Las caderas no mienten: lo que nuestras caderas apretadas intentan decirnos. |

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Es posible que hayas escuchado a profesores de yoga decir que las caderas son «un cajón de basura lleno de emociones».

En el yoga se cree que existe un fuerte vínculo entre las caderas y las emociones. Como profesora de yoga, consejera y estudiante de psicoterapia, estoy totalmente de acuerdo con esta creencia.

Antes de profundizar en esa conexión metafísica, me gustaría compartir algunas ideas sobre su aspecto físico.

Para muchos de nosotros que vivimos en la sociedad occidental, estar sentado durante un número excesivo de horas es inevitable. Los trabajos de escritorio requieren que estemos sentados más de ocho horas al día. Si a esto le sumamos el tiempo que pasamos durante el viaje, o mientras comemos, miramos televisión o leemos, terminamos pasando entre el 80 y el 90 por ciento de nuestro tiempo sentados.

Debido a todo este tiempo sentado, los flexores de la cadera (y a menudo los isquiotibiales) se vuelven más cortos y tensos, lo que provoca dolor lumbar y disminución del equilibrio y la estabilidad en el futuro. No es de extrañar que tantas personas recurran al yoga, la fisioterapia o el Pilates debido al dolor físico y la incomodidad en sus cuerpos.

Sin embargo, las caderas tensas son mucho más que el resultado de estar sentado excesivamente. De hecho, noté que muchos atletas y asistentes habituales al gimnasio experimentan tensión en esta área a pesar de sus estilos de vida activos. Incluso se cree que algunas personas tienen tendencia a tener las caderas apretadas sin ningún motivo físico.

El músculo del alma

Como afirmó una vez la terapeuta de yoga Danielle Olson dicholos flexores de la cadera son “el músculo del alma”. Esto se debe a que la tensión y el estrés, ya sea mental o emocional, pueden hacer que los músculos de la cadera se contraigan.

Por lo tanto, vivir en un estado constante de estrés o tensión que provoca contracción en las caderas puede provocar tirantez y dolor.

En este sentido, nuestras caderas no sólo responden sino que también se aferran a las emociones y al estrés. Ellos “recuerdan” nuestras propias reacciones ante eventos estresantes, incluso si las olvidamos a nivel mental. Esta comprensión de la conexión entre las caderas y las emociones es coherente con la forma en que lo ve el yoga tántrico.

Desde una perspectiva tántrica, el área pélvica (que incluye las caderas y los órganos internos) es la ubicación de nuestro segundo chakra, svadhisthana, que está estrechamente asociado con las emociones. El chakra sacro representa nuestro verdadero yo emocional. A través de condicionamientos externos que interiorizamos a lo largo de nuestra vida, adquirimos creencias autocríticas inútiles que pueden provocar bloqueos a nivel de pelvis y caderas. Esto puede manifestarse a nivel físico como opresión, malestar, dolor o incluso enfermedad.

Miedo al fracaso

En su libro, Tu cuerpo te está diciendo que te amesLise Bourbeau sugirió que esos bloqueos emocionales, mentales y energéticos pueden manifestarse a nivel físico como enfermedades específicas que están ahí para reflejar nuestras falsas creencias y nuestras verdaderas necesidades.

Según su teoría, la opresión, el dolor o el dolor en las caderas están relacionados con el miedo al fracaso.

En nuestra niñez o adolescencia, o en algún momento del pasado, nos podrían haber hecho creer que cualquier cosa que queramos o deseemos en la vida no va a funcionar para nosotros. Simplemente no seremos capaces de “lograrlo”. Esta creencia subyacente es la que causa el dolor de cadera.

La duda resultante de este tipo de condicionamiento es una de las razones por las que podemos experimentar problemas en la región pélvica.

Liberando el pasado de las caderas

A veces, las emociones y recuerdos que tenemos atrapados en las caderas pueden no estar disponibles para nosotros a nivel cognitivo. Es posible que simplemente no seamos capaces de comprender completamente las razones metafísicas detrás de ciertos dolores y molestias en esta región. En tales casos, todo lo que experimentamos es dolor, incomodidad u opresión que asociamos con estar demasiado tiempo sentado.

La buena noticia es que el enfoque ascendente para liberar esta energía atrapada en las caderas es eficaz en todos los niveles: físico, emocional y energético. Practicar yoga, especialmente las posturas de apertura de cadera, aporta alivio a los músculos y libera tensión emocional.

Dado que esta región está tan cargada de emociones, mantener ciertas posturas de yoga durante un período prolongado de tiempo puede provocar destellos de emociones como irritación, agitación e ira. Si eso sucede, sepa que es parte del proceso.

Al sentirlo, lo liberamos. Permanecer con estas emociones es la única manera de salir adelante.

Las caderas apretadas nos cuentan una historia sobre cómo somos realmente y qué necesitamos realmente en nuestras vidas. Permitirles hablar sintonizándose con nuestros cuerpos puede ser un proceso incómodo pero curativo.

Lea también: La guía rápida y sencilla para abrir caderas. {Infografía}