La terapia está diseñada para ayudarlo a sentirse mejor y vivir mejor. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a comenzar.
La terapia, también conocida como psicoterapia, terapia de conversación o asesoramiento, tiene como objetivo ayudarlo a abordar las emociones, los pensamientos, los comportamientos o las situaciones de la vida que le preocupan.
De manera rutinaria, la terapia implica visitar a un profesional de la salud mental uno a uno, ya sea en línea o en persona. Comenzar la psicoterapia es una decisión personal, por lo que usted decide qué ambiente o horario funciona mejor para usted.
Las razones de cada persona para buscar terapia son diferentes. Algunas personas asisten a terapia todas las semanas durante años, mientras que otras solo asisten a algunas sesiones. Lo que es más importante, si siente que necesita a alguien con quien hablar en este momento, o si las dificultades están interfiriendo en gran medida con su vida, ¡este es probablemente un buen momento para comenzar la terapia!
La terapia tiene como objetivo investigar la causa raíz de sus pensamientos, emociones y comportamientos. Su terapeuta puede ayudarlo a arrojar luz sobre los patrones dañinos y ayudarlo a adaptarse y afrontarlo.
Las personas buscan terapia por una variedad de razones, que incluyen:
- manejar el estrés a largo plazo o severo
- Discutir problemas personales de los que no se siente seguro o cómodo hablando en otro lugar.
- procesar un evento traumático
- eventos importantes de la vida, como la pérdida de un ser querido, una nueva mudanza o problemas de relación
- experimenta síntomas de depresión o ansiedad, o le preocupa que pueda tener una afección de salud mental
- haber sido diagnosticado con una afección de salud mental y necesitar ayuda para sobrellevar sus síntomas
Veamos algunos consejos generales para comenzar la terapia.
Los médicos de atención primaria y los médicos de familia son un gran recurso para los problemas de salud de todo el cuerpo. Su médico puede referirlo a un profesional de salud mental que se ajuste a sus necesidades.
La salud mental es tan importante como la salud física, así que sé abierto y honesto acerca de cómo te sientes y no tengas miedo de hacer preguntas.
Los médicos de atención primaria a menudo derivan a las personas a un psiquiatra, que es un profesional de la salud mental que puede recetar medicamentos. Si desea una remisión a un terapeuta o consejero, solicítelo desde el principio.
Si bien su médico puede tener un nombre en mente de inmediato, también puede hacer su propia investigación.
A veces, es útil llevar a un ser querido a su primera cita para recibir apoyo emocional. Puede sentirse nervioso o ansioso y sentirse más cómodo sabiendo que alguien en quien confía lo está esperando afuera.
Si cree que sería útil tener a un ser querido en la habitación con usted, podría considerar:
Puede considerar sus sesiones de terapia como una zona sin juicios, ¡así que asegúrese de permanecer lo más abierto y honesto posible en todo momento!
Si tiene más de 18 años, su terapeuta está sujeto a la confidencialidad. Esto significa que todo lo que discuta en sus sesiones es completamente privado, con excepciones que incluyen homicidio, suicidio y abuso.
Si tiene menos de 18 años, los terapeutas están capacitados para brindar información a los padres solo en raras circunstancias, y el terapeuta informará al cliente antes de hacerlo.
Tener una comunicación clara y un nivel seguro de confianza permite que la terapia funcione de manera efectiva y eficiente. Cuanta más información tenga su terapeuta, más podrá ayudar. Trate de explicar sus síntomas en detalle, incluida la gravedad y la frecuencia.
Una relación sólida con un profesional de la salud mental depende de la comunicación de ambas partes.
No dude en hacer preguntas, ya sea sobre el proceso de la terapia o sobre sus síntomas. Su terapeuta está allí no solo para escuchar, sino también para brindarle comentarios y orientación constructivos.
Esto incluye discutir abiertamente sus objetivos con su terapeuta. Pregúntese: «¿Qué quiero obtener de la terapia?»
Su terapeuta también tendrá algunas preguntas para usted. Sus consultas pueden incluir información demográfica básica y sus motivos para buscar terapia.
Si no siente una conexión ideal con el primer terapeuta que prueba, ¡no se estrese! Esto es completamente normal y es posible que deba reunirse con algunos terapeutas diferentes hasta que encuentre el adecuado para usted.
Las primeras impresiones pueden ser engañosas, por lo que incluso si no hace clic de inmediato, puede ser útil probar a ese terapeuta durante algunas sesiones y luego cambiar si es necesario.
La Asociación Estadounidense de Psicología estima que hay 85 000 psicólogos con licencia en los Estados Unidos, por lo que tiene muchas opciones para elegir.
Cuando inicie el contacto, es mejor hablar con un terapeuta potencial por teléfono o por videollamada para tener una idea de su personalidad y estilo. Esto puede ayudarlo a sentirse más seguro al ir a esa primera cita.
Trate de recordar que la terapia es un proceso, no una solución de la noche a la mañana.
Si sale de su primera cita sintiéndose igual o incluso peor, no se alarme. Por lo general, lleva varias sesiones desarrollar una relación con su terapeuta, y trabajar con sus pensamientos y sentimientos lleva tiempo.
A veces, la terapia puede hacer que te sientas peor temporalmente antes de sentirte mejor, a medida que sacas a relucir emociones y experiencias difíciles o traumáticas. Recuerde que está bien establecer límites en torno a temas en los que aún no está listo para sumergirse. Y está bien llorar.
Confía en el proceso y concéntrate en el trabajo que tienes entre manos. ¡Lo tienes!
La esperanza está en el corazón de la terapia.
Puede continuar su viaje de bienestar buscando un terapeuta con el que le interese reunirse y programando su primera cita.
Siéntase seguro de que puede sentirse mejor y vivir más feliz, y que al buscar apoyo, ha dado un paso crucial hacia adelante.
Si aún no está seguro de si la terapia es la mejor opción para usted, considere realizar nuestro cuestionario de terapia gratuito.