Los secretos inconfesables y los defectos de Sagitario.

Si se ha cruzado en tu camino un impulsivo y fogoso nativo de Sagitario, es más que probable que ya hayas captado dos de sus rasgos característicos: Un optimismo desmedido (que puede rayar en la ingeniosidad infantil) y Una sinceridad desgarrada (que a menudo se salta ricamente la delgada línea de la conveniencia).

Ser un elemento de fuego no siempre es sinónimo de calorcito y buen rollo

Sí, sí, como lo lees. Haber nacido bajo el influjo del planeta Júpiter (al que astrológicamente se le conoce como el gran benefactor) y pertenecer al cálido elemento de Fuego no siempre es sinónimo de calorcito y buen rollo… Y si no nos crees, sigue leyendo y descubrirás los peores defectos de Sagitario y todo aquello que no quieren que sepas de ellos.

De tan fogosos, imprudentes e impacientes

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el fuego que le hierve por dentro no solo le hace muy valiente, sino también potencialmente muuuuuy imprudente.. Empujado por su irrefrenable deseo de acción, Sagitario casi nunca piensa antes de actuar. Tira por la directa, y luego ya verás qué hace con las consecuencias…

Le puede dar un soponcio solo de pensar que tiene que ordenar las cosas o planearlas

Otro de los daños colaterales de su fogosidad es la impaciencia. Si bien es cierto que no llega a los niveles de Aries, Sagitario es uno de los signos más movidos y activos, siempre y cuando no tenga algún signo en su carta astral que lo frene o lo calme.

La necesidad de aventuras y estímulos constantes hacen que Sagitario tienda a menudo al aburrimiento y le cueste concentración y acabar las tareas que empieza. El desorden y la desorganización son las consecuencias más evidentes de esta falta de constancia. Como Sagitario es impaciente y poco reflexivo, le puede dar un soponcio solo de pensar que tiene que ordenar las cosas o planearlas.

Tendentes a caer en los excesos

Pero esto no es todo. Cuando está totalmente desbocado, Sagitario corre el peligro de entrar en el terreno de la irresponsabilidad, el abandono de sí mismo y de los excesos (desde olvidarse de lo más esencial hasta atiborrarse a comer, por ejemplo).

Sus defectos se esconden en la cara oculta de sus virtudes.

Y es que la parte negativa del influjo de Júpiter (planeta de la buena fortuna y del entusiasmo por conocer y descubrir) puede hacer que tenga una confianza excesiva en sí mismo, que no tenga límites a la hora de probar cualquier cosa, o se rinda al hedonismo más salvaje.

Como les sucede a todos los signos del horóscopo, los peores defectos de Sagitario se ocultan en la cara oscura de sus mejores virtudes. Por un lado, existe la posibilidad de que su infinita generosidad se transforme en derroche descontrolado. Por otro, que de tan optimista pierda el mundo de vista y sea ingenuamente infantil. E incluso llevar su idealismo innato hasta el extremo del fanatismo.

Irreflexivos y alérgicos a las ataduras.

Además, es tan sincero que, a menudo, se pasa de la raya y hiere sin querer, o mete la pata diciendo algo que no toca o revelando algo que debería haber permanecido en secreto. Por supuesto que no lo hace con ninguna mala intención, solo que no ha pensado en las consecuencias que puede tener, como también le pasa cuando actúa impulsivamente.

Su naturaleza libertaria y aventurera lo lleva a ser muy autónomo e independiente, pero también excéntrico, alérgico a las ataduras de buenas a primeras, y sin demasiados reparos en saltarse la frontera de la fidelidad si lo considera conveniente. Lo que no significa que lo vaya a hacer, pero lo que es barreras mentales no tiene…

Foto de portada: Katherine Heigl en Inolvidable (amor, celos y locura).