Percepción: definición, ejemplos y tipos

Percepción: definición, ejemplos y tipos

Incluso cuando estamos sentados sin hacer nada, nuestro cerebro trabaja arduamente para crear nuestra realidad. Siga leyendo para obtener más información sobre la percepción y cómo hace que todas nuestras experiencias sean únicas.

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¿Qué es la percepción? (Una definición)

Nuestro cerebro recibe un bombardeo constante de datos sensoriales. Por ejemplo, mientras estás sentado frente a un ordenador leyendo este artículo, tu cerebro recibe información táctil de los receptores de tu piel que se activan con la sensación de la ropa y la presión que ejerce sobre tu cuerpo el estar sentado en una silla, información auditiva que transmite cualquier música o ruido ambiental que esté haciendo cosquillas en las células pilosas de tus oídos, información visual de la luz que llega a tu retina producida por tu ordenador o teléfono, información propioceptiva sobre la posición relativa de las partes de tu cuerpo entre sí, y mucho más. La percepción es la traducción de todos estos datos sensoriales en la experiencia coherente de leer un artículo.

En pocas palabras, la percepción es el proceso mediante el cual el cerebro interpreta y organiza la información sensorial del entorno para producir una experiencia significativa del mundo.
El acto de percibir implica diversos procesos cognitivos como la atención, la sensación y la memoria, que nos permiten reconocer, comprender e interpretar nuestro entorno. La percepción puede verse influida por experiencias personales, emociones, motivaciones y expectativas, y en ocasiones puede dar lugar a ilusiones perceptivas y a interpretaciones erróneas de la realidad.

Ejemplos de Percepción

Existen muchos tipos distintos de datos sensoriales que nuestro cerebro organiza para formar una experiencia perceptiva. A continuación se presentan algunos ejemplos.

  • Percepción visual:La capacidad de interpretar y dar sentido a la información visual, como la forma, el color y el movimiento. Por ejemplo, percibir la diferencia entre un árbol y una roca en función de su forma y textura.
  • Percepción auditiva: La capacidad de interpretar y dar sentido a la información auditiva, como el sonido, el tono y el ritmo. Por ejemplo, percibir la diferencia entre distintos instrumentos musicales en función de los sonidos que producen.
  • Percepción táctil:La capacidad de interpretar y dar sentido a la información táctil, como la presión, la temperatura y la textura. Por ejemplo, percibir la diferencia entre una superficie suave y una rugosa a partir del tacto.
  • Percepción del gusto: La capacidad de interpretar y dar sentido a la información sobre el sabor, como dulce, ácido, salado y amargo. Por ejemplo, percibir la diferencia entre distintos tipos de alimentos en función del gusto.
  • Percepción del olfato:También llamada olfato, es la capacidad de interpretar y dar sentido a la información olfativa, como el aroma de un perfume, de las flores o de la comida. Por ejemplo, percibir la diferencia entre el olor del café y el del té en función de sus aromas únicos.
  • Percepción del tiempo:La experiencia subjetiva del paso del tiempo. Por ejemplo, percibir que el tiempo pasa rápidamente durante un acontecimiento emocionante, pero lentamente durante uno aburrido.
  • Percepción del dolor:Se trata de la experiencia tanto del dolor corporal transmitido desde los receptores sensoriales del cuerpo como del dolor psicológico que se crea a partir de experiencias externas, como el rechazo, pero que se experimenta internamente (Eisenberger y Lieberman, 2004).
  • Propiocepción:La propiocepción se refiere a la forma en que nuestro cuerpo interpreta las señales sensoriales de nuestros músculos para comprender la posición de nuestro cuerpo o dónde se encuentran nuestras extremidades con respecto al resto de nuestro cuerpo. Por ejemplo, cuando extiendes el brazo frente a ti, los receptores de estiramiento de tus músculos indican que están siendo estirados, lo que informa a tu cerebro de que tienes el brazo estirado.

Percepción de sí mismo

La percepción de uno mismo puede referirse al menos a dos procesos diferentes. El primero es el proceso de percepción del estado interno del cuerpo, también conocido como interocepción. La interocepción incluye la percepción de estados corporales como el hambre, el dolor, la fatiga, las náuseas y la ansiedad. La interocepción también incluye experiencias más abstractas, como la sensación de agencia y estados emocionales como la alegría y el miedo (Ceunen et al., 2016). En muchos sentidos, la interocepción puede entenderse como la experiencia subjetiva del yo. Es decir, es la forma en que se siente ser uno mismo.

La autopercepción también puede referirse a la percepción que tienes de tu forma de ser en el mundo o de cómo te ven los demás. Es decir, la autopercepción incluiría la percepción que tienes de tus habilidades, rasgos de personalidad, comportamientos, apariencia y otros rasgos de carácter (Kleinke, 1978). Si bien la interocepción se basa en gran medida en experiencias internas, esta forma de autopercepción está determinada por una combinación de experiencias personales, expectativas culturales y sociales y retroalimentación de los demás.

La percepción de uno mismo puede tener implicaciones importantes para el comportamiento, las emociones y el bienestar de una persona. Por ejemplo, si alguien tiene una percepción positiva de sí mismo, puede ser más confiado, optimista y seguro de sí mismo. Por el contrario, si alguien tiene una percepción negativa de sí mismo, puede experimentar baja autoestima, ansiedad y depresión.

La percepción de uno mismo también puede cambiar con el tiempo y puede verse influida por nuevas experiencias y comentarios de los demás. Por ejemplo, alguien puede tener una percepción positiva de sí mismo en un aspecto de su vida, como su trabajo o su capacidad atlética, mientras que puede tener una percepción negativa de sí mismo en otras áreas, como sus habilidades sociales o su apariencia física.

Percepción de los demás

La percepción de los demás, también conocida como percepción social, es un proceso multifacético. Los elementos de la percepción social van desde la percepción de otro como un objeto autónomo y animado hasta la inferencia de la intencionalidad detrás del comportamiento de los demás (Rutherford y Kuhlmeier, 2013).

Gran parte de nuestra percepción de los demás está influida por la forma en que nos percibimos a nosotros mismos. Es decir, podemos utilizarnos a nosotros mismos como punto de referencia a partir del cual hacer inferencias (Markus et al., 1985). Por ejemplo, sabemos que cuando estornudamos es un comportamiento involuntario, por lo que asumimos que lo mismo sucede con otras personas. También podemos proyectar nuestros propios rasgos en los demás (Mikulincer y Horesh, 1999). Por ejemplo, si solemos ser mentirosos, veremos a los demás como mentirosos también. O si somos generosos y amables, podemos tender a ver a los demás como generosos y amables también.

La percepción social también se ve influida por otros factores cognitivos, emocionales y culturales, como los prejuicios personales, las expectativas y los estereotipos. Por ejemplo, las personas que fueron abandonadas en la infancia tienden a moverse por el mundo con la suposición de que los demás no son dignos de confianza e interpretarán su comportamiento a través de esa perspectiva (Levy et al., 2011).

Percepción de la realidad

La percepción de la realidad se refiere a la forma en que comprendes e interpretas todas tus experiencias y a la creencia de que estas experiencias son el producto de una entidad que existe fuera de ti y que puede ser experimentada por otras personas. Por ejemplo, mi percepción actual de la realidad es que estoy escribiendo en un ordenador. Esto puede considerarse mi realidad porque estoy completamente convencido, por diversas razones, de que este ordenador existe realmente fuera de mi mente y que podría ser experimentado por otras personas.

Nuestra percepción de la realidad puede verse influida por diversos factores, como las expectativas previas, el estado emocional y un grupo de sustancias químicas diferentes a las que comúnmente se denomina psicodélicos. Aunque no se ha respondido a la pregunta de si existe o no una única realidad verdadera, por lo general compartimos una realidad común en la que estamos de acuerdo (a veces). Decimos que alguien existe en una realidad alterada cuando su percepción de la realidad se desvía sustancialmente de la norma. Por ejemplo, podríamos decir que alguien que experimenta alucinaciones visuales después de ingerir psilocibina existe en una realidad alterada o en un estado alterado de conciencia.

Percepción del tiempo

La percepción del tiempo es una percepción particularmente fascinante si tenemos en cuenta que no existe ningún órgano sensorial a través del cual nuestro cerebro reciba información sobre el tiempo. Es decir, los receptores de luz de nuestra retina dan lugar a la visión, la vibración de las células ciliadas de nuestros oídos crea la sensación del sonido y la activación de los receptores de nuestra lengua crea la experiencia del gusto, pero no tenemos receptores del tiempo que transmitan la sensación del tiempo. A pesar de su misterioso origen, el tiempo es una característica fundamental de la existencia humana.

Nuestra experiencia del tiempo está influida por una variedad de factores cognitivos y físicos. Por ejemplo, percibimos que el tiempo pasa más rápido cuando nos divertimos y cuando tenemos miedo, y parece que el tiempo pasa más lento cuando estamos aburridos, deprimidos o disgustados (Droit-Volet, 2013). De manera similar, percibimos que el tiempo pasa más lentamente cuando sentimos dolor (Rey et al., 2017).

Aunque todavía se desconocen los mecanismos exactos de la percepción del tiempo, se cree que el sistema motor es al menos uno de los principales contribuyentes a la experiencia del tiempo. En otras palabras, las mismas regiones cerebrales que nos hacen movernos nos ayudan a procesar el tiempo.

Percepción vs Sensación

La percepción y la sensación son conceptos relacionados, pero no son sinónimos.

La sensación se refiere al proceso de detectar y responder a los estímulos del entorno. Implica la estimulación de nuestros receptores sensoriales, como los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel, que luego envían señales al cerebro. La sensación es la experiencia cruda y no interpretada del mundo.

La percepción, por otra parte, es la unión de todas esas sensaciones en una experiencia coherente. Podemos pensar en la sensación y la percepción como si fueran un rompecabezas. La sensación es como todas las piezas del rompecabezas y la percepción es como el rompecabezas terminado. Al principio, todo lo que tenemos es un montón de piezas dispersas con fragmentos indescifrables de alguna imagen sobre ellas; luego, nuestros procesos perceptivos juntan todas estas piezas en una imagen final de un lindo perro con gafas de sol.

Percepción vs Perspectiva

La perspectiva y la percepción son conceptos distintos y requieren procesos cerebrales diferentes, pero están inextricablemente vinculados entre sí. Es decir, la percepción ayuda a crear perspectiva y la perspectiva ayuda a crear percepciones.

Una perspectiva es un punto de vista o actitud. Es la manera en que interpretamos la suma total de todas nuestras percepciones. Por ejemplo, la percepción sería el acto de mirar una flor y la perspectiva sería lo que esa flor significa para nosotros y cómo nos sentimos…