¿Pueden los ácidos grasos omega-3 mejorar la salud neurocognitiva y el rendimiento mental?

Durante siglos, se ha recomendado el uso de ácidos grasos omega-3 procedentes de aceites de pescado para la salud cardiovascular, pero hoy en día, los omega-3 se están volviendo cada vez más populares debido a sus beneficios clínicamente probados para mejorar la salud mental. Hay dos tipos principales de ácidos grasos omega-3, conocidos como EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), que aumentan la claridad mental a lo largo del día al mejorar la función cognitiva.

El DHA, en particular, es un nutriente esencial que favorece el desarrollo y el funcionamiento adecuados del cerebro durante toda la vida de una persona. Sin embargo, el cuerpo puede tener dificultades para producir cantidades suficientes de DHA. De hecho, las investigaciones indican que alrededor del 70 por ciento de los estadounidenses tienen una deficiencia de omega-3.

Por lo tanto, la suplementación con ácidos grasos omega-3 es una parte importante de la dieta diaria. Tomar omega-3 con regularidad ayuda al cuerpo a mantener cantidades suficientes de DHA, lo cual es esencial ya que niveles inadecuados de DHA están relacionados con deterioros cognitivos que incluyen la pérdida de claridad mental e inquietud.

Se ha demostrado que el EPA altera la actividad de las enzimas que influyen en el desarrollo de la inflamación en diferentes partes del cuerpo, incluido el cerebro. De hecho, las investigaciones indican que los ácidos grasos omega-3 atacan la inflamación que puede afectar los nervios del cerebro, y esto es especialmente beneficioso porque los nervios inflamados pueden provocar la aparición de un deterioro neurocognitivo, así como ciertas afecciones psiquiátricas.

Sin embargo, las células cerebrales utilizan rápidamente el EPA, y esto significa que es necesario consumirlo continuamente a través de alimentos o suplementos dietéticos para poder experimentar beneficios a largo plazo. Consumir una dieta que ofrezca un rico suministro de ácidos grasos omega-3 es la clave para experimentar energía mental sostenida, concentración, velocidad de procesamiento rápida y memoria de trabajo óptima durante todo el día.

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Además de mejorar la función cognitiva, los omega-3 también atacan problemas como la hiperactividad, los problemas de memoria, los déficits de conducta, las dificultades psicosociales y los problemas de aprendizaje. Estas propiedades son útiles para los niños que luchan durante todo el día por mantenerse concentrados y tranquilos. Según la investigación, el mecanismo responsable de estos beneficios implica la capacidad de los ácidos grasos omega-3 para aumentar la producción de dopamina, que es un mensajero químico (neurotransmisor) clave en el cerebro.

La dopamina influye en el procesamiento de la memoria, la atención, el aprendizaje, el control emocional y el estado de ánimo. Los niveles bajos de omega-3 también pueden causar cantidades insuficientes de dopamina en el cerebro, y esto parece estar relacionado con una mayor incidencia de características y trastornos psiquiátricos (p. ej., inquietud, hiperactividad, problemas psicosociales). En otras palabras, los suplementos de omega-3 pueden ser una buena alternativa para mejorar el rendimiento mental y el comportamiento, especialmente en los niños.

La capacidad de los omega-3 para mejorar la fatiga, así como el aprendizaje, la hiperactividad, los problemas de comportamiento y psicosociales al dirigirse a los mensajeros químicos en el cerebro se ha demostrado repetidamente a través de estudios clínicos. Estos estudios compararon grupos de niños que tomaban regularmente suplementos de omega-3 con otros grupos de niños que tomaban un placebo.

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Un estudio clínico, que implicó la evaluación del rendimiento mental de los niños que tomaron el suplemento o el placebo durante al menos tres meses, demostró un mejor desarrollo del lenguaje en los niños que consumieron el suplemento. Este tipo de estudios también mostraron que los niños que tomaron el suplemento de omega-3 mejoraron en términos de capacidad de ortografía, capacidad de respuesta social, comportamiento general y nivel de lectura.

Además, los niños con dificultades emocionales y de desarrollo que comenzaron a tomar suplementos de omega-3 con regularidad experimentaron niveles reducidos de letargo y comenzaron a aumentar el uso de gestos. Con base en estos hallazgos, los ácidos grasos omega-3 se consideraron nutrientes beneficiosos que ayudan a los niños que experimentan problemas educativos y problemas como la hiperactividad. En general, mantener niveles suficientes de ácidos grasos omega-3 en el cerebro es fundamental para abordar diversos tipos de problemas neurocognitivos.

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Este artículo apareció en Número 99 – Navegando las relaciones con el autismo

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