Por qué las afirmaciones positivas no funcionan

Controla tus pensamientos y creas tu realidad. Una mentalidad positiva engendra resultados finales positivos.

Estos principios populares son defendidos por personas como Louise Hay, Napoleon Hill, Anthony Robbins y muchos otros gurús de la autoayuda. El problema es que en realidad no funcionan.

Piensa en la última vez que realmente deseaste que sucediera algo… Podría ser el trabajo de tus sueños, una relación ideal o incluso una plaza de aparcamiento en la ciudad.

Habiendo aprendido de los mejores, usó afirmaciones positivas en las formas sugeridas. Escribiste el resultado deseado en una tarjeta, lo guardaste en tu persona en todo momento y repetiste la frase una y otra vez en tu cabeza. Los resultados finales de sus esfuerzos probablemente no fueron los que estaba buscando.

Habiendo fallado, es posible que te hayas reprendido a ti mismo. No hiciste las afirmaciones correctamente, de alguna manera no lo merecías, o incluso: «eso estaba destinado a ser».

La razón por la que las afirmaciones positivas no funcionan es que apuntan al nivel consciente de tu mente, pero no al inconsciente. Si lo que está tratando de afirmar es incongruente con una creencia negativa profundamente arraigada, todo lo que resulta es una lucha interna.

Supongamos que cree que es «feo y sin valor», una creencia común entre las personas deprimidas de todo el mundo. Esta creencia puede sentirse profunda e irrevocablemente verdadera, sin importar cuál sea la realidad real.

Por ejemplo, en la cúspide de su carrera, Jane Fonda fue considerada una de las mujeres más bellas del mundo; sin embargo, como revela su autobiografía, juzgó su apariencia física como inadecuada y luchó contra trastornos alimentarios durante décadas.

Encogerse cuando se le hace un cumplido es porque “sé que no es verdad”. Imagina lo insoportable que sería este ejercicio: mírate en el espejo y di en voz alta: “Soy hermosa, por dentro y por fuera. Me quiero a mi misma.»

Si crees y sientes profundamente que eres feo y sin valor, se desencadenará una guerra interna. Con cada declaración positiva, tu inconsciente gritará: «¡No es verdad, no es verdad!»

Este conflicto consume una gran cantidad de energía y crea una tensión masiva en el cuerpo. El resultado final es que la creencia negativa se vuelve más fuerte a medida que lucha por sobrevivir y lo que realmente deseas no se manifiesta.

Entonces, si las afirmaciones no funcionan, ¿qué funciona? La buena noticia es que existe un método simple que puede usar, aplicar de inmediato y obtener resultados instantáneos y excelentes.

Un estudio innovador reciente tiene la clave. Arroja luz sobre la efectividad del autodiálogo declarativo versus interrogativo (Senay, Albarracín & Noguchi, 2010).

El diálogo interno declarativo consiste en hacer autoafirmaciones, ya sean positivas (p. ej., afirmaciones) o negativas (p. ej., creencias fundamentales). Por el contrario, el diálogo interno interrogativo se trata de hacer preguntas.

En el estudio, se pidió a cuatro grupos de participantes que resolvieran anagramas. Antes de completar la tarea, los investigadores les dijeron que estaban interesados ​​en las prácticas de escritura a mano y les pidieron que escribieran 20 veces en una hoja de papel: «Lo haré», «Lo haré», «Yo» o «Lo haré». El grupo que escribió “Will I” resolvió casi el doble de anagramas que cualquiera de los otros grupos.

A partir de este y otros estudios similares que realizaron los investigadores, descubrieron que preguntarnos a nosotros mismos es mucho más poderoso que decirnos algo cuando deseamos crear resultados finales exitosos.

Las preguntas son poderosas porque buscan respuestas. Nos recuerdan los recursos que tenemos y activan nuestra curiosidad. Todo lo que se requiere es un simple ajuste.

Digamos que está a punto de dar una presentación y se siente nervioso al respecto. Es posible que te encuentres declarando: “Soy terrible en las presentaciones; nunca me van bien”.

Alternativamente, puede darse una charla de ánimo positiva: «Estoy dando una gran presentación que inspira a mi audiencia».

Ambos son declaraciones declarativas que aplican una especie de presión externa al yo y cierran la posibilidad de acceder a los recursos internos y la creatividad necesarios para el éxito.

Sin embargo, modifique las declaraciones anteriores para que se conviertan en preguntas: “¿Soy terrible en las presentaciones? ¿Alguna vez me han ido bien? O: «¿Ofreceré una gran presentación que inspire a mi audiencia?» Las posibles respuestas pueden ser: “Me pongo tímido y nervioso y la gente se desconecta cuando hablo. Sin embargo, en mi última presentación, hice un punto que la gente encontró interesante y realmente capté su atención. ¿Cómo podría ampliar eso?” “La última presentación que hice salió bien. ¿Qué hice que funcionó y cómo podría hacer más de eso?

Esta poderosa estrategia funciona mejor que las afirmaciones porque reconoce tus pensamientos y sentimientos negativos y reduce la necesidad de combatirlos. Empiezas a convertirte en un aliado de tu mente inconsciente, que a su vez provocará su cooperación. Y la mente inconsciente es fantástica para crear cosas creativas.

Siga este proceso para aplicar efectivamente la estrategia de diálogo interno interrogativo:

  • Dirija su atención a cualquier autoafirmación declarada, ya sea positiva o negativa.
  • Modifique estas declaraciones en preguntas; por ejemplo: «Yo soy» en «¿Soy yo?»
  • Reflexione sobre las posibles respuestas a estas preguntas y proponga preguntas adicionales. «Y si..?» produce una línea de investigación particularmente fructífera.

Despertar su curiosidad y creatividad usando este método pondrá fin a esa agotadora lucha interna, lo que a su vez reducirá la tensión en su cuerpo y lo ayudará a relajarse. No le costará nada y lo posicionará para cosechar excelentes resultados finales.

Referencia

Senay, I., Albarracín, D. y Noguchi, K. (2010). Motivación del comportamiento dirigido a objetivos a través del diálogo interno introspectivo: el papel de la forma interrogativa del tiempo futuro simple. ciencia psicológica 21(4), 499-504.