Doña Isabel de Moctezuma: ¿la hija predilecta del emperador?
Este estudio detallado de Isabel de Moctezuma, cariñosamente llamada ‘la última princesa mexica’, fue amablemente escrito especialmente para nosotros por Anastasia Kalyuta, una etnohistoriadora del Museo Ruso de Etnografía de San Petersburgo, quien ha realizado una extensa investigación sobre la vida de Isabel en el Archivo General de Indias en Sevilla, España.
Foto 1: Moctezuma se encuentra con Cortés, con la Malinche como intérprete (Click en la imagen para ampliar)
Junto a doña Marina (Malinche), la fiel intérprete y amante de Hernando Cortés, doña Isabel de Moctezuma, hija del célebre mexica huey (gobernante supremo) Motecuhzoma Xocoyotzin es el personaje femenino más conocido y popular de la historia prehispánica tardía y colonial temprana de México. Tanto la historiografía como el arte mexicanos suelen retratarla como la hija predilecta del desdichado gobernante: bella, bondadosa, generosa, valiente, verdadera protectora de los indios vencidos, en fin una completa antípoda de la traicionera Malinche. En general, también se supone que nació alrededor de 1510, que su verdadero nombre era Tecuichpo o Tecuichpochtzin (comúnmente traducido como “flor de algodón”), y que se casó y amó verdaderamente al último mexica. huey Cuauhtémoc, venerado en México como héroe nacional por su heroica y desesperada defensa de la sitiada Tenochtitlan en 1521. Sin embargo, la mayoría de estos hechos pertenecen al ámbito de la leyenda y la imaginación, y tienen poca confirmación en los registros históricos. Estos últimos, aunque relativamente numerosos, contienen datos demasiado escasos y contradictorios para reconstruir la personalidad de la hija de Motecuhzoma, o incluso para escribir su biografía sin suposiciones, hipótesis y sugerencias. Al mismo tiempo, algunos de ellos sí permiten vislumbrar la vida de la “última princesa mexica” y su mundo, y el cuadro completo difiere significativamente de la visión popular, alimentada por las obras de ficción y las interpretaciones sesgadas de varios pasajes de los relatos históricos más utilizados.
Foto 2: Folio 1 de ‘Información de Doña Isabel de Moctezuma (Click en la imagen para ampliar)
Alfredo Chavero, uno de los historiadores mexicanos influyentes de fines del siglo XIX, afirmó que Doña Isabel nació en julio de 1510 (Chavero A 1953:1:857). Esta fecha fue aceptada acríticamente por futuras generaciones de estudiosos y pasó incluso en el artículo de Wikipedia sobre la hija de Motecuhzoma. De haber sido cierto, para cuando llegaron los españoles nuestra “princesa” habría sido una niña de tan solo nueve años. De hecho, el mismo Cortés en su concesión de donación de junio de 1526 se refiere a su “hija adoptiva” como en edad casadera para ese año (Martínez J. L 1990:1:380). Al mismo tiempo, Chavero no apoyó su conclusión con ninguna prueba documental, y aún hoy no se ha encontrado ningún documento en el que se indique la fecha de nacimiento de Doña Isabel. En una conversación con el historiador español del siglo XVI Gonzalo Oviedo y Valdés, su último esposo Juan Cano le dijo que al momento de la muerte de Motecuhzoma el 30 de junio de 1520, Doña Isabel y su único hermano Axayácatl eran “ambos niños” (muchachos ambos) (Oviedo 1995:120). Sin embargo, el testimonio de Juan Cano está fuertemente sesgado, deseoso de explicarle a Oviedo por qué ninguno de los hijos de Motecuhzoma lo había sucedido, si realmente eran sus únicos herederos “legítimos”. Cabe destacar, sin embargo, que en Tenochtitlan la xiuhuitzolli (la diadema turquesa del gobernante supremo) por lo general no pasaba a sus hijos sino a sus hermanos o sobrinos menores, aunque muy probablemente bajo una condición notable, que discutiremos a continuación.
