La parálisis del sueño (sentirse despierto pero no poder moverse) puede ser una experiencia aterradora para algunos, pero es posible controlarla.
Quedarse dormido y despertarse no suelen ser partes memorables de la noche. Cuando tiene un sueño de calidad sin incidentes, probablemente no recuerde esos momentos intermedios de transición del sueño.
Pero cuando experimenta parálisis del sueño, estas son las etapas del sueño que puede comenzar a temer más.
En lugar de entrar y salir tranquilamente del sueño, es posible que tenga la sensación de estar consciente pero incapaz de moverse, bloqueado en su lugar.
En algunos casos, puede sentir que no está solo, una parte de lo que puede hacer que la parálisis del sueño sea una experiencia angustiosa.
Cierto tipo de parálisis ocurre como parte natural del proceso del sueño.
Durante el sueño de movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés), su cuerpo induce un estado de relajación muscular extrema que le impide representar sus sueños o moverse salvajemente cuando no está despierto.
Este estado de parálisis se conoce como atonía REM y es una función corporal importante.
La parálisis del sueño es un trastorno del sueño REM que puede ocurrir junto con otras afecciones médicas o de forma independiente como parálisis del sueño aislada.
Se considera una parasomnia, una experiencia indeseable fuera de lo común que interrumpe el sueño.
Durante un episodio de parálisis del sueño, es posible que sienta que está consciente pero no puede moverse al entrar o despertarse del sueño.
¿Es peligrosa la parálisis del sueño?
La parálisis del sueño no se considera físicamente dañina ni peligrosa, aunque puede ser una experiencia extremadamente angustiosa y aterradora.
Puede ocurrir junto con otras condiciones médicas que tienen efectos a largo plazo, como:
La parálisis del sueño le puede pasar a cualquiera. Puede experimentarlo regularmente, o puede suceder solo una vez en su vida.
Los síntomas pueden variar, pero a menudo incluyen:
- una sensación de estar consciente pero incapaz de moverse mientras se duerme o se despierta
- alucinaciones visuales de intrusos, entidades sobrenaturales o ataques físicos
- alucinaciones relacionadas con el olor o el sonido
- una sensación de presencia peligrosa en la habitación
- presión en la garganta o sensación de asfixia
- dificultad para respirar o respiración irregular
- sentimientos de ansiedad o miedo
- somnolencia diurna
- la privación del sueño
- sueño fragmentado
La causa exacta de la parálisis del sueño no está clara, pero los datos de una revisión de investigaciones de 2011 sugieren que más del 7 % de la población general ha experimentado al menos un episodio de parálisis del sueño.
La parálisis del sueño a menudo se asocia con otras afecciones médicas y se puede observar con mayor frecuencia en personas que viven con una afección de salud mental, en particular, el trastorno de pánico.
Una teoría común de la parálisis del sueño sugiere que ocurre cuando hay una superposición inusual en los ciclos de sueño y vigilia.
Los posibles factores que contribuyen a esto pueden incluir:
- mala calidad o duración del sueño
- durmiendo sobre tu espalda
- niveles elevados de ansiedad
- predisposiciones de personalidad, como la creencia en lo sobrenatural, la disociación o la imaginación
- consumo de alcohol
- exposición al trauma
- genética
- medicamentos
- calambres en las piernas relacionados con el sueño
Otras teorías
Todavía se están investigando los procesos corporales que crean la parálisis del sueño.
Según una investigación de 2018, las teorías actuales sugieren que los trastornos del sueño REM pueden deberse a cambios estructurales en el tronco encefálico. Los síntomas se producen como resultado de la coexistencia de diferentes funciones.
Los investigadores también sugieren que experimentar alucinaciones durante la parálisis del sueño podría deberse al exceso de dióxido de carbono en el torrente sanguíneo debido a la respiración irregular, combinado con un estado hipervigilante o paranoico.
La parálisis del sueño se ha asociado con una serie de otras afecciones médicas, que incluyen:
La parálisis del sueño no te causará daño físico, pero puede ser incómodo y perturbador de experimentar. La prevención y el manejo son posibles.
Abordar las condiciones médicas subyacentes puede ayudar a disminuir los episodios de parálisis del sueño. La investigación en 2016 sugiere que la terapia de relajación muscular (RM) puede ser una forma de atacarla directamente.
Debido al vínculo potencial entre la parálisis del sueño y la mala calidad y duración del sueño, también puede beneficiarse al mejorar su sueño con prácticas de higiene del sueño, como:
- evitar dispositivos electrónicos antes de acostarse
- mantener un horario de sueño constante (por lo tanto, despertarse y acostarse al mismo tiempo)
- evitar comidas abundantes o estimulantes antes de acostarse
- mantener su dormitorio fresco, oscuro y silencioso
- solo usar tu cama para dormir e intimidad
- hacer ejercicio, pero no justo antes de acostarse
- cultivar una rutina de relajación antes de acostarse
- evitar las siestas durante el día si es posible
- levantarse y hacer una actividad tranquila en lugar de acostarse en la cama si no puede conciliar el sueño
Si le preocupa que el estrés y la ansiedad puedan estar contribuyendo a la parálisis del sueño, hablar con un profesional de la salud mental puede ayudarlo a desarrollar habilidades beneficiosas para manejar.
La parálisis del sueño puede presentarse con una sensación angustiosa de estar consciente pero incapaz de moverse. Puede ser un momento único en la vida o una experiencia regular para algunos.
Si bien a menudo es un evento que crea miedo y ansiedad intensos, la parálisis del sueño en sí no se considera peligrosa.
Prevenir la parálisis del sueño es posible. Por lo general, comienza abordando las posibles causas subyacentes.
Ciertos factores pueden desempeñar un papel en la causa de la parálisis del sueño, que incluyen:
- mala calidad del sueño
- condiciones crónicas de salud física
- condiciones de salud mental
Si ha experimentado esta parasomnia REM, hablar con un profesional médico puede ser un excelente primer paso para encontrar alivio.