Pensamientos felices: 21 formas científicas de ser más feliz

Pensamientos felices: 21 formas científicas de ser más feliz

¿Tienes curiosidad por saber qué pensamientos pueden ayudarte a ser feliz? Hay muchas estrategias cognitivas basadas en la ciencia que pueden ayudarte a tener pensamientos felices y aumentar tu felicidad. Las abordaremos aquí.

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¿Qué son los pensamientos felices?

A menudo se piensa que la felicidad consta de dos partes: hedonia (por ejemplo, placer, disfrute, ausencia de angustia) y eudaimonia (por ejemplo, crecimiento, significado, propósito).(Huta y Waterman, 2014). Y hay dos formas principales de crear estos estados: tus pensamientos y tus comportamientos. Aquí, nos centraremos en los pensamientos para ser feliz. Muchas investigaciones han explorado cómo podemos pensar pensamientos felices y cuáles son los beneficios precisos. En este artículo, hablaremos sobre estas estrategias para que puedas comenzar a usar tus pensamientos para generar felicidad.

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1. Acepto las cosas que no puedo cambiar

Cuanto más tiempo pasamos sintiéndonos molestos por las circunstancias de nuestra vida que no podemos controlar, menos felices somos. Por otro lado, La aceptación está vinculada a lo positivo. bienestar (Ranzijn y Luszcz, 1999). Por eso, adoptar este pensamiento feliz es un gran primer paso hacia la felicidad.

Para fortalecer estos pensamientos felices, puedes considerar la posibilidad de practicar la atención plena, que se cree que ayuda a promover la autoconciencia, la conciencia de los demás, la autoaceptación y la aceptación de los demás. Puede ser beneficioso porque nos centramos en nuestros pensamientos y sensaciones y los aceptamos sin juzgarlos.

2. Me conozco a mí mismo

Quizás no te des cuenta de que tener este pensamiento feliz es importante para la felicidad, pero en verdad lo es. Si vivimos nuestras vidas para complacer a los demás o de maneras que no son auténticas, es probable que seamos menos felices. De hecho, la autenticidad es clave para el funcionamiento y el bienestar óptimos..

Los investigadores sugieren que la autenticidad se logra una vez que se satisfacen las necesidades básicas (comida, alojamiento, relaciones, etc.) y luego podemos mirar hacia nuestro interior para comprendernos a nosotros mismos. La falta de autenticidad ocurre cuando nos centramos excesivamente en satisfacer las expectativas y demandas de otras personas.

(Goldman y Kernis, 2002). Por lo tanto, un primer paso para alcanzar la felicidad es «conocernos a nosotros mismos» y luego actuar en función de lo que sabemos sobre nosotros mismos.

3. Sé lo que necesito para ser feliz

Conocer nuestras necesidades es otro paso importante para la felicidad. Esto se debe a que, si no sabemos qué nos hace felices, probablemente haremos todo tipo de cosas que creemos que nos harán felices pero que en realidad no nos hacen felices. Por ejemplo, muchos de nosotros buscamos adquirir lo que necesitamos. cosas Queremos cosas como casas lujosas, autos u objetos, aunque estas cosas no nos hagan sentir mejor. Si, en cambio, nos concentramos en satisfacer nuestras necesidades psicológicas, como la autonomía, la competencia y la relación (Vlachopoulos y Michailidou, 2006), es más probable que nuestros esfuerzos nos hagan sentir mejor.

A continuación te indicamos cómo empezar a satisfacer estas necesidades:

  • Autonomía. La autonomía tiene que ver con tomar nuestras propias decisiones y elegir nuestro rumbo en la vida.
  • Competencia. La competencia es el sentimiento de que estamos interactuando eficazmente con nuestro entorno y utilizando nuestras fortalezas o capacidades.
  • Relación. La relación implica sentirse conectado, cuidado y tener un sentido de pertenencia a la propia comunidad.

Trabajar en estas tres necesidades psicológicas puede ayudarnos a ser más felices.

Vídeo: Cómo tener pensamientos felices

4. Soy un ser humano valioso y que vale la pena

En mi investigación, descubrí que el factor más estrechamente vinculado a la infelicidad era el grado en que alguien «se siente bien consigo mismo». ellos mismos«De hecho, si tenemos baja autoestima y no nos gustamos mucho a nosotros mismos, podríamos tener dificultades para creer en nuestra capacidad de lograr resultados como la felicidad (Miller Smedema, Catalano y Ebener, 2010; Tafarodi y Swann, 2001) Es por eso que trabajar en estos pensamientos felices puede ser la cosa más importante que podemos hacer.

