No puedes obligar a alguien a amarte

No importa cuánto sientas que deberían hacerlo o desearías que lo hicieran.

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El amor es una cosa divertida. Para algunos parece ser fácil; dan amor como si nada. Para ellos es tan natural como respirar. Para otros, es más difícil.

A veces hay personas en nuestras vidas que creemos que deben amarnos, y por una buena razón. Una madre, un padre, un hermano: estos son los seres más cercanos a nosotros cuando somos jóvenes. Estos son de quienes buscamos amor y aceptación, y si no los recibimos, puede ser devastador. Altera la vida.

Durante la mayor parte de mi vida, traté de ser la persona perfecta. Hice todo lo que pude para complacer a los demás, porque tal vezsólo tal vez, eso haría que me amen.

Especialmente familia. Los que sentí debería amarme y aceptarme pero por alguna razón… no lo hizo.

Pensé que si hacía todo bien, tal vez empezarían a prestarme atención y yo les importaría.

Intenté con todas mis fuerzas complacer a un miembro de la familia en particular. Saqué buenas notas, obedecí todas las reglas y no me metí en problemas. Me aseguré de cumplir con todos los estándares establecidos ante mí, pero aún así no fue suficiente.

Nunca nada fue suficiente.

Recuerdo llorar en mi habitación, preguntándome qué me pasaba. ¿Por qué esta persona no se preocupaba por mí y por qué mis únicas interacciones con ella fueron negativas? ¿Por qué siempre estaban tan enojados conmigo?

¿Por qué nada de lo que hice fue suficiente? ¿Por qué no fue I ¿suficiente?

Esta persona simplemente no estaba interesada. Yo no era importante para ellos. Nunca lo había sido.

No ser amado por alguien importante para ti es desgarrador. Durante años sufrí emocionalmente, sintiendo que debía haber algo inherentemente malo en mí que me hiciera tan desagradable.

Porque, ¿por qué si no las cosas serían como eran?

No ayudó que nunca tuve novio cuando era adolescente; Ser rechazado por los pocos chicos que encontré interesantes solidificó aún más mi creencia de que tenía defectos.

A medida que crecí, comencé a formar relaciones que me enseñaron cómo es la verdadera aceptación. Fue en ese momento que me di cuenta de que no me pasaba nada…