Oración y salud mental: ¿Qué dice la investigación? | central de psiquiatría

La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la tarde. – Mahatma Gandhi

¿Cuáles son sus creencias más profundas con respecto a la naturaleza de Dios? Cuando oras, ¿le hablas a un Dios amoroso, protector y de fácil acceso? ¿O Dios se siente extrañamente distante e inalcanzable? ¿Quizás un disciplinario? Un nuevo estudio dice que tus creencias sobre el «carácter» de Dios determinan los efectos de la oración en tu salud mental.

Investigadores de la Universidad de Baylor descubrieron que las personas que oran a un Dios amoroso y protector tienen menos probabilidades de experimentar trastornos relacionados con la ansiedad (preocupación, miedo, timidez, ansiedad social y comportamiento obsesivo compulsivo) en comparación con las personas que oran pero en realidad no lo hacen. esperar recibir algún consuelo o protección de Dios.

Los investigadores analizaron los datos de 1714 voluntarios que participaron en la Encuesta de religión de Baylor más reciente. Se centraron en la ansiedad general, la ansiedad social, la obsesión y la compulsión. Su estudio, titulado «Oración, apego a Dios y síntomas de los trastornos relacionados con la ansiedad entre los adultos estadounidenses», se publica en la revista Sociología de la Religión.

Para muchas personas, Dios es una fuente de consuelo y fortaleza, dice el investigador Matt Bradshaw, Ph.D; ya través de la oración, entran en una relación íntima con Él y comienzan a sentir un apego seguro. Cuando este es el caso, la oración ofrece consuelo emocional, lo que resulta en menos síntomas de trastornos de ansiedad.

Algunas personas, sin embargo, han formado vínculos evasivos o inseguros con Dios, explica Bradshaw. Esto significa que no necesariamente creen que Dios está ahí para ellos. La oración comienza a sentirse como un intento fallido de tener una relación cercana con Dios. Los sentimientos de rechazo o las oraciones «sin respuesta» pueden provocar síntomas graves de trastornos relacionados con la ansiedad, dice.

Los hallazgos se suman al creciente cuerpo de investigación que confirma una conexión entre la relación percibida de una persona con Dios y la salud mental y física. De hecho, un estudio reciente de la Universidad Estatal de Oregon encontró que la religión y la espiritualidad dan como resultado dos beneficios para la salud distintos pero complementarios. La religión (afiliación religiosa y asistencia a los servicios) está vinculada a mejores hábitos de salud, incluyendo menos consumo de tabaco y alcohol, mientras que la espiritualidad (oración, meditación) ayuda a regular las emociones.

Otro estudio reciente de la Universidad de Columbia encontró que participar en la meditación regular u otra práctica espiritual en realidad engrosa partes de la corteza cerebral, y esta podría ser la razón por la que esas actividades tienden a proteger contra la depresión, especialmente en aquellos en riesgo de padecer la enfermedad.

Este artículo es cortesía de Espiritualidad y Salud.