Para un extraño, un niño con autismo que sufre una crisis nerviosa podría parecer un niño que tiene una rabieta, pero las circunstancias suelen ser más complejas de lo que parece. Quienes han cuidado a un niño con trastorno del espectro autista (TEA) sabrán que una crisis se maneja de manera diferente y con un conocimiento íntimo de la personalidad del niño.
¿Qué es una crisis de autismo?
Una crisis se define como una reacción intensa a un agobio sensorial. Cuando un niño con autismo se siente abrumado, no conoce otra forma de expresarlo que no sea con un colapso. Esto podría implicar arrebatos verbales emocionales como gritos y llantos o reacciones físicas como patadas, mordiscos o golpes.
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Manejo de las crisis, las rabietas y la agresión del autismo
Crisis vs rabieta
Aunque puedan parecer similares, las crisis son diferentes de las rabietas. Una rabieta suele ser el método que utiliza un niño para conseguir lo que quiere. Una crisis, sin embargo, no tiene ningún propósito y está más allá del control del niño.
Para ser más específico, una rabieta ocurre cuando un niño:
- Frustrado por no conseguir lo que quiere
- No puede hacer lo que quiere
- No puedo comunicarme adecuadamente
Un niño podría detener una rabieta después de las siguientes respuestas:
- Ser consolado por un padre o cuidador
- Recibir lo que quiere (aunque no es una estrategia ideal)
- Ser ignorado y darse por vencido por sí mismo.
Los jóvenes que tienen rabietas son conscientes y tienen control de sus acciones y pueden ajustar el nivel de su rabieta en función de la respuesta que reciben de un padre o un adulto. Aquí podemos utilizar estrategias conductuales para gestionar las rabietas.
Las crisis tienen causas completamente diferentes. Debido a que son provocados por una sobrecarga sensorial, un niño en el espectro que sufre una crisis puede tener algunas características definitorias.
Los síntomas de una crisis autista pueden:
- Comience con señales previas a la crisis llamadas «estruendos», que pueden ser comportamientos verbales o físicos que indican una crisis inminente.
- Estar precedido de estimulación
- Ser causado por sobreestimulación o una entrada sensorial indeseable.
- No se limita a niños pequeños, también puede sucederle a adolescentes y adultos.
- Pasar con o sin público
- Duran más que las rabietas
Una vez que pueda distinguir entre una rabieta y una crisis, podrá aplicar las estrategias adecuadas para afrontar la situación.
¿Diferencia entre crisis, rabietas y agresión?
La agresión en niños con TEA se refiere al comportamiento violento que puede incluir patadas, golpes, lanzamiento de objetos, puñetazos y mordiscos. El comportamiento agresivo puede estar dirigido a otros o a uno mismo. Tanto una crisis como una rabieta pueden implicar agresión.
Aparte de la sobrecarga sensorial que conduce a una crisis, existen otras razones por las que un niño con autismo recurre a la agresión. Algunos niños se vuelven violentos cuando se les quita un objeto de consuelo o cuando se les obliga a hacer algo que no quieren hacer.
El objetivo clave del manejo de la agresión es garantizar la seguridad del niño y de quienes lo rodean. Algunas estrategias serían eliminar la causa de la agresión, proporcionarle juguetes y/o actividades relajantes y brindarle a su hijo un espacio seguro donde pueda calmarse.
Cómo lidiar con una rabieta
Lidiar con una rabieta es diferente a lidiar con una crisis. Los niños hacen berrinches porque quieren algo. Sin embargo, esto no significa que siempre debas ceder ante cada exigencia detrás de una rabieta.
Mantener la calma
Es fácil enojarse cuando su hijo tiene una rabieta, pero primero trate de mantener la calma antes de abordar el comportamiento de su hijo.
no te rindas
La forma más rápida de detener una rabieta es darle al niño lo que quiere. Si bien puedes hacer esto en ocasiones específicas cuando no puedes permitirte el lujo de lidiar con una rabieta, no es una gran estrategia a largo plazo. Su hijo aprenderá que necesita hacer un berrinche para conseguir lo que quiere.
