo y el entorno es la restauración de nuestra atención, nuestra energía y de nosotros mismos al experimentar o ver la naturaleza (Clay, 2001).
El interés en el tema solo ha ido en aumento a medida que pasamos más tiempo en interiores y menos tiempo en entornos naturales. A medida que el ritmo de vida se vuelve cada vez más rápido y ajetreado, los psicólogos ambientales buscamos formas de incorporar más restauración en nuestras vidas.
Con ese fin, los expertos han investigado y presentado algunas pautas e información para ayudarnos a comprender cómo aprovechar la oportunidad que brinda la naturaleza para la restauración.
Los cuatro estados de atención
Stephen y Rachel Kaplan (1989) propusieron que existen cuatro estados cognitivos, o estados de atención, en el camino hacia la restauración:
- Mente más clara, o concentración
- Recuperación de la fatiga mental
- Suave fascinación o interés.
- Reflexión y restauración
La primera etapa se caracteriza por un despeje de la mente. En esta etapa, los pensamientos, inquietudes, preocupaciones y fragmentos residuales de información de lo que sea que exigía la atención de uno pueden pasar por la mente y desaparecer. Esto no se logra “alejando” los pensamientos, sino simplemente dejándolos fluir a través y fuera de la mente de forma natural.
En la segunda etapa comienza la verdadera restauración; después de una tarea o actividad que requiere atención enfocada y dirigida, es fácil sentirse agotado y agotado. La etapa de recuperación de la fatiga mental permite que esa atención dirigida se recupere y se restablezca a niveles normales.
La tercera etapa permite que el individuo se distraiga suavemente y se involucre en una actividad de baja estimulación, lo que reduce el ruido interno y proporciona un espacio interno tranquilo para relajarse.
En la etapa final, evocada al pasar un largo período de tiempo en un entorno que cumple con los cuatro requisitos de un entorno restaurador (más sobre esto más adelante), el individuo puede relajarse, restaurar su atención y reflexionar sobre su vida. , prioridades, acciones y metas (Han, 2003).
La etapa final es la etapa más profunda y restauradora; aquí es donde se lleva a cabo la restauración más impactante.
Componentes clave: estar lejos, fascinación (suave y dura), alcance y compatibilidad
Ahora que conocemos el proceso general de restauración, podemos pasar a lo que hace que un entorno sea restaurador; ¿Cómo sabemos si un entorno nos ayudará a restaurarnos, relajarnos y rejuvenecernos?
Según ART, hay cuatro componentes clave que caracterizan un entorno restaurativo:
- Estando lejos
- Fascinación suave
- Medida
- Compatibilidad
Estando lejos
El primer componente es “estar lejos”, que se refiere a la sensación de estar separado y separado de los pensamientos y preocupaciones habituales de uno. Una persona no tiene que estar físicamente lejos para satisfacer este componente, pero ciertamente puede ser útil.
Estar lejos es estar psicológicamente desapegado de tus preocupaciones y demandas presentes, y distraído del entorno que está drenando tu atención y energía (Daniel, 2014).
Fascinación
El componente de fascinación de ART implica que la atención de uno se mantenga sin ningún esfuerzo. En otras palabras, los entornos restaurativos mantienen tu atención sin que tengas que enfocarla o dirigirla de cierta manera.
Hay dos tipos de fascinación según Kaplan:
- Fascinación dura: cuando tu atención está retenida por una actividad altamente estimulante; tales actividades generalmente no brindan la oportunidad de reflexionar o introspeccionar, ya que estás completamente absorto.
- Fascinación suave: cuando tu atención se concentra en una actividad menos activa o estimulante; tales actividades generalmente brindan la oportunidad de reflexionar e introspeccionar (Daniel, 2014).
Ambos tipos de fascinación pueden contribuir a una mayor restauración, aunque la fascinación suave presenta reflexión y permite dar sentido, mientras que la fascinación dura es más probable que entretenga y reduzca el aburrimiento (Daniel, 2014).