Foto 3: Diadema real turquesa
Al mismo tiempo tenemos el testimonio muy curioso del conquistador Juan de Nazera, uno de los pocos testigos presenciales de la Conquista, que aún vivía a fines del siglo XVI. Está contenido en los “Datos de Don Gonzalo Cano de Moctezuma”, otro acta del pleito iniciado por Gonzalo Cano de Moctezuma, el hijo menor de Doña Isabel. El 15 de diciembre de 1581, siendo un anciano de 86 años, manifestó que: Sabe y vio que tras el Marqués del Valle [title of Hernán Cortés] y habiendo venido los demás conquistadores a esta ciudad el dicho Monteçuma dio y presentó al dicho Marqués del Valle tres doncellas diciendo por medio de intérpretes… que estas doncellas eran sus hijas y él las daba y las presentaba en señal de paz y amistad y este testigo vio que una de ellas era doña isabel (AGI Patronato Real 245, R.7, f.7r).
Foto 4: Una interpretación europea estilizada del encuentro entre Moctezuma y Cortés. Nótense las doncellas al lado del emperador… (Click en la imagen para ampliar)
En el castellano de finales del siglo XVI la palabra mocas (formulario pl. de moca “doncella”) utilizada en el original de este documento todavía se aplicaba a mujeres adolescentes o jóvenes solteras, no a niñas pequeñas (Corominas y Pascual 1954: 463). Debemos tener en cuenta también, que en aquellos días no había una línea de demarcación firme entre la adolescente y la mujer joven, como existe ahora. En la España bajomedieval la edad mínima para casarse de las mujeres era de 12 años. Encontramos evidencia fuerte, aunque indirecta, de que doña Isabel pudo haber nacido mucho antes de 1510 en la “Información de doña Isabel de Moctezuma”, que contiene los testimonios de antiguos servidores de Motecuhzoma Xocoyotzin y de su antecesor Ahuitzotl. Al inicio del proceso judicial, uno de los testigos de mayor edad, don Miguel Tulnahuacatl, afirmó que doña Isabel nació durante el reinado de Ahuitzotl, cuando su sobrino Motecuhzoma aún era uno de los jefes militares a su servicio (AGI, Patronato Real 181 R.8:f. 119v). Según todos los relatos Ahuitzotl murió en 1502, y Motecuhzoma lo sucedió el mismo año o un año después en 1503. Así, si la memoria del anciano no faltó, para la época de la invasión española Doña Isabel debió estar en menos de 17 años, es decir, bastante adulto tanto para los estándares mexicas como españoles.
Foto 5: Francisco López de Gómara
Los registros históricos presentan nuevamente serias discrepancias sobre la identidad de la madre de doña Isabel. La élite mexica prehispánica, en particular huey practicaba la poligamia, y el historiador español Francisco López de Gómara atribuyó a Motecuhzoma nada menos que… 3000 esposas y concubinas (López de Gomara 1852: 318). De acuerdo a mestizo historiador Fernando Alva Ixtlilxóchitl La madre de doña Isabel fue la principal esposa del gobernante. Ixtlilxochitl afirma que su nombre era Tayhualcan, y que era hija de Totoquihuaztli, el último gobernante prehispánico de Tlacopan, la ciudad-estado, que junto con Tenochtitlan y Texcoco formaron la poderosa Triple Alianza, es decir, la confederación que solemos llamar la “imperio azteca” (Ixtlilxóchitl 1848:277). Esto suena plausible, ya que los gobernantes mexicas en realidad eligieron a algunas de sus esposas entre las hijas de sus socios más cercanos, los gobernantes de Texcoco y Tlacopan, quienes a su vez se casaron con mujeres del linaje gobernante mexica. Al mismo tiempo, los gobernantes mexicas más que otros practicaban los matrimonios dentro de su propio linaje, especialmente entre primos hermanos e incluso entre tíos y sobrinas. Parece que esta práctica se basó en la creencia prehispánica común de que un hijo poseía “el color, la sangre, la esencia” de ambos padres (Códice Florentino 1950-82:6:126). En este contexto, las mujeres nobles mexicas, especialmente las hijas y hermanas de los gobernantes, a menudo actuaban como transmisoras de poder de sus padres a sus maridos.
