Una piedra sostenida en dulce jolgorio por la ciudad de la Atlántida, y un sueño índigo amado por los egipcios, la azurita es un lavado del cielo que se encuentra con el mar durante una tormenta de verano. En lugar de traer vibraciones turbulentas, este cristal de ensueño busca eliminar todas las preocupaciones y aflicciones, dejándote con la gracia y la belleza del mundo. La célebre Piedra del Cielo es un líder armonioso que te ayuda a encontrar tu propio lugar dentro de la escena.
Como conductora del chakra del tercer ojo, la azurita es increíble para encontrar ese equilibrio de cuerda floja entre los sueños y mantenerse conectado a tierra. Es una piedra que sabe cómo despejar las zarzas de la vanidad y los patrones de pensamiento egocéntricos, invitando a comportamientos profundamente auténticos y la libertad sin límites para finalmente aceptarse a uno mismo. Al sacudir los grilletes de tu mente, esto significa que eres libre de saltar más alto hacia el despertar del tercer ojo y conectarte por completo con el poder sagrado del universo. Conectada tanto con el tercer ojo como con la garganta, esta es una piedra gloriosa para aquellos que tienden a tragarse sus palabras en lugar de decir sus verdades más profundas.
Los minerales únicos que se mezclan en la composición de la Azurita la convierten en una piedra curativa dinámica. Aprovecha toda la armonía de la meditación, desbloquea bloqueos creativos e invita a una oxigenación más limpia a tu sangre con este regalo vigorizante de la naturaleza. La azurita también se usa para fortalecer la columna vertebral, calmar las migrañas y otros bloqueos físicos, y puede afinar los reflejos.