El Peñacho de Cuauhtémoc
Le agradecemos muchísimo al investigador mexicano Miguel Gleason, autor de varios libros, incluyendo México Insólito en Europa por este breve artículo acerca del redescubrimiento de una de las poquísimas piezas del arte de plumas prehispánico el mundo.
Pic 1: El último objeto de plumaje azteca recientemente detectado (Presione sobre la imagen para ampliarla)
EL PENACHO DE CUAUHTEMOC, lo llamo así, porque así es como se ganó en el siglo XIX, tanto en el inventario de Boban, como en el Museo de Etnografía del Trocadero en París. En el catálogo de Eugene Boban se lee: ‘Objeto que le perteneció al último Emperador de México Cuauhtemoctzin. Ofrecido a Maximiliano por el Emperador de Austria para el Museo Nacional de México.’ Y Ernest Hamy, que es el precursor y fundador del primer museo de Etnografía en París, afirmaría: ‘Este tocado le perteneció “a la víctima de Cortés, Guatimozin”. No sólo muy lejano en lo que había escrito Boban, sino, con un gran conocimiento de México, incluso llegó a comparar precisamente las flores cerradas del tocado con las flores de crocus, que fueron abundantes hace tiempo en Chapultepec.
La importancia, independientemente de si le perteneció a Cuauhtémoc o no, de este objeto es inmenso, pues de ser prehispánico, se uniría a la muy lista restringida de los pocos objetos mesoamericanos prehispánicos que han llegado hasta nuestros días. Sólo existen en el mundo 7 objetos con estas características. 3 se encuentran en Viena: el famoso “Penacho de Moctezuma”, un escudo “chimalli” y una especie de abanico; 2 se encuentran en Stuttgart, Alemania y son dos escudos “Chimalli”, muy grandes y de bella manufactura; y los otros dos se encuentran en México, pero curiosamente el Chimalli del Castillo de Chapultepec, se encontró también en Austria y fue traido a México por Maximiliano cuando fue Emperador. El último objeto (pic 1) fue detectado recientemente en un convento y había sido reconvertido en una patena para cubrir el caliz durante las misas.
Foto 2: El ‘penacho de Cuauhtémoc’ (Presione sobre la imagen para ampliarla)
Este “Penacho de Cuauhtemoc” (foto 2) podría ser el octavo objeto prehispánico mesoamericano de plumas que ha llegado hasta nuestros días. Este objeto es sin lugar a dudas, uno de los objetos más nómadas de todos los objetos prehispánicos. Pues se encontró en Mesoamérica, salió hacia Europa probablemente en el siglo XVI, donde permaneció seguramente varios siglos en Austria, volvió a México con Maximiliano y volvió a salir hacia Europa en el siglo XIX, después de la caída de Maximiliano. Se conserva actualmente en las bódegas del Museo del Quai Branly en París.
Esto está documentado, pues como les decía, según el catálogo de Boban, fue ofrecido a Maximiliano por el Emperador de Austria para el Museo Nacional de México. Tenemos varias razones de creer esto, pues es el caso del escudo Chimalli que se encuentra en el Museo del Castillo de Chapultepec y allí sigue, a diferencia de éste.
En los documentos antiguos que se conservan en el Museo del Quai Branly, que antes fue el Museo del Hombre y antes el Museo Etnográfico del Trocadero, se lee lo siguiente: “Esta pieza perteneció a las piezas reunidas por Maximiliano de Austria, que fueron robadas después de los eventos de Querétaro; fue vendido por un indio a un anticuario que la trajo a Paris. Esta pieza fue cedida por Boban a Alphonse Pinart y por este mismo, al Estado”.
Esto que les presento es apenas una primera aproximación, pues tendrá que investigarse más a fondo este objeto, que guarda aún muchos misterios. Pudiera no ser un penacho y pudiera no haberle pertenecido a Cuauhtémoc.
Ya con el libro publicado, tuve la oportunidad, después de hacer los trámites necesarios, de conocer el penacho original y la primera sorpresa fue, que no era tan grande como imaginaba, pues el diámetro de la cavidad central, donde se colocaría la cabeza, es sólo de 8,5 cm. El diámetro del penacho abierto, incluyendo las plumas que representan flores es de 28 cm.
La restauradora del Museo nos dice que tiene la costumbre de ver y analizar este tipo de objetos y constatar que definitivamente es un objeto muy antiguo.
Fotos: Miguel Gleason.
Este artículo fue subido al sitio web de Mexicolore el 26 de marzo de 2017