¿Qué causa el perfeccionismo?

La raíz del perfeccionismo es creer que tu autoestima se basa en tus logros.

El perfeccionismo a menudo está presente cuando existe alguna combinación de estos factores:

  • Expectativas de los padres rígidas y altas
  • Padres muy críticos, vergonzosos o abusivos
  • Elogios excesivos por sus logros.
  • Baja autoestima o sentirse inadecuado
  • Creer que tu autoestima está determinada por tus logros
  • Pensamiento en blanco y negro
  • Esfuerzos para sentirse en control
  • Expectativas culturales

Muchos perfeccionistas crecieron con expectativas poco realistas de sus padres, cuidadores y/o de ellos mismos.

El perfeccionismo se fomenta en algunas familias. A veces, los padres, a sabiendas o sin saberlo, establecen la perfección como norma. Estos padres requieren sobresalientes en la escuela o recitales de piano impecables. Los errores también son duramente castigados en estas familias. El castigo puede ser severo, incluso abusivo. Esto puede incluir insultos, gritos, vergüenza, el trato silencioso y el castigo físico. Se transmite al niño, en palabras o acciones, que no se tolerarán los errores.

Los niños pequeños tienen un fuerte deseo de complacer a los adultos, incluso a los adultos abusivos. Los niños no tienen las habilidades de pensamiento o la experiencia de vida para comprender que a veces los adultos se equivocan. Los niños están a merced de los adultos cuando se trata de construir su autoestima. Si un adulto le dice a un niño pequeño que es un fracaso, que no es lo suficientemente inteligente, que es demasiado gordo o que no tiene talento, el niño internalizará este mensaje. El niño creerá que esto es cierto y luego continuará encontrando evidencia para apoyar este punto de vista.

El perfeccionismo también lo pueden aprender los niños que crecen con padres perfeccionistas y exitosos que modelan esta forma de pensar y actuar. Se fomenta el perfeccionismo cuando los niños son elogiados en exceso por sus logros en lugar de sus esfuerzos o progreso.

La perfección se convierte en una forma de ganar aceptación, amor y alabanza.

Ser perfecto también puede ser una defensa contra un hogar caótico, impredecible o inseguro. Tener calificaciones impecables o una dieta restrictiva puede crear una sensación de control y previsibilidad.

La cultura y los medios también tienen una fuerte influencia en el perfeccionismo. La mayoría de los medios de comunicación estadounidenses todavía presentan modelos caucásicos, altos y muy delgados. Los niños crecen con esta visión inalcanzable de la belleza. Estamos saturados con este mensaje, por lo que es fácil creer que si no nos parecemos a esos modelos, no somos lo suficientemente bonitos o buenos.

Algunas culturas e instituciones, como las escuelas, promueven una mentalidad perfeccionista. En estas situaciones, no es solo una familia o un padre, sino un sistema más amplio que enseña y refuerza que existe un estándar exigente de dignidad y cualquier cosa menos es una falla o una señal de indignidad inherente.

Para otros, el perfeccionismo es autoimpuesto. Incluso si tus padres no esperaban la perfección, es posible que hayas establecido este estándar para ti mismo.

Si nadie lo aceptó explícitamente tal como es, puede recurrir al logro como una medida de autoestima. Quiero que deshagas esta conexión. Tu logro no es quien eres. El éxito no es una medida de tu valor. Eres perfectamente defectuoso y perfectamente maravilloso, todo al mismo tiempo.

Los invito a seguir leyendo el Blog felizmente imperfecto aprender más. Y tus sugerencias sobre temas relacionados con el perfeccionismo siempre son bienvenidas en los comentarios.

******

Únete a mí en Facebook. Más artículos. Más inspiración. ¡Más felicidad!

Imágenes cortesía de FreeDigitalPhotos.net