No hay nada más importante que tu salud mental. Este es el por qué. |

Hay días en los que llevamos el peso del mundo sobre nuestros hombros.

Hay días en los que coloreamos nuestro mundo de azul. Días en los que nos sentimos enredados y desubicados. Todos tenemos esos días. Pero ¿y si estos días empiezan a convertirse en nuestra vida cotidiana? Ahí es cuando a la mayoría de nosotros nos importa un comino nuestra salud mental.

No habría otro tema tan frecuente y tan poco abordado a menos que fuera la salud mental en sí. Por definición, puede referirse al bienestar cognitivo, conductual y emocional de una persona. Determina la forma en que pensamos, sentimos y nos comportamos, y esto en sí mismo valida su importancia primordial.

Dicho todo esto, todavía existen muchos estigmas asociados con las enfermedades mentales. Es hora de que nos liberemos de los estereotipos asociados a la salud mental. Se debe normalizar el concepto mismo de enfermedad mental y se debe brindar comprensión y apoyo emocional a quienes lo necesitan. Se deben hacer esfuerzos conscientes para abordar estos problemas.

Aquí están todas las cosas que deben pasar a un segundo plano cuando atravesamos un momento difícil:

Nuestra salud mental es más importante que nuestra zona de confort.

Nos damos cuenta de que salir del armario y hablar sobre nuestra enfermedad mental puede ser un asunto aterrador. Es más que aterrador contarle a alguien nuestras luchas y pedir ayuda.

Se necesita mucho para ser vulnerable y abrir el corazón y esperar que alguien comprenda la veracidad de nuestros sentimientos. Puede ser espeluznante unirse a ese grupo de apoyo donde tendremos que admitir que no lo estamos haciendo bien.

Pero tenemos que entender que nuestra zona de confort debe ser parte de nuestro viaje, no nuestro destino. Es sólo una breve escala en la que permanecer hasta que estemos listos para dar ese gran salto. Así que tengamos el coraje de salir y vivir nuestra vida en nuestros propios términos. Debemos buscar la ayuda que merecemos.

Nuestra salud mental importa más que nuestros amigos y familiares.

Sí, a veces simplemente tenemos que defendernos y mantenernos a nosotros mismos en primer lugar. Está bien liberarse de personas o cosas que parecen quitarnos gran parte de nuestro tiempo y paz. Tenemos que reunir el coraje para dejar ir la atmósfera tóxica y sanar nuestras heridas. Se nos permite decir no a las cosas que nos hacen daño y alejarnos de las personas que no son buenas para nuestro espacio mental. No le debemos a nadie una explicación por cuidarnos.

Nuestra salud mental importa más que nuestra carrera.

Está completamente bien si queremos tomar un respiro y tomarnos uno o dos días libres del trabajo para concentrarnos en nuestra salud mental. Cuando el estrés es demasiado y cuando sentimos que está empezando a apoderarse de nosotros, debemos permitirnos la gracia de dar un paso atrás en lugar de acelerarnos y agotrnos.

Si seguimos haciendo eso, solo comenzaremos a odiar el trabajo que hacemos mientras nuestra salud mental se deteriora aún más. Nuestra salud mental es más importante que nuestro horario. Entonces, antes de convencernos de que no tenemos tiempo para buscar terapia o simplemente relajarnos, recordemos que no hay nada más importante que esto. Deberíamos hacer un hueco para nuestra salud mental en nuestra agenda diaria.

Nuestra salud mental importa más que nuestra posición y reputación.

Una de las razones por las que muchas personas evitan obtener la ayuda que necesitan es el miedo prolongado que conlleva la misma. La búsqueda de terapia es despreciada por un gran sector de la sociedad a pesar de la educación y la concienciación progresivas. Pero esto no debería impedirnos hacer lo correcto para nosotros mismos.

No debemos rehuir hacer lo que es mejor para nosotros mismos, incluso si eso significa que tenemos que ir contra la corriente y quemar algunos puentes. Si alguien intenta avergonzarnos por hacer eso, dice mucho de él. No es nuestra reputación la que se mancha cuando alguien nos menosprecia; es de ellos.

Así que no te dejes llevar por la negatividad. Rodémonos de personas que apoyen nuestras decisiones y sean buenas para nuestro espacio mental. Nunca debemos permitir que alguien se interponga en nuestro crecimiento.

Nuestra salud mental es más importante que el dinero.

Como dice el clásico refrán, el dinero no lo es todo. Seguramente no nos compra la felicidad. En la carrera de ratas por adquirir dinero y ser ricos, no debemos olvidarnos de cuidar de nosotros mismos. Nada de lo que obtengamos de la vida reemplazará la alegría que obtenemos de estar en paz con nosotros mismos.

En su lugar, invierta en un buen cuidado personal y veremos cuánto más felices nos volvemos. Tomemos medidas para ser una mejor versión de nosotros mismos. Realizar cambios en nuestro estilo de vida que nos harán más felices que la persona que éramos ayer. Hacer un buen uso de nuestro dinero. Pague por esa terapia que necesitamos desesperadamente. Usa un poco de ese dinero para salir con nuestros amigos y tener conversaciones profundas y conmovedoras. Aunque podamos sentir que estamos tirando el dinero que tanto nos ha costado ganar, todo lo que gastamos para cuidar nuestra salud mental no se desperdicia.

En resumen, nuestra salud mental importa más que nada y de todos. Ya es hora de que desestigmaticemos la salud mental y generemos conversaciones sobre la misma. Con suerte, esto alentará a las personas a hablar sobre sus luchas y recibir la ayuda que merecen.

Les enseñará que sufrir problemas mentales no es nada de qué avergonzarse ni avergonzarse. Quizás les enseñe a amarse a sí mismos lo suficiente como para considerarse una prioridad y desaprender generaciones de condicionamientos.

No hay razón para guardar estos temas en un cajón de atrás con la esperanza de que de alguna manera desaparezcan por sí solos. Tenemos que tomar la decisión consciente de trabajar en ellos. La única manera de sobrevivir a esto es si tomamos medidas.

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