Por qué el desapego es la clave para una relación y una vida felices. |

Quizás le sorprenda saber que el desapego es una cualidad importante para las relaciones amorosas saludables.

No lo seas.

En realidad, es la clave para un romance y una vida felices. Este es el por qué.

¿No es el desapego algo muy parecido a la indiferencia? En realidad, para nada.

El desapego es un estado mental muy beneficioso en todos los ámbitos de la vida, y en nuestra relación con las personas, con las posesiones e incluso con nuestro propio cuerpo físico.

La definición y el principio del desapego

El desapego no es indiferencia

Es importante aclarar este malentendido común. Indiferencia significa falta de interés y simpatía hacia una persona u objeto.

El desapego, por otra parte, se refiere al estado mental de ser objetivo y no aferrarse, y surge de una consideración profunda de las condiciones de la existencia humana.

Imagina que te vas de viaje organizado con un grupo de personas que no conoces. Los participantes vienen de todo el mundo y no los volverás a ver una vez que terminen las vacaciones.

En el grupo hay alguien que te parece realmente atractivo e interesante. Sabes que compartirás poco tiempo con él o ella, pero tienes la intención de aprovechar al máximo los pocos días que podréis pasar juntos. Quieres vivir estos momentos con intensidad y pasión, sabiendo que no durarán para siempre y que tendréis que separaros. Aceptas la situación y aún te abres completamente a la experiencia.

Aquí no hay indiferencia, ¿verdad? Aún así, las circunstancias de este encuentro te obligan a desapegarte de la otra persona y de la experiencia que compartiste (a menos que quieras sufrir mucho).

Cómo el desapego fortalece las relaciones amorosas

Se podría pensar que nuestras relaciones íntimas no se desarrollan en las mismas condiciones que en el ejemplo anterior. ¿Pero es eso realmente así? Después de todo, los seres humanos siempre compartimos juntos un lapso finito de tiempo, al igual que las personas en un viaje organizado.

La principal diferencia es que, en la vida real, No tienes idea de cuándo terminará tu tiempo compartido con alguien.

Las circunstancias de la vida, la fragilidad de la condición humana, la inestabilidad de las emociones: todos estos factores hacen que las relaciones sean mucho menos predecibles de lo que solemos creer. Si meditas profundamente sobre la impermanencia de la vida, el desapego será la consecuencia inevitable.

Pero al igual que en el ejemplo anterior, el desapego en la vida real no significa indiferencia: al contrario, te permitirá vivir cada relación con amor e intensidad, sabiendo que puede terminar en cualquier momento.

Ver también: Cómo atraer a un hombre consciente/evolucionado.

El desapego es un estado mental que os ayudará tanto en momentos de alegría como de tristeza. La vida es una mezcla de placer y dolor, de comodidad y dificultad. Nos aferramos al placer, esperando que nunca se vaya, y nos abruma el dolor, temiendo que nunca termine.

Al practicar el desapego, somos capaces de soportar los momentos difíciles con cierto sentido del humor, sabiendo que, como dice un sabio refrán:esto también pasará. De la misma manera, podemos disfrutar de los momentos hermosos de la vida sin dejarnos contaminar por el miedo a que terminen, como sin duda sucederá.

Todo esto no significa que tengas que vivir en una inseguridad constante, temiendo que todo en lo que confías pueda desmoronarse en un momento dado. Todo lo contrario, no estar apegado al éxito y al fracaso, o al placer y al dolor, te devuelve a la conexión con lo único que está invariablemente presente, estable y seguro: tu centro de conciencia pura y amor puro.

Cómo el desapego te mueve hacia el amor incondicional

Cuando empieces a practicar el desapego en tus relaciones íntimas, habrás encontrado uno de los caminos que conduce al amor incondicional. Sólo una persona no apegada puede amar incondicionalmente, es decir, sin esperar nada a cambio.

Estar apegado a alguien significa que lo amas principalmente por su proximidad o conveniencia, lo que te hace sentir bien. Pero, ¿qué pasará cuando tu ser querido haga algo que te moleste o simplemente decida irse? Con demasiada frecuencia, el amor apegado se convierte en amargura, ira y resentimiento.

Cuando amas sin apego, no te preocupas por los resultados de tu amor, que emana de ti como el perfume de una flor. Se puede amar a partir de un genuino desbordamiento de energía del corazón, sin condiciones ni limitaciones. Si el amor apegado se expresa con las palabras «Te amo porque…», el amor desapegado simplemente dice «Te amo», sin ninguna condición. Yendo un paso más allá, te darás cuenta de que el amor puro e incondicional se expresa mejor con las palabras «Yo amo». Como dijo una vez un gran místico: “El amor no es una relación, es un estado de ser”.

El desapego aporta un enfoque universal a la forma de expresar el amor

El amor incondicional es independiente del objeto del amor. Aunque en un momento concreto de tu vida tu amor pueda estar centrado en una persona concreta, el acto de amar no depende de ella. Si esa persona desapareciera de tu vida, el amor incondicional seguiría ahí, desbordando desde el corazón, listo para enfocarse en otro ser humano maravilloso cuando llegue el momento adecuado.

El desapego aporta a tu amor una cualidad de universalidad, en la que el objeto del amor ya no es la causa del mismo. La fuente de cualquier forma de amor está dentro de ti y no dependes de nadie para poder expresarlo.

Este es uno de los cambios más liberadores que una persona puede experimentar. Quizás siempre hayas creído que otra persona es responsable de llevarte al maravilloso estado de ser que llamas “amor”. Pero esta concepción errónea es la razón por la que te aferras a los demás, tienes miedo de su partida y les pones a ellos la carga de hacerte feliz. Una vez que comprendes que el amor brota de tu interior y que nadie más es responsable de él, puedes seguir amando a los demás, pero el miedo y el apego desaparecen. Te das cuenta de que ningún acontecimiento en la vida, ni siquiera la muerte de tu ser querido, puede quitarte este estado de ser.

Aprender a practicar el desapego es una de las herramientas más importantes para desarrollar el amor incondicional, una actitud de desapego tanto hacia las cosas como hacia las personas, y la capacidad de disfrutar el momento presente con intensidad. Aceptar la impermanencia de la vida significa remodelar todas nuestras suposiciones sobre la existencia, pero gracias a este proceso, surge la posibilidad de amar sin reservas, sin condiciones y sin miedo.