Foto 6: Genealogía de Isabel (Click en la imagen para ampliar)
Otro factor a tener en cuenta es la evidente creencia de los últimos señores mexicas prehispánicos en su origen divino o por lo menos semidivino. Desde mediados del siglo XV los gobernantes mexicas intentaron demostrar su parentesco consanguíneo con los últimos reyes toltecas, e incluso con el dios Quetzalcóatl, quien según la extendida mitología gobernó a los toltecas con el nombre de Ce Acatl Topiltzin. Probablemente en el mismo período los gobernantes mexicas hicieron otra afirmación de origen divino y crearon un nuevo mito sobre la milagrosa concepción y nacimiento del gobernante Motecuhzoma Ilhuicamina (Moctezuma I), bisabuelo de Motecuhzoma Xocoyotzin, de la piedra preciosa introducida en la virgen. útero por el poder sobrenatural del dios Tezcatlipoca (Alvarado Tezozomoc 1975:95). En este contexto parece aún más plausible la afirmación de que la madre de doña Isabel era hija de Ahuitzotl, y por tanto prima hermana de Motecuhzoma. Esta afirmación la encontramos nuevamente en la “Información de Doña Isabel de Moctezuma”, confirmada por los 29 testigos indígenas enumerados, y en la “Crónica Mexicayotl” de Alvarado Tezozomoc. Dos de los testigos pudieron recordar que Motecuhzoma se casó con la hija de Ahuitztotl, cuyo nombre se transcribe como Tecalco, hacia 1500, es decir, inmediatamente antes de ascender al trono. Teniendo en cuenta la naturaleza cognática del parentesco mexica y los precedentes anteriores en la historia dinástica mexica, es muy probable que el matrimonio con la hija de un gobernante anterior fuera la condición necesaria para sucederlo. Lógicamente, se consideraba que los hijos de tal matrimonio estaban dotados de una doble porción de sangre real e incluso divina. Así, como su madre, Doña Isabel podría haber sido considerada como la transmisora del gobierno a su esposo e hijos. Es curioso que al mismo tiempo ninguna mujer ocupó el trono de Tenochtitlan, con la posible excepción de Atotoztli, la hija de Motecuhzoma Ilhuicamina, quien pudo haber sido regente, hasta que su hijo Axayácatl cumplió la mayoría de edad (García Icazbalceta 1941:3:279) . Sin embargo, el gobierno de las mujeres era considerado una clara anomalía por los belicosos mexicas, para quienes su gobernante era ante todo el comandante en jefe, y la guerra era un asunto exclusivamente masculino.
Foto 7: Códice Cozcatzin, folio 1v (Click en la imagen para ampliar)
Otro indicador muy posible de la posición de doña Isabel como transmisora del gobierno es su nombre comúnmente aceptado o más bien título honorífico Tecuichpochtzin. Debido a la naturaleza polisintética del idioma náhuatl (azteca) clásico, en el que los prefijos, sustantivos, verbos y sufijos se pegan literalmente entre sí formando construcciones largas y, a menudo, casi impronunciables (para los europeos), existen al menos dos posibles traducciones. Como apuntábamos antes de la primera, más común pero no necesariamente correcta, es “florecita de algodón” o más correctamente “pequeño lino señorial del árbol del algodón de seda” (derivado de tecuhtli o teuctli – «caballero», ichcatl — “algodón” o “lino de algodón”; pochotl — “árbol de madera de seda” y elemento compuesto tzín, que, dependiendo del contexto, puede tener un significado tanto diminutivo como honorífico). La segunda variante es «hija del señor venerable» (de tecuhtli y ichpochtli—niña, y con prefijo posesivo, hija de uno). A pesar de que ichpochtli tiene el segundo significado sólo con prefijos posesivos, cabe señalar que en el presente caso el prefijo posesivo i (his, hers, their) debe ser absorbido completamente por la primera vocal de la siguiente palabra. Si asumimos la última traducción, tenemos una descripción precisa de la posición de doña Isabel con respecto a su padre, y suena más como un título honorífico, lo que sugiere un estatus muy especial para su dueño en la casa gobernante mexica. Digno de mención en el primer folio del Códice colonial Cozcatzin Doña Isabel está representada con un glifo de nombre de diadema turquesa, que en realidad se lee como tecuhtli – “señor” (Lámina 7 – Códice Cozcatzin f.1v Motecuhzoma Xocoyoztin, Doña Isabel y Don Pedro Tlacahuepantli). Este glifo también está incluido en el nombre de su padre, ya que Motecuhzoma significa literalmente “el que se enoja como un señor”.
Foto 8: Moctezuma…