La culpa es la sensación de que se hizo daño, a usted oa otra persona, y la culpa puede caer a sus pies.
Relacionarse con el dolor que has causado a alguien o romper tu código moral son dos de las principales razones por las que puedes sentir culpa.
Ya sea que hayas roto el bolígrafo favorito de tu pareja, hayas olvidado un aniversario importante o hayas hecho trampa para conseguir un ascenso, la sensación de haber actuado mal se equipara con la emoción de la culpa.
En otras palabras, la culpa es la respuesta emocional que acompaña a sentirse responsable de un resultado negativo.
Los errores son parte de la vida y es natural sentir culpa cuando tus decisiones o acciones tienen repercusiones negativas. De hecho, la culpa puede ser una poderosa herramienta de aprendizaje para el crecimiento personal. Pero la culpa también puede estar relacionada con eventos en los que no tienes control o malas intenciones.
La culpa es sentirse cohibido y experimentar una sensación de angustia por su posible responsabilidad por un resultado negativo.
Como todas las emociones autoconscientes, la culpa se origina en un proceso de autoevaluación e introspección y puede involucrar su percepción de cómo lo valoran los demás.
El psicoanalista Sigmund Freud propuso originalmente que los humanos experimenten culpa por primera vez por miedo al castigo de los padres. Otros modelos psicológicos del concepto sugieren que la culpa proviene más bien de un sentimiento personal de amor y compasión hacia los demás, y es el resultado de sentirse responsable de dañar algo que valoras o tienes valor.
“En psicología, la culpa es una experiencia emocional que ocurre cuando una persona cree o se da cuenta, correctamente o no, de que ha comprometido sus valores o su moralidad de alguna manera”, explica el Dr. Harold Hong, psiquiatra certificado por la junta de Raleigh, Carolina del Norte. .
Tipos de culpa
Han existido muchos modelos psicológicos sobre el concepto de culpa. Cada uno de ellos ha presentado una terminología diferente para conceptos similares.
Algunas investigaciones identifican dos formas principales de culpa:
- Deontológico: Culpa que resulta de quebrantar los valores personales o la moral.
- Altruista: Culpa empática por causar daño a otra persona.
Una tercera forma de culpa, culpa existencialtambién se menciona regularmente y se define como experimentar culpa por no estar a la altura de sus expectativas y propósito de vida.
Otros investigadores proponen que la culpa también se puede dividir en subtipos adicionales, que incluyen:
- Culpa no relacionada: Culpa que surge sin una relación clara entre sus acciones y un resultado (p. ej., culpa del sobreviviente).
- Culpa por desigualdad: un sentimiento de culpa basado en circunstancias de desequilibrio (p. ej., sesgo de género o discriminación racial).
Cuando te sientes culpable por algo que hiciste, las razones pueden ser evidentes para ti. Se le ocurrió una excusa en el trabajo para tener un día libre adicional, por ejemplo, cuando sabe que dejó a sus compañeros de trabajo sin personal.
Te das cuenta de que tu decisión afectó directamente a tus compañeros de trabajo y por eso te sientes culpable.
Pero también es posible sentirse culpable por algo que no hiciste. La culpa del sobreviviente, por ejemplo, es un tipo de culpa que proviene de saber que otros pueden estar pasando o haber pasado por eventos traumáticos y usted no.
Por ejemplo, este tipo de culpa puede provenir de sentirse indigno de su buena fortuna. Es una emoción común entre quienes han sobrevivido a actos de terror, desastres naturales u otro tipo de tragedias.
Su experiencia de culpabilidad es única, pero los signos comunes pueden incluir los siguientes:
- baja autoestima
- excesivos intentos de reparación
- ser incapaz de encontrar la mirada de alguien
- enrojecimiento de la cara
- ansiedad
- problemas para dormir
- náuseas
- dolores de cabeza
- estado de ánimo deprimido
- evitación de personas, lugares o eventos vinculados a la causa de la culpa
- cambios en los niveles de energía
- arrebatos emocionales
- cambios en el apetito
La culpa no es inherentemente mala. Colleen Wenner, consejera licenciada en salud mental de Fort Walton Beach, Florida, dice que la culpa puede motivarlo a cambiar su comportamiento de manera positiva para evitar sentirse culpable nuevamente.
Ella señala que la culpa a menudo se asocia con efectos emocionales como:
- enojo
- tristeza
- miedo
- lástima
- vergüenza
- asco
- desgracia
- un sentimiento de inferioridad
La culpa también puede afectar tus relaciones interpersonales. Wenner indica que los efectos sociales comunes de la culpa incluyen:
- retiro
- agresión
- venganza
- cambio de culpa
- violencia
Es natural sentir culpa de vez en cuando; hay formas de ayudarlo a superar la emoción cuando se siente «atascado».
Usar la culpa para crear comportamientos positivos
La culpa puede ayudar en el crecimiento personal.
“Piensa en por qué te sentiste culpable. La culpa por lo general proviene de no estar a la altura de las expectativas de otra persona”, dice Wenner.
Al escribir posibles comportamientos y soluciones alternativas, es posible que pueda cultivar habilidades y hábitos beneficiosos.
Expresando tu culpa
Mantener la culpa en el interior puede agravar los sentimientos de ansiedad y angustia. Hong recomienda hablar con un familiar o amigo de confianza o trabajar con indicaciones en un diario para proporcionar una salida a sus sentimientos.
Hacer las paces
Si bien puede ser un desafío enfrentar las insuficiencias percibidas de frente, a veces todo lo que se necesita es hacer las paces.
“Esto puede ayudarte a resolver tus sentimientos de culpa y seguir adelante”, dice Hong.
Las enmiendas pueden ser verbales, escritas o hechas a través de la acción. Preguntar qué puede hacer para «hacer las cosas bien» también puede proporcionar una idea.
La culpa indica que te sientes responsable de un resultado negativo, ya sea exacto o no.
Cuando experimenta culpa, hacer las paces y expresar sus sentimientos puede ayudar a aliviar la carga emocional.
Si la culpa está afectando gravemente su vida o si siempre se siente culpable, hablar con un profesional de la salud mental puede ayudar a explorar los factores subyacentes.