Podemos empezar por desarrollar cierta autocompasión en lugar de ser tan malos con nosotros mismos. También podemos trabajar en desarrollar una mayor confianza para asumir los riesgos que nos enseñarán que, en efecto, somos seres humanos valiosos. También nos puede resultar beneficioso utilizar afirmaciones positivas o palabras que nos recuerden las cosas buenas que creemos, o queremos creer, sobre nosotros mismos. Estas son algunas estrategias que pueden ayudarte a desarrollar pensamientos para ser más feliz.

5. Me doy cuenta de las cosas buenas de la vida

Otra forma de aumentar nuestra felicidad con nuestros pensamientos es centrar nuestra atención en las cosas buenas, las cosas que nos dan alegría. Cuando entrenamos deliberadamente nuestra atención para notar lo bueno (e ignorar lo malo), podemos mejorar nuestro bienestar. A continuación, presentamos un ejercicio que puede ayudarte a entrenar tu atención hacia lo bueno.

6. Puedo cambiar lo que siento

La verdad es que podemos cambiar cómo nos sentimos. Una forma de hacerlo es con una reevaluación positiva, una estrategia de regulación emocional. La reevaluación positiva implica pensar en que nuestra situación actual no es tan mala como parece. Por ejemplo, podemos darnos cuenta de que, en realidad, podemos aprender mucho de la situación, aunque sea difícil. O podemos darnos cuenta de que estamos agradecidos de que no sea peor de lo que es. Se ha demostrado que la reevaluación positiva contribuye a obtener resultados positivos (Troy, Wilhelm, Shallcross y Mauss, 2010). Al aprender a cambiar nuestros pensamientos con una reevaluación positiva, también cambiamos nuestras emociones.

7. Puedo mejorar mis relaciones

Desarrollar vínculos sociales sólidos y de apoyo es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra salud física y emocional. De hecho, la relación (o nuestra sensación de estar socialmente conectado con los demás) se considera una necesidad esencial para el funcionamiento, el crecimiento y el bienestar humanos.Van den Broeck y otros, 2016)Las conexiones sociales nos ayudan a ser más resilientes frente al estrés e incluso a mejorar nuestra salud física (Holt-Lunstad, Robles y Sbarra, 2017). Por eso, cuando busquemos tener pensamientos felices, es fundamental recordar que podemos desarrollar nuevas conexiones sociales y mejorar las que ya tenemos.

8. Haciendo felices a los demás, me hago feliz a mí mismo

Una de las formas más eficaces y poderosas de aumentar la felicidad es la generosidad y la amabilidad. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que las personas que compran regalos para los demás, hacen donaciones a organizaciones benéficas o trabajan como voluntarios tienden a ser más felices (Lane, 2017). Dada la solidez de estas investigaciones, muchos profesionales del sector creen que la generosidad, o la amabilidad en sentido amplio, es lo que más probablemente contribuya a nuestra felicidad.

Aunque la amabilidad puede ser más un comportamiento feliz que un pensamiento feliz, tener pensamientos felices relacionados con la amabilidad es incluso beneficioso por sí mismo. Por ejemplo,La meditación de bondad amorosa, que implica generar amor y compasión hacia uno mismo, hacia los seres queridos, conocidos, desconocidos y, finalmente, hacia todos los seres vivos, tiene amplios beneficios para nuestra salud mental y física. Se ha demostrado que este tipo de meditación mejora el bienestar y aumenta las experiencias diarias de emociones positivas (Fredrickson y otros, 2008). Esto sugiere que cultivar pensamientos positivos y amorosos es una excelente manera de aumentar la felicidad.

9. Estoy agradecido por…

Cuanto más apreciación o agradecimiento sentimos, más felices solemos ser. El pensamiento agradecido incluso mejora el estado de ánimo (Watkins, Woodward, Stone y Kolts, 2003). La gratitud es quizás una de las habilidades más fáciles de desarrollar porque todos podemos hacerlo y hay muchas formas de hacerlo respaldadas por investigaciones. Por ejemplo, se ha demostrado que escribir sobre lo agradecidos que estamos por una experiencia pasada aumenta la felicidad (Witvliet, Richie, Root Luna y Van Tongeren, 2019). También podemos escribir un diario de gratitud o cartas de gratitud para aumentar nuestra felicidad (Kaczmarek et al., 2015).

