Hay un millón de formas diferentes de definir la felicidad.
Especialmente en el campo de la psicología, donde las definiciones operativas son un trabajo constante en progreso.
Eudaimonia no solo es una de las más antiguas, sino que ha resistido la prueba del tiempo por otra razón.
Por esa razón, la eudaimonia tiene incorporado todo el elemento de la subjetividad. Al mismo tiempo, es cada vez menos prescriptivo y profundiza bastante en las ideas de las virtudes y la ética de las virtudes.
En este artículo, veremos la definición de Eudaimonia de Aristóteles y su influencia significativa en la forma en que se ven la ‘felicidad’ y el ‘bienestar’ en la psicología positiva. Más significativamente, a través de sus implicaciones para el bienestar subjetivo.
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¿Qué es la eudaimonía? (Incluye definición)
En su forma más simple (traducida), eudaimonia a menudo se toma en el sentido felicidad (Deci & Ryan, 2006; Huta & Waterman, 2014; Heintzelman, 2018). A veces se traduce del griego antiguo original como bienestaralgunas veces florecientey a veces como bienestar (Kraut, 2018). El concepto de Eudaimonía proviene de Aristóteles. Ética a Nicómacosu obra filosófica sobre la ‘ciencia de la felicidad’ (Irwin, 2012).
Veremos esta idea de ‘la ciencia de la felicidad’ un poco más de cerca más adelante en este artículo.
Eudaimonia se trata de la felicidad individual; según Deci y Ryan (2006: 2), sostiene que:
“…el bienestar no es tanto un resultado o un estado final, sino un proceso de realización o realización del daimon o la verdadera naturaleza de uno, es decir, de la realización de los potenciales virtuosos de uno y de vivir como uno tenía la intención inherente de vivir”.
Como hay tantas formas diferentes de traducir el término al inglés, incluso puede ser útil mirar la etimología. Si ayuda a proporcionar más contexto, eudaimonia es una combinación del prefijo UE (que significa bueno, o bien), y daimon (que significa espíritu) (Gåvertsson, nd). Este último también aparece en varias formas relacionadas en la literatura contemporánea, como la idea de un demonio como el alma en el best-seller de Philip Pullman Auroras boreales (Diccionarios de Oxford, 2019).
Una breve historia de la eudaimonía
Como se señaló, el concepto de Eudaimonia se remonta a Aristóteles. Ética a Nicómaco. Antes de esto, sin embargo, los filósofos atenienses como Sócrates y Platón (mentor de Aristóteles) ya estaban considerando conceptos similares.
Sócrates sobre Eudaimonia
Sócrates, como Platón, creía que virtud (o arete, la idea misma de virtud) era una forma de conocimiento, específicamente, un conocimiento del bien y del mal (Bobonich, 2010). Es decir, vio numerosas virtudes: la justicia, la piedad, el valor como unidas. Es decir, todos eran uno, y todos eran conocimiento.
Sócrates vio este conocimiento como un requisito para nosotros como humanos para lograr el ‘bien supremo’, que era la eudaimonia. Y por ‘nosotros’, Sócrates se refería al individuo (Waterman, 1993; Deci & Ryan, 2006).
Platón y el eudaimonismo
De manera algo similar, Platón creía que las personas naturalmente se sienten infelices cuando hacen algo que saben y reconocen que está mal (Price, 2011). La eudaimonía, según Platón, era el objetivo supremo y último tanto del pensamiento como del comportamiento moral.
No obstante, aunque se creía que Platón había refinado un poco el concepto, no ofreció una definición directa para él. Al igual que con Sócrates, vio la virtud como parte integral de la eudaimonía.
Una cosa vale la pena señalar en este punto. Si esta idea de un ‘objetivo final’ para los individuos empieza a sonar familiar, puede estar seguro de que hay buenas razones para pensar así. Las similitudes entre la eudaimonía y conceptos como el de autorrealización de Maslow (1968) son de hecho ampliamente aceptados en la literatura psicológica (Heintzelman, 2018).
Dado que sabemos que Platón fue mentor de Aristóteles, veamos lo que creía este último.
