No mentían cuando decían que el amor debería ser fácil

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«Cuando suceda, lo sabrás».

«Se sentirá bien»

«Es sólo un clic».

Lo sé, confía en mí. Solía ​​poner los ojos en blanco cuando alguno de mis amigos me decía esto cuando les contaba mi último drama de chicos. Pero escúchame.

Tenía dos años de estar soltera y con muchas ganas de no estarlo. El romance me sostiene de la misma manera que el oxígeno y la comida sostienen a la mayoría de las personas. Es el combustible de mis fantasías y la motivación de mi existencia. Por más independiente que puedo pretender ser y cuán capaz soy de vivir mi vida por mi cuenta, estoy profundamente enamorado del amor y de la luz, el color y la inspiración que el amor infunde en mi vida. Lo deseaba tanto que sentí que tenía que forzarlo.

Y lo forcé, lo hice. Fueron dos años de muchos comienzos en falso, muchas citas, muchos dolores de cabeza, muchos “tal vez” y muchos enamoramientos. Quería enamorarme y enamorarme profundamente, dejarme llevar por la corriente, pero sentía como si estuviera nadando contra la corriente. Tuve que esforzarme muchísimo. Intenta lucir atractiva en cada cita, intenta contar las historias que me hicieron parecer inteligente y culta, intenta decir las cosas correctas mientras envías mensajes de texto y trata de pedir la comida adecuada en las citas. Trate de ser la persona adecuada para ellos, en lugar de preguntarse si esta es la persona adecuada para mí.

Siempre había pensado en el amor como poesía, pero las citas en estos dos años parecían aritméticas. Se diluyó en un juego de números: 1 chica de cierto nivel de atractivo y cierto nivel de éxito + 1 chico de cierto nivel de atractivo y cierto nivel de éxito = una coincidencia. 3 citas para cenar + 1 cita para almorzar + 1 película = sexo. 1 chico + 1 chica + 8 citas + sexo = una relación. Parecía que había una progresión lógica de las cosas, una coincidencia de factores externos, por lo que estar juntos parecía lo correcto. Fueron dos años de búsqueda de conexiones racionalizadas por la mente, en lugar de impulsadas desde el corazón.

Cuando describí a estos hombres a mis amigos, recalqué sus logros (¡su nueva canción ya tiene 400.000 reproducciones en Spotify! ¡Es un emprendedor de una exitosa empresa de tecnología! ¡Es un instructor de yoga como yo!), su apariencia y nuestros intereses comunes como prueba de que este tipo podría ser el indicado. Y cuando racionalizas lo bueno que es alguien basándose en estos factores externos, viene con un…