10. Mis metas son…

Conocer nuestros objetivos grandes y pequeños puede ser una excelente manera de aumentar la felicidad. Esto se debe a que establecer metas pequeñas y alcanzables puede ayudarnos a experimentar más victorias, lo que puede mejorar nuestro estado de ánimo. Lograr ciertas metas en la vida también puede ayudarnos a aumentar nuestra felicidad de maneras más duraderas. Por ejemplo, si odiamos nuestro trabajo, podríamos tener como meta obtener capacitación en otro campo que pueda ayudarnos a conseguir un trabajo que nos guste más. De esta manera, establecer metas y trabajar para lograrlas aumenta la felicidad.

Además, alcanzar objetivos nos ayuda a satisfacer necesidades psicológicas importantes como la competencia, la autonomía y la capacidad de relacionarnos, que mejoran el bienestar (Sheldon y Elliot, 1999). Por último, la mera experiencia de trabajar para alcanzar objetivos puede ayudar a las personas a experimentar un mayor significado en la vida. Los investigadores especulan que esto se debe a que los objetivos nos ayudan a explorar y comprender lo que es personalmente significativo (Emmons, 2003). Por eso, tener pensamientos felices relacionados con nuestros objetivos puede ser una forma eficaz de aumentar la felicidad.

11. Creo en mí mismo

Además de fijarnos metas, debemos creer que realmente podemos alcanzarlas. Necesitamos tener lo que se conoce como mentalidad de crecimiento, o la creencia de que podemos mejorar y crecer.
Si mantenemos creencias sobre nuestra capacidad y probabilidad de tener éxito, en realidad tendremos más probabilidades de tenerlo. ¡Eso me sorprendió incluso a mí! Pero es verdad. Cuanto más creamos que los resultados positivos se harán realidad, más probable es que así sea.(Benson y Friedman, 1996). Por supuesto, esto no es cierto en todos los casos (¡no es magia!), pero ciertamente ayuda creer en uno mismo.

Para cultivar creencias positivas que nos ayuden a hacer realidad nuestros sueños, podemos hacer cosas como crear un tablero de visión (un póster con nuestras metas, valores y sueños). También podemos realizar ejercicios que nos ayuden a estar en un estado de ánimo más positivo y optimista, como explorar cómo se siente la felicidad.

12. Soy adaptable

Cuanto más flexibles y adaptables seamos, más fácil será ser resilientes. Y cuando somos resilientes, nos vemos menos afectados por los acontecimientos negativos de nuestra vida. Para adaptarnos a las situaciones de forma más eficaz, tenemos que soltar. Por ejemplo, cuando las cosas no salen según lo previsto, podemos acabar dándole vueltas a ello durante mucho tiempo. Estos pensamientos negativos nos mantienen estancados e infelices. Y si estamos rígidamente apegados a un futuro concreto, podemos preocuparnos excesivamente, quedando de nuevo atrapados en nuestra negatividad. Al soltar, podemos dejar que nuestras vidas nos lleven adonde ellas quieran, dirigiéndonos nosotros mismos cuando podamos y estando abiertos a lo que pase. Así es como los pensamientos adaptables pueden ayudarnos a ser más felices.

13. Persigo cosas en la vida que considero significativas

A menudo le damos mucha importancia a encontrar nuestro único propósito o aquello que le da sentido a nuestra vida. Pero la verdad es que el sentido de la vida puede surgir de muchas cosas diferentes. Las investigaciones sugieren que los factores que conforman una vida significativa incluyen valores, principios, propósito, logros y entusiasmo.Morgan y Farsides, 2009).

  • Valorando la vida: una sensación de que tu vida tiene un valor inherente.
  • Vivir según principios: tener una filosofía personal a través de la cual entiendes la vida.
  • Objetivo: Tener metas, objetivos e intenciones claras.
  • Logro: una conciencia de que se están logrando o cumpliendo objetivos personales.
  • Emoción en la vida: una visión de tu vida como emocionante, interesante o atractiva.

Notarás que cada uno de estos factores implica felicidad…