¿Qué es el análisis del comportamiento de extinción y cómo funciona con ABA?

Cuando se utilizan intervenciones que reducen las conductas que interfieren, el objetivo es comunicar un mensaje central al alumno:

El comportamiento ya no es efectivo y/o eficiente para lograr su propósito, y otros comportamientos más apropiados pueden lograr sus objetivos..

La forma en que se comunica este mensaje al alumno puede variar según la función de la conducta del alumno, las creencias y prioridades de los padres y los contextos específicos en los que se produce la conducta problemática. Una estrategia central es la extinción, es decir, retener o minimizar, en la mayor medida posible, la entrega de la consecuencia que mantiene el comportamiento de interferencia.

¿Qué es la extinción?

La conducta de extinción se puede utilizar con conductas previamente mantenidas mediante refuerzo positivo o negativo y por consecuencias sensoriales que ocurren naturalmente. Cada uno de estos procedimientos se analiza con más detalle en la siguiente sección.

La extinción se deriva del Análisis Aplicado de la Conducta (ABA) e implica procedimientos destinados a retirar o terminar el refuerzo asociado a una conducta inapropiada. Debido a que puede haber una historia de aprendizaje en la que la conducta no deseada ha sido reforzada durante un período de tiempo, cambiar la consecuencia para que ya no refuerce la conducta puede llevar a un aumento en la frecuencia (es decir, la frecuencia con la que ocurre la conducta), la duración ( es decir, cuánto dura la conducta) y/o intensidad (es decir, qué tan intensa o poderosa es la conducta) de la conducta objetivo, lo que se conoce como explosión de extinción.

Por ejemplo, si el maestro ignora repentinamente los comentarios inapropiados de un estudiante, el estudiante puede inicialmente aumentar su tasa o volumen de comentarios inapropiados. Se puede pensar que el aumento de conductas del estudiante es como “esforzarse más” por llamar la atención del maestro. Si la atención (refuerzo) del maestro se retiene constantemente, los comentarios inapropiados del estudiante eventualmente disminuirán. Sin embargo, el análisis de la conducta de extinción se ha utilizado con otras estrategias de intervención para enseñar con éxito a niños y adultos con TEA una multitud de conductas y respuestas funcionales y significativas que desalientan el uso de conductas inapropiadas.

Se pueden utilizar estrategias de intervención adicionales, como el entrenamiento en comunicación funcional (FCT), el refuerzo diferencial, el refuerzo no contingente, la autogestión o la interrupción/redirección de la respuesta (RIR), para prevenir o minimizar la aparición de un estallido de extinción y enseñar a que el alumno adopte conductas funcionales más apropiadas para reemplazar la conducta problemática.

¿Cuál es el objetivo del análisis del comportamiento de extinción?

Cuando se utiliza el análisis del comportamiento de extinción, es imperativo comunicar un mensaje central al alumno:

El comportamiento ya no es efectivo y/o eficiente para lograr su propósito, y otros comportamientos más apropiados pueden lograr sus objetivos..

La forma en que se comunica este mensaje al alumno puede variar según la función de la conducta del alumno, las creencias y prioridades de los padres y los contextos específicos en los que se produce la conducta problemática. La extinción se puede utilizar con conductas previamente mantenidas mediante refuerzo positivo o negativo y por consecuencias sensoriales que ocurren naturalmente.

Por tanto, los principales objetivos de la extinción incluyen:

  1. Reducir y eliminar conductas perturbadoras.
  2. Reemplazar conductas que interfieren con conductas más aceptables y apropiadas.

Ejemplos de habilidades específicas que fueron el foco de las intervenciones de extinción en varios estudios basados ​​en evidencia incluyen:

  • comunicación funcional
  • Conductas autolesivas
  • Problemas para dormir
  • Eliminar conductas desafiantes durante la instrucción en el aula