La caza de brujas moderna está viva y coleando. |

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Nota del autor: este artículo se inspiró en la caza de brujas de Melanie Ann Layer durante una reciente entrevista de radio donde fue invitada a hablar sobre la compra de una de las propiedades más caras de Montreal con sólo 33 años de edad. En lugar de ser celebrada por este asombroso logro, se cuestionaron sus credenciales y se escudriñó su capacidad como líder extraordinaria.

Podríamos sentir como colectivo que la sociedad ha recorrido un largo camino en comparación con nuestro pasado ancestral, y cuando miro mