Si está enojado con tanta frecuencia que se siente como un hábito, es posible que se pregunte si tiene una «adicción» a la ira.
La ira puede motivarte y llevarte a hacer cambios útiles en tu vida. También puede darte una sensación de catarsis o la sensación de que estás manejando una situación estresante.
Pero la ira también puede ser destructiva, hiriente e incluso peligrosa. Este es el tipo de ira que la mayoría de la gente quiere evitar.
¿Qué pasa si te encuentras respondiendo con enojo a muchas cosas, incluso cuando sabes que enojarte puede causar problemas?
El término «adicción a la ira» puede parecer que podría ser un diagnóstico médico. Pero no está en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5.ª edición (DSM-5), que es el manual que utilizan los profesionales de la salud y la salud mental para clasificar las afecciones de salud mental.
En cambio, los investigadores en un estudio de 2016 encontraron que gran parte del 7.8 % de las personas en los Estados Unidos que experimentan un aumento de la ira lo hacen debido a condiciones como:
Pero no se necesita un diagnóstico de condición de salud mental para experimentar momentos regulares de ira. Es posible que simplemente tenga un trabajo estresante o un horario abrumador. También podría estar pasando por un momento difícil en su vida.
Si experimenta ira frecuente, su naturaleza habitual puede hacer que se pregunte si se trata de una adicción.
La Sociedad Estadounidense de Medicina de la Adicción define la adicción como una enfermedad médica crónica, tratable e involucra interacciones complejas entre la genética, el medio ambiente, los circuitos cerebrales y las experiencias de vida de una persona.
La adicción puede aplicarse tanto a comportamientos como a sustancias. Las personas que viven con una adicción se involucran en comportamientos o usan sustancias compulsivamente, a pesar de las consecuencias no deseadas.
Una revisión de investigación de 2017 encontró que las adicciones conductuales y de sustancias pueden afectar el cerebro de manera similar. Por ejemplo, el trastorno del juego y el trastorno por uso de sustancias alteran el funcionamiento en partes del cerebro llamadas corteza prefrontal medial ventral y cuerpo estriado ventral.
La ira no se reconoce como una adicción en el DSM-5, pero puede aparecer como parte de los criterios de diagnóstico para algunas condiciones.
Algunos ejemplos incluyen:
Sin embargo, los criterios diagnósticos no son exactamente lo mismo que los síntomas:
- Criterios de diagnóstico: síntomas importantes utilizados para diagnosticar una afección
- Síntomas: los signos que indican una condición pueden estar presentes pero no siempre son necesarios para un diagnóstico
En otras palabras, los criterios de diagnóstico son síntomas, pero no todos los síntomas son criterios de diagnóstico.
Hay muchos tipos de condiciones en el DSM-5 donde la ira, la agresión o la irritabilidad pueden enumerarse como síntomas:
La investigación está en curso y el DSM evoluciona y cambia todo el tiempo. El hecho de que la «adicción a la ira» no sea actualmente un diagnóstico no significa que sus preocupaciones acerca de tener más ira que la persona promedio no sean válidas.
Las emociones son naturales y saludables. La forma en que tratamos de influir en nuestra expresión de estas emociones se conoce como regulación emocional. Cuando podemos regular nuestras emociones, podemos mantener mejor nuestra compostura en diferentes situaciones.
Todos hemos tenido momentos en los que queríamos expresar nuestro enojo pero tuvimos que ocultarlo. Pero cuando tiene problemas para controlar sus emociones, también conocida como desregulación emocional, puede resultarle difícil evitar emociones intensas como la ira y la frustración.
Ejemplos de esto pueden incluir:
- tener frecuentes arrebatos de ira, como gritarle a alguien por cortarle el paso
- no poder controlar su temperamento o cambiar la forma en que reacciona cuando está molesto, incluso cuando existe la posibilidad de daño o peligro
- permanecer enojado durante largos períodos de tiempo, incluso después de que el incidente haya terminado
La ira es una emoción humana. Pero si usted o alguien que conoce lo experimenta con demasiada frecuencia, considere estas estrategias:
- Relajación. El entrenamiento de atención plena y los ejercicios de respiración profunda son dos formas de ayudar a calmarse en un momento acalorado.
- Resolver problemas. Si algo específico desencadena la ira, podría estar relacionado con un problema que puede resolver para evitar futuros arrebatos.
- Comunicación. Cuando las personas no se entienden entre sí, puede provocar un malestar emocional. Mejorar sus habilidades de comunicación puede ayudar a reducir la posibilidad de reacciones impulsivas y de enojo.
- Evite los desencadenantes. Identificar desencadenantes específicos puede ayudarlo a anticiparlos y evitarlos. Es difícil escapar de algunos factores desencadenantes, como la congestión del tráfico, pero hay otros factores desencadenantes que puede evitar para reducir su nivel general de estrés.
- Terapia. Un profesional de la salud mental puede ayudarlo a identificar las razones subyacentes de los comportamientos enojados y enseñarle habilidades para mejorar la forma en que procesa y enfrenta los sentimientos.
La mayoría de las personas ocasionalmente experimentan ira. Es una emoción humana y puede ser útil si motiva un cambio beneficioso.
La «adicción a la ira» no es un diagnóstico formal, pero una cantidad atípica de ira puede estar relacionada con algunas condiciones de salud mental.
Si usted o alguien que conoce se enoja con más frecuencia de lo normal, hay apoyo disponible. Para explorar algunas opciones, puede consultar el centro de Psych Central para encontrar apoyo de salud mental.