Los tonos brillantes de la mítica labradorita son fáciles de enamorar, al igual que las tribus inuit que la mencionan en sus grandes fábulas. Tal vez sea el brillo iridiscente lo que despierta el interés en esta piedra, o tal vez sea el eco de una posibilidad infinita que parece estar capturado en su disposición perlada. Famosa por su conexión con la imaginación y por aumentar la dulzura de la autoconciencia, la labradorita atenúa esos bajones negativos.
Si bien el mundo puede despojarnos de nuestra energía, la labradorita funciona en armonía con el universo en general para brindar elementos que dan vida a nuestro cuerpo, mente y alma. Es una piedra excelente para trabajar con la depresión y la ansiedad, ya que tiene una buena fuerza de conexión que nos permite ser salvajes y creativos sin desvincularnos del mundo bajo nuestros pies.
El brazalete de energía de labradorita está casado con nuestro chakra del tercer ojo, el que ve más profundo, puede conectarse con una conciencia superior y puede ayudarnos a ir más allá de las viejas ideas y hacia una vida de posibilidades. Con su aura-aurora arremolinada, la labradorita también nos ayuda a mantenernos conectados con el lado espiritual del mundo natural. La Tierra está llena de energía cósmica, y esta piedra preciosa reluciente es todo polvo de estrellas, luz de la luna y fuerzas energéticas raras que nos ayudan a despertar de nuestro sueño humano.