Reconoce las emociones de tu hijo
En lugar de decirle a su hijo que «deje de llorar», puede hacerle saber que comprende sus sentimientos. Puedes validar los sentimientos sin ceder. Por ejemplo, diciendo algo como: “Sé que estás molesto porque no puedes tener ese juguete, pero no podemos comprarlo ahora. Tal vez la próxima vez.» Esto le permitirá a su hijo saber que usted se siente mal y que él/ella se siente mal, pero que no hay nada que pueda hacer… por ahora.
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¿Cómo afrontar una crisis?
Como no hay dos niños con TEA iguales, no existe una estrategia única para manejar las crisis. No se garantiza que todas las estrategias de crisis funcionen en todos los niños del espectro. Sin embargo, existen algunas técnicas generales que se pueden personalizar según el comportamiento y la personalidad de su hijo.
La mejor manera de evitar que su hijo tenga una crisis nerviosa es predecir y evitar los desencadenantes. Esto puede consistir en evitar multitudes, establecer una rutina fija y planificar con antelación.
Sin embargo, cuando ya se está produciendo una crisis, puede probar el siguiente enfoque:
- Salga de la habitación o del lugar para ayudar a su hijo a calmarse.
- Utilice dispositivos calmantes como un juguete inquietante, auriculares con cancelación de ruido o un chaleco con peso.
- Elige un buen momento en el que tu hijo esté receptivo a aprender y enséñale ejercicios de respiración, meditación y contar del uno al diez.
- Evite lesiones a su hijo u otras personas durante una crisis estando en un lugar seguro
- Mantén la calma ya que tu hijo puede sentir tu frustración y empeorar la crisis.
- Mantenga su rostro y su voz neutrales y manténgase alejado en caso de que el niño se acerque.
- No se puede razonar con los niños que están en crisis, así que no confíes en la lógica.
¿Cómo prevenir las crisis?
Para los padres, lidiar con crisis de TEA puede resultar agotador. Prevenirlos puede ser una mejor estrategia que tratar de responderles.
A veces puede utilizar la información que conoce sobre el niño para evitar desencadenantes comunes:
- Conozca las sensibilidades sensoriales del niño, como ruidos fuertes, luces brillantes u olores fuertes.
- Conocer la rutina diaria como leer un cuento antes de acostarse, comer un alimento determinado en el desayuno.
- Conozca las cosas/lugares favoritos del niño, como un juguete de dinosaurio, una manta favorita, una tienda/tienda específica.
Una vez que tenga esta información, será más fácil identificar los desencadenantes de una crisis y evitarlos tanto como sea posible.
Por ejemplo, si a su hijo no le gusta una entrada sensorial específica como las luces brillantes, pero usted se encuentra en un lugar público donde hay luces brillantes, intente redirigir a su hijo para que evite esta área.
Puede que sea necesario improvisar si no se puede evitar un desencadenante de crisis. Si necesita saltarse el desayuno porque necesita salir temprano para un viaje, empaquete el desayuno del niño para que aún pueda comerlo en el camino.
Puede que no sea posible evitar una crisis en todo momento, pero aquí hay algunas formas de intentar prevenirla:
- Informa y prepara a tu hijo para cualquier cambio de rutina
- Reconozca las emociones de su hijo y apóyelo
- Desviar la atención del niño con objetos y juguetes que le gusten (un kit para combatir el autismo)
- Enséñele a su hijo a comunicarse cuando esté molesto
- Ofrecer alternativas a algo que no es posible (y el niño quiere) para hacerle sentir que tiene cierto control de la situación.
- Comprobar y solucionar cualquier malestar físico (hambre, enfermedad, frío)
- Observe a su hijo de cerca para identificar un “estruendo” de crisis para que tenga tiempo de intentar prevenir la crisis.
- Aprenda de crisis anteriores y modifique su estrategia según sea necesario
Cómo utilizar un kit para combatir el autismo
Un kit para calmarse o para calmarse es un conjunto personalizado de objetos (juguetes, dispositivos calmantes, elementos sensoriales) que ayudan a prevenir o reducir la crisis de un niño.
