Puedes tener razón o puedes estar en una relación

h¿Alguna vez has estado en una relación en la que la otra persona tiene que tener la razón todo el tiempo? Tengo. He estado en una relación en la que nunca pude tener razón porque la otra persona se aferró tanto a la noción de tener razón que no podía ver nada más, lo que invariablemente me hacía estar equivocado.

Estar en una relación con una persona cuyo sentido de sí mismo depende de hacer que su pareja se equivoque no es un buen sentimiento ni una forma saludable de vivir.

¿Quién quiere sentirse mal todo el tiempo?

Nadie.

Te sientes pequeño, insignificante e impotente. Tu voz no importa en la relación. Te cansas de intentar ser escuchado, te rindes o te vas.

Las pocas veces que se inclinó para ver mi versión de la situación fue solo después de horas de gimnasia mental, resistencia y paciencia, o de hacer más ruido cuando me faltaba paciencia. Tuve que explicar mis sentimientos de quince maneras diferentes para que la luz brillara y él viera de dónde venía. Fue agotador, estaba en un ring de boxeo y salí de nuestros desacuerdos sintiéndome menospreciado, frustrado y amándolo menos. Dejé preguntándome por qué estaba en la relación. Estaba repitiendo el trauma de mi infancia y resolviendo lo que no funcionó mientras crecía.

Aprendí esta necesidad de que algunas personas tengan razón de mi testarudo padre, codificado en mi ser por mera observación, parte de mi matriz.

Observé muchas veces que tenía que tener razón.

En una casa con cinco niños y dos adultos, casi nunca acertaba. Peor aún, me hicieron sentir mal muchas veces, especialmente por mi hermano mayor y nuestro padre dominante. Además de eso, soy el hijo del medio, al que se pasa por alto y apenas se me escucha, lo que está lejos de ser correcto, y posiblemente sea la razón por la que elegí a esta persona que tenía que tener razón en nuestra asociación. Me sentí atraída por él por esta razón, inconscientemente, tratando de recrear la matriz de mi infancia.

Y por eso, la frase “Puedes tener razón o puedes estar casado (o tener una relación íntima)” suena cierta.

Dos personas equivalen a dos perspectivas. Ver el ‘lado’ de la otra persona requiere madurez…