Mi novio me huele tan bien que me preocupa poder comérmelo

Cómo el olor y la atracción van de la mano

Foto de Mark Decil en Unsplash

A veces me preocupa comerme a mi novio porque huele muy bien. No bromeo. Bueno, tal vez un poco.

Después de estar a larga distancia durante 6 meses, finalmente puedo estar con mi novio durante algunas semanas, y cuanto más tiempo estoy con él, mejor me huele.

Es como si literalmente quisiera enterrarme en su piel y vivir allí hasta el día de mi muerte. Asfixiarse con su olor sería en realidad la manera perfecta de hacerlo.

¿Pero por qué su olor me vuelve tan loca? ¿Por qué a veces me siento como un animal agresivo, deseando poder devorarlo si no lastimara a nadie en el proceso?

Bueno, resulta que el aroma juega un papel muy importante cuando se trata de atracción.

Los humanos somos criaturas muy visuales, eso es bastante obvio, pero nuestro sentido del olfato tiene mucho más que ver con quién nos atrae de lo que parece. Juego de palabras intencionado.

Según Psicología Hoy:

“El olfato puede ser el factor más importante, aunque el más sutil, en la atracción física, porque la nariz puede detectar mecanismos complejos como la compatibilidad sexual, aunque la mente consciente no sea consciente de ello. El cuerpo humano tiene más de 100 genes del sistema inmunológico conocidos como MHC o complejo mayor de histocompatibilidad; Estos genes ayudan a nuestro sistema inmunológico a identificar patógenos no deseados”.

La forma en que te huele la gente no tiene por qué ser objetiva. A veces, una persona cuyo olor te resulta muy desagradable puede resultar sumamente atractiva para otra persona. Esto se debe a que nuestros cuerpos buscan parejas compatibles.

Sí, eso es correcto. Es posible que tu nariz sepa lo que pasa mejor que tú.

Algunos científicos han intentado resolver este extraño enigma. Al parecer, el biólogo Lewis Thomas experimentó con ratones en 1974 y descubrió que el comportamiento sexual de los ratones estaba guiado por genes MHC, que desprenden un olor específico. Aquellos que se aparearon con ratones de diferentes genes MHC terminaron teniendo descendencia con sistemas inmunológicos más fuertes que los que tenían un…