Para crear su propio kit de fusión, debe hacerse las siguientes preguntas:
¿Qué tipo de juguetes/actividades le gusta hacer a mi hijo?
¿Puede este artículo ayudar a detener o disminuir una crisis?
¿Este artículo tiene la textura/forma/color que le gusta a mi hijo?
Según las respuestas a sus preguntas, aquí hay algunos artículos que pueden incluirse en el kit de su hijo:
- juguetes inquietos
- Objetos sensoriales (arena cinética, masilla para jugar, limo, pelota antiestrés)
- Gafas de sol
- Auriculares con cancelación de ruido
- Música favorita
- Burbujas
- chaleco ponderado
- Juguete con peso
- Juguete favorito
- Rompecabezas
- Instrumento musical (silbato, armónica)
Tenga en cuenta que darle este kit a su hijo es ideal para prevenir un colapso. Puede que no funcione si el niño ya está en medio de una crisis.
Crisis en la escuela
Los niños en edad escolar en el espectro son propensos a sufrir crisis, ya que la escuela puede ser un lugar con muchos factores desencadenantes.
Si bien es posible que se recupere de una crisis cuando está con uno de sus padres o un cuidador, puede que no sea lo mismo cuando está en la escuela. El maestro de su hijo asumirá su papel cuando ocurra una crisis.
Debe hablar con su maestro y acordar estrategias a utilizar en caso de que su hijo tenga una crisis nerviosa. Comparta todo lo que pueda para que el maestro comprenda plenamente los factores desencadenantes de su hijo y cómo responde a enfoques específicos.
Algunas estrategias adicionales para ayudar a afrontar las crisis escolares son:
- Coordine con el personal de la escuela para crear una estrategia de crisis para su hijo.
- Empaque un kit de fusión en su mochila escolar.
- Pídale al maestro que le asigne un lugar tranquilo donde su hijo pueda calmarse y controlar un colapso.
- Hable con su hijo antes de la escuela y explíquele qué hará ese día (puede obtener esta información del maestro)
Crisis a la hora de dormir
Cuando un niño con autismo ha experimentado sobreestimulación a lo largo del día, es posible que experimente un colapso justo antes de que termine el día.
Algunas estrategias para prevenir las crisis nerviosas a la hora de acostarse incluyen:
- Proporcionar un dormitorio tranquilo para fomentar el sueño.
- Evite la cafeína y el azúcar antes de acostarse.
- Establecer una rutina a la hora de dormir
- Dígale a su hijo cuando ya casi es hora de acostarse
- Utilice ayudas para dormir, como juguetes con peso, mantas o lámparas LED especiales.
- Evite actividades que a su hijo le resulte difícil detener (jugar videojuegos, mirar televisión)
Es posible que estas técnicas no siempre funcionen, pero pueden preparar el escenario para que su hijo tenga una noche exitosa y sin crisis.
Medicación para el derretimiento
Si bien la mayoría de las crisis pueden controlarse sin medicación, algunos casos de agresión y crisis violentas pueden requerir ayuda adicional. Consulte al médico de su hijo cuando considere tomar medicamentos.
Se ha descubierto que algunos medicamentos antipsicóticos como Risperdal (risperidona) y Abilify (aripiprazol) son eficaces en el tratamiento de la agresión y la irritabilidad en niños con autismo. Ambos medicamentos están aprobados por la FDA. Risperdal se puede administrar a niños de hasta cinco años y Abilify a niños de seis años en adelante. Otros padres han tenido éxito al utilizar aceite de CBD para el autismo.
Conclusión
Las crisis, las rabietas y la agresión pueden ser parte de la crianza de un niño en el espectro. Si bien a veces pueden ser difíciles de manejar, tener las estrategias adecuadas puede mejorar significativamente su capacidad para regular las emociones en el futuro. Como padre, usted es quien mejor conoce a su hijo y, por lo tanto, debe seguir buscando las formas más efectivas y seguras de ayudarlo durante una crisis o una rabieta.