Medida
Este componente se refiere a la calidad de los entornos restaurativos que lo alientan a sentirse totalmente inmerso y comprometido (Kaplan, 2001). Significa que el entorno no tiene características inusuales o inesperadas, y te sientes cómodo y a gusto en el entorno.
Un entorno debe ser al menos algo familiar y coherente para que sea restaurador. En este contexto, familiar no significa necesariamente que haya estado en el entorno exacto antes, solo que es lo suficientemente similar a los lugares en los que ha estado para que no se sienta incómodo, confundido o fuera de lugar.
Compatibilidad
Finalmente, el componente de compatibilidad tiene que ver con sentir disfrute y congruencia en su entorno. Para ser restaurativo, un entorno debe ser uno en el que el individuo elija estar por motivación intrínseca y preferencia personal. Si está allí por razones extrínsecas o externas, es probable que no experimente la restauración.
La compatibilidad es mayor cuando participa en una actividad que le resulta familiar; cuando participa en una actividad novedosa y aprende una nueva habilidad o conjunto de habilidades, es poco probable que se sienta relajado y restaurado (Daniel, 2014).
Kaplan también señala otras seis dimensiones o aspectos de la compatibilidad:
- Distracción (el entorno no debe distraer porque es muy estimulante, sino porque requiere poco esfuerzo para sumergirse en él)
- Déficit de información (un entorno restaurativo no requiere que el individuo busque información para darle sentido; el individuo ya debería tener toda la información necesaria para comprender y disfrutar del entorno)
- Peligro (el entorno no puede ser peligroso en ningún sentido de la palabra: ya sea físicamente o por miedo a parecer tonto o actuar de manera inapropiada)
- Deber (el individuo no debe sentirse atraído por el medio ambiente por un sentido de deber o responsabilidad, sino por un deseo de disfrute y restauración)
- Engaño (el individuo no debe experimentar una discrepancia entre la tarea que está haciendo y sus verdaderos sentimientos al respecto)
- Dificultad (el entorno no debe ser uno en el que los individuos necesiten prepararse o anticipar situaciones difíciles para navegar; Daniel, 2014).
Investigación y Estudios
Durante las últimas tres décadas, los investigadores han probado cada vez más la teoría de la restauración de la atención y han experimentado con sus límites.
Algunos de los hallazgos más importantes de estos estudios se han encontrado en tres áreas separadas:
- Fatiga mental
- Recuperación del estrés
- TDAH
A continuación se analizan algunos de los estudios y sus hallazgos.
Teoría de la Fatiga Mental y la Restauración de la Atención
Los estudios basados en la Teoría de la Restauración de la Atención han encontrado buena evidencia para respaldar la propuesta de ART sobre la restauración de la atención por parte de la naturaleza.
Un estudio inicial de Hartig, Mang y Evans (1991) comparó el desempeño de dos grupos de vacacionistas y un grupo de control en una tarea que requiere mucha atención dirigida. Un grupo de vacaciones estuvo de vacaciones en un área urbana, mientras que el otro estuvo de vacaciones en un área silvestre. Todos los grupos fueron evaluados dos veces, una antes de las vacaciones (o al comienzo del período de estudio para el grupo de control) y una vez después (o al final del período de estudio).
Hartig y sus colegas encontraron que aquellos que pasaron sus vacaciones en un área silvestre se desempeñaron mejor en la tarea que antes de las vacaciones, mientras que los otros dos grupos se desempeñaron peor que antes. Esto proporcionó evidencia inicial sólida de que ART tenía algún mérito como teoría de la restauración de la atención.
Luego, Hartig y sus colegas evaluaron a los participantes en tres grupos:
- El grupo del entorno natural, que completó tareas que fatigaban la atención y luego caminó durante 40 minutos en un entorno natural.
- Lo urbano…