Eudaimonia aristotélica
Se han ofrecido numerosas interpretaciones para la eudaimonia de Aristóteles, con un consenso general sobre la idea de que la eudaimonia refleja “búsqueda de la virtud, la excelencia y lo mejor que hay dentro de nosotros(Huta & Waterman, 2014: 1426). Es decir, creía que la eudaimonía era una actividad racional destinada a perseguir «lo que vale la pena en la vida».
Donde Aristóteles divergió de Platón y algunos otros pensadores es en su creencia acerca de lo que es «suficiente» (aproximadamente) para la eudaimonía. Para este último, la virtud era suficiente para el bien último que es la eudaimonía. Para Aristóteles, la virtud era necesaria, pero no suficiente (Annas, 1993). En términos sencillos, no podemos simplemente actuar con virtud, sino que también tenemos que tener la intención de ser virtuosos.
Regresaré a esto un poco más adelante cuando analice la ética de Aristóteles. Pero por ahora, él cree que la felicidad y el bienestar provienen de cómo vivimos nuestras vidas. Y eso no es en busca de riqueza material, poder u honor. Más bien, la felicidad eudaimónica tiene que ver con las vidas vividas y las acciones realizadas en busca de la eudaimonía.
También en este punto, probablemente comprenda por qué se argumenta que algunas traducciones fracasan un poco cuando se trata de describir el concepto filosófico de Aristóteles. Cuando se requiere actividad racional para perseguir un objetivo final, los seres como las plantas, que ‘florecen’, no califican.
Donde estas actividades racionales incluyen “orgullo, ingenio, amistades mutuamente beneficiosas, orgullo y honestidad, entre otros”, tampoco muchas otras criaturas (Hursthouse, 1999).
Una mirada al concepto de felicidad y bienestar de Aristóteles
Si pudieras preguntarle al propio Aristóteles qué es la felicidad, esto es exactamente lo que diría:
“…Algunos identifican la felicidad con la virtud, algunos con la sabiduría práctica, otros con una especie de sabiduría filosófica, otros con estas, o una de estas, acompañada de placer o no sin placer; mientras que otros incluyen también la prosperidad externa… no es probable que… estos estén completamente equivocados, sino que deberían estar en lo correcto en al menos un aspecto o incluso en la mayoría de los aspectos”.
Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro I, Capítulo 8 (extracto de Nothingistic.org, 2019)
Afortunadamente, también tenemos extractos más concisos y directos que revelan cómo lo hacemos.
Vida feliz según Aristóteles
Para ser honesto, gran parte de la ética a Nicómaco se trata de lo que es la felicidad. no es. ‘Satisfacer los apetitos’, argumentan Ryan y Singer, es similar a la ‘vida adecuada para las bestias’, según el filósofo (2006: 16). La búsqueda del poder político, la riqueza material, incluso la diversión y el ocio, las veía como “cosas risibles”, inferiores a las “cosas serias” (Ryff & Singer, 2008: 16).
En cambio, la felicidad es un ‘intermedio’ o un ‘medio dorado’ entre la deficiencia y el exceso (Ryff & Singer, 2008). Un ejemplo de la virtud como un medio entre dos extremos es coraje – como virtud, está a medio camino entre la imprudencia y la cobardía (Kings College London, 2012).
Aquí, vemos que el aspecto de la ‘actividad racional’ de la eudaimonía vuelve a estar en primer plano. Cuando nos enfrentamos a situaciones, por lo tanto, se puede argumentar que Aristóteles no está dando consejos prescriptivos. Sin embargo, nos está diciendo cómo cree que podría verse la búsqueda racional y virtuosa de la eudaimonía en un entorno cotidiano.
Papel de las externalidades
Entonces, ¿qué pasa si tienes muy, muy mala suerte?
Si ha leído Ética a Nicómaco (quizás solo lo haya leído por encima), esta pregunta no es irrazonable. Después de todo, Aristóteles argumentó:
“Es feliz quien vive de acuerdo con la virtud completa y está suficientemente dotado de bienes externos, no por un período casual, sino durante toda la vida”. – Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro I, Capítulo 10 (extracto de Nothingistic.org, 2019).
