Por qué a las personas con TDAH les encanta complicar las cosas

¡Aventura! Todo ser humano anhela la aventura. La llamada de lo desconocido, la emoción de lo insondable, esa adrenalina que puede surgir de una persecución en coche o de superar un nivel de videojuego. Mmhh, sí, lo anhelamos. Vamos, nadie quiere vivir una vida aburrida sin diversión ni aventuras. En el fondo, todos buscamos emociones fuertes.

Entonces, ¿cuál es el problema con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad? Se ve con personas que tienen TDAH, donde otras personas pueden tener un deseo de aventura, pero tienen una necesidad absoluta de aventura. No pueden funcionar sin aventura. Los detalles mundanos y serios de la vida cotidiana resultan ser una tortura que no pueden soportar.

¿Por qué esto es tan? Esto se puede remontar a un problema fundamental en el TDAH: la incapacidad para quedarse quieto. Siempre hay algo nuevo que hacer, algún nuevo descubrimiento que hacer, algún enemigo que vencer y todo eso. Esta inquietud impregna todos los aspectos de la vida de una persona con TDAH. Sí, la mayoría de los humanos se sentirían cómodos con una emoción ocasional, pero alguien con TDAH necesita un flujo continuo de emociones y solo puede funcionar de manera óptima bajo una estimulación constante.

¿Cómo se manifiesta esto en la vida cotidiana? Alguien que sufre de trastorno por déficit de atención con hiperactividad puede no estar satisfecho con tomar el camino fácil y suficiente para resolver cualquier problema. Existe esta atención al detalle que roza el perfeccionismo. Pi, por ejemplo, debe ser exactamente 3,141592653589… se debe volver a realizar una prueba con una puntuación de 50 y una puntuación de 65. ¡Ese viaje de compras debe durar, incluso durante horas, hasta encontrar el vestido perfecto, y continuará durante unas horas más hasta que también se encuentren los zapatos perfectos que combinen!

En esencia, ¿qué intenta hacer un cerebro con TDAH? Sabe que necesita un suministro constante de emociones. Al mismo tiempo, se da cuenta de que las emociones en la vida suelen ser pocas y espaciadas, intercaladas entre largas horas de tedio. Se da cuenta de que no puede soportar estas largas horas de tedio y… ¡se enciende una bombilla! Decide añadir un elemento de incertidumbre, de peligro, de emoción incluso a las actividades diarias más mundanas. Tarea normal: cepillarse los dientes. Tarea compleja: intente frotar delante y detrás de los dientes veinte veces en cinco minutos.

Pero esta complejidad entraña peligros. A veces sólo necesitas hacer un trabajo sencillo, sin florituras. A veces, es posible que llegues tarde y necesites simplemente hacer un trabajo fácil y aburrido y terminar de una vez. En situaciones como ésta, es posible que las personas con TDAH no puedan afrontarlas con éxito, ya que su cerebro requiere, no, exige, toda la emoción. Y así, es posible que veas a alguien que tiene que tomar un vuelo a las 8 de la mañana lustrando meticulosamente sus zapatos a las ocho menos cinco.

Una posible solución a este problema es la aplicación de ejercicios mentales. Respira hondo y calma tu mente. Tenga en cuenta que no debe realizar esta tarea en particular de forma compleja. Evaluar la situación adecuadamente. Sepa cuándo es libre de complicarse y cuándo simplemente debe dejarlo pasar.