Los narcisistas son marcadores consumados, obsesionados con su posición comparativa con los demás. Con un egoísmo inherente, derechos, una presunta iluminación y un desprecio por los sentimientos de los demás, están en la búsqueda de la superioridad. Si los satisfaces accediendo a sus demandas, te permitirán entrar en su círculo. Si no los satisfaces, si te atreves a ser demasiado distinto, ellos se encargarán de derribarte.
Este enfoque de vida propicia que los narcisistas se enojen con frecuencia. Algunos apenas pueden contener su ira y no dejan dudas sobre la magnitud de su resentimiento. Estas personas son ruidosas, tempestuosas y abiertamente agresivas. Pero otros son más tímidos y emplean una forma pasiva agresiva de ira. Han sido testigos de cómo las personas abiertamente agresivas pueden hacer el ridículo o cómo eso los hace parecer vulnerables. Entonces, se vuelven sigilosos. Utilizan un enfoque de ir y venir para la resolución de conflictos, razonando que un perfil de ira más bajo les permite encontrar un mayor control y al mismo tiempo ser menos vulnerables a las represalias de los demás. En sus mentes, la forma pasivo-agresiva de la ira es genial.
Lo que es peor, su necesidad narcisista de poder los vuelve inmunes al malestar que generan en los demás. Al no tener empatía, les gusta verte luchar. Además, sienten un placer perverso cuando se les ve imposibles e indomables. El poder es su objetivo y tu reacción exasperada alimenta su egoísmo.
En pocas palabras, la agresividad pasiva de un narcisista está impulsada por motivos crueles, lo que indica una forma muy deliberada de manipulación anclada en el deseo de crear la máxima desregulación en tu interior.
Los comportamientos asociados con la ira pasivo-agresiva son predecibles. Por ejemplo:
- Esfuerzos a medias
- Renuencia a asumir compromisos de cualquier tipo.
- Cerrando en medio de una comunicación crucial
- Estar de mal humor y estar habitualmente de mal humor, todo ello mientras niega que haya un problema.
- Ser olvidadizo, llegar tarde crónicamente, postergar las cosas.
- Actuar evasivo, difícil de precisar.
- Estar absurdamente a la defensiva, pero culparte por ser ofensivo.
- Dejar todo tipo de tareas parcialmente completadas.
- Mirando hacia adelante, fingiendo desinterés al expresar sus necesidades.
- Ser predeciblemente impredecible, confiablemente poco confiable
- Proyectar una actitud de “déjame en paz”.
El narcisista pasivo-agresivo quiere que lo veas como desconcertante, poco cooperativo, vago y desinteresado. Y cuando les confrontes por su intransigencia, te responderán con un incrédulo: “¿De qué estás hablando? No soy yo quien es difícil, tú lo eres”.
Como parte de su crueldad, envían mensajes implícitos de forma no verbal como:
- «Eres un perdedor y un don nadie».
- «No eres digno de mi atención o coordinación».
- «Me encanta jugar contigo».
- “No podría importarme menos si nuestra relación se daña. De hecho, quiero que os sintáis como bienes dañados”.
- “¿No puedes ver? Se trata de mí… sólo eres una molestia”.
- «Cada vez que vengas contra mí, haré todo lo posible para traerte miseria».
Por supuesto, niegan estos mensajes y, si se les confronta, simplemente le dirán que todo está en su cabeza. Pero en secreto, se deleitan cuando usted se esfuerza por encontrar las mejores maneras de responder a su terquedad. En su crueldad, cuanto más desregulado parezcas, mejor se sentirán ellos acerca de su elevado estatus sobre ti.
Por ejemplo, les gusta cuando:
- Tú (el objetivo) hablas como una víctima. (“¿Por qué me tratas de esta manera?”)
- Suplicas o intentas convencerlos de que cambien. (Esto les brinda la oportunidad de redoblar su falta de cooperación).
- El objetivo explota de ira.
- Te relacionas con una sensación constante de molestia, impaciencia y disgusto.
- El objetivo tiene que reorganizar sus planes o prioridades debido a su falta de fiabilidad.
- Pierdes dinero por sus decisiones.
- Cuando amigos, familiares o asociados concluyen que usted lleva demasiado equipaje personal debido a su angustia constante.
- Cuando su reputación sufre a medida que se corre la voz sobre sus luchas.
Es crucial recordar que los narcisistas pasivo-agresivos están jugando deliberadamente contigo a juegos mentales y que son ellos quienes establecen las reglas de enfrentamiento. Cualquier interacción con ellos se inclinará a su favor porque saben que las relaciones requieren un compromiso conjunto con el civismo, aun cuando ellos sigan desinteresados en el civismo.
En otras palabras, recuerda: el narcisista pasivo-agresivo siempre gana.
Sabiendo cuán comprometido puede estar el narcisista con sus crueles juegos, puedes sentirte desinflado y derrotado. ¿Pero qué pasaría si decidieras tomar un camino diferente? ¿Qué pasaría si decidieras que ya no vas a entrar en los juegos del narcisista? En ese sentido, se puede concluir: “Está bien. El narcisista puede ser declarado ganador, pero la conclusión es… no me importa. ¡No estoy dentro del concurso!
Los narcisistas se relacionan con las personas con el propósito de derrotar al otro. Ésa es una verdad triste y lamentable. Por lo tanto, si quieres mantenerte estable emocionalmente, tu mejor recurso será mantenerte lo más lejos posible de esa persona. Puede que lleve tiempo desenredarlo, pero conviértalo en su objetivo. No hagas que tu tarea sea reformar al narcisista. Recuerde que, con el tiempo, podrá hacerlo bien sin la cooperación o el respaldo de esa persona.
Eres una persona libre y con buena mente, mientras que el narcisista es una persona autoritaria que desea menospreciarte. Esa no es una combinación que alguna vez funcione. Elija un camino separado, y cuando, como era de esperar, el narcisista pasivo-agresivo se queje de usted, su respuesta puede ser: «Ya no voy a dejarme arrastrar».
Para ver la versión en video de este tema, haga clic aquí.
~ Dra. Les Carter