Básicamente, sí, Aristóteles reconoció que el destino o la suerte pueden desempeñar un papel en nuestra felicidad. No obstante, también creía que esta tarea de ‘autorrealización individual’ es cómo la hacemos con nuestra ‘propia disposición y talento’ (Ryff & Singer, 2008: 17).
Este extracto también sugiere que deberíamos apuntar a ‘todas las virtudes’, por lo que vale la pena considerar la postura de Aristóteles sobre ser virtuoso.
La filosofía detrás de la ética de Aristóteles
Como podemos ver ahora, la eudaimonía de Aristóteles es un concepto de felicidad moral. Se trata mucho de vivir una vida de acuerdo con las virtudes (Hursthouse, 1999).
Pero, ¿cuáles son estas virtudes, entonces?
Por supuesto, hay un gran elemento subjetivo en lo que es ‘virtud’. Lo que una persona considera virtuoso no siempre va a coincidir con el de los demás. El profesor de Filosofía Antigua y Medieval Peter Adamson da algunos ejemplos brillantes en este video del Kings College London:
Uno de ellos es la ‘piedad’, que se mencionó en la mirada anterior a Sócrates. Por ejemplo, ¿puedes ser demasiado piadoso? Algunos dirían que sí, otros que no.
Sin embargo, por lo que ya hemos discutido, sabemos que Aristóteles cree que la felicidad no se trata de buscar la eudaimonia a través de varios medios para ser feliz. Esto es, argumenta, se funda en la instrumentalidad. La felicidad, podría verse como argumentando, es una vez más el actividad racional en pos de la virtud sí mismo.
Estas virtudes no necesariamente serán talladas en piedra. Pero, si nos preguntamos qué creemos que es bueno, o cómo deberíamos vivir nuestras vidas, la ética de la virtud argumentaría que tenemos al menos algunos puntos de partida (Hursthouse, 1999).
Psicología Moderna y Eudaimonía
Hasta ahora, hemos analizado un poco la subjetividad, el florecimiento, la felicidad, el bienestar y la actualización. Todo en un contexto filosófico.
Con suerte, proporcionó algo de contexto. Porque, naturalmente, la eudaimonía tiene innumerables implicaciones para los psicólogos interesados en el bienestar subjetivo (SWB) y el bienestar psicológico (PWB). Y la psicología positiva tiene que ver con el florecimiento humano y la felicidad.
Descripción general de la investigación psicológica sobre la eudaimonía
Como una descripción general muy concisa de cómo aparece el concepto dentro de la psicología, aquí hay algunos aspectos que se han estudiado:
- Definición – no solo conceptualizar la idea de eudaimonía en términos de psicología, bienestar y felicidad, sino también tratar de operacionalizar el concepto (por ejemplo, Waterman, 1993; Ryan & Deci, 2001; Keyes, 2002; Bauer et al., 2008; Ryff & Singer, 2008; Waterman et al., 2008);
- Medición – muchos de estos intentos de operacionalización son un paso preliminar para medir las experiencias humanas de eudaimonía.
- En realidad, hay unas pocas de estas escalas. El más conocido en realidad mide un concepto similar de bienestar psicológico (PWB), hecho famoso por el profesor Ryff (1989);
- Carácter distintivo y relación con otros conceptos de felicidad/bienestar – con los estudios anteriores más populares que analizan la eudaimonia junto con la hedonia (Ryan & Deci, 2001; Huta & Waterman, 2014);
- Esto fue acompañado de análisis empíricos y estadísticos de los mismos (Chen et al., 2013); y
- Los estudios también han analizado cómo la eudaimonia está relacionada (o no) con PWB y SWB (por ejemplo, Chen et al., 2013).
Por supuesto, esto está lejos de ser una lista exhaustiva y, a medida que crece el interés interdisciplinario, podemos esperar lo mismo del cuerpo más amplio de investigación.
Platón sobre la Eudaimonia
Como se mencionó anteriormente, Platón nunca se refirió claramente a la eudaimonía con ese término. Mucho de lo que sabemos sobre su postura al respecto proviene de República (Amazon), su obra sobre la justicia. En él, escribe sobre tres amigos que hablan de lo que es un ‘solo’…