Una carta a mi ex narcisista
Foto de Alex Iby en Unsplash
Nunca olvidaré cómo me enamoré de ti. La palabra amar Simplemente no es suficiente, te adoré. Aspiraba a ser como tú porque eras perfecta.
La conexión entre nosotros parecía irreal. Cada vez que me mirabas con tus ojos intensos y esa sonrisa tan notable, habría muerto por tenerte allí y para siempre.
Nunca pensé que podía sentir tanta atracción por una sola persona. Amaba cada fibra de tu cuerpo.
Sólo la melodía de tu voz puso la piel de gallina por todo mi cuerpo.
Un solo toque de tus manos hizo que mi mente se acelerara. Y en lo único que podía pensar era en ti.
Tus palabras y cariño fueron mi oxígeno, no necesitaba nada ni a nadie más. La gente decía que me aislaste, pero no me importó. Cumpliste todos los roles que un ser humano necesita en su vida.
Eras mi mejor amigo, mi amante, mi cómplice. Fuiste mi colega más cercano, mi mentor, el hermano mayor y el padre que nunca tuve. Recuerdo admirar tu rostro mientras dormías. La felicidad nunca se había sentido tan real: ¿Cómo tuve tanta suerte?
Ni siquiera me importó que no me permitieran hablar con nadie sobre nosotros. Después de todo, ¿qué me importaba lo que el mundo supiera o pensara cuando todo mi mundo giraba en torno a ti?
Seguí diciéndome a mí mismo que no eras adecuado para mí y que no terminaría bien… pero eso no me impidió enamorarme más de ti cada día.
Tus palabras y cariño fueron mi oxígeno, no necesitaba nada ni a nadie más.
Cuando miro hacia atrás, a nuestros comienzos, puedo ver claramente que siempre has sido abusivo. A veces desearía haber prestado atención a lo que decía mi instinto mientras estaba demasiado ocupada desmayándome por tu voz.
Sí, hubo momentos en que cuestioné tu comportamiento. Momentos en los que no podía señalar qué pero sabía algo estaba muy equivocado. Pero los recordarás mejor que yo. Estaba tan confundido, que siempre sabías exactamente cómo jugarlo.
Tu control sobre mí fue mucho más fuerte de lo que jamás quise mostrar. Yo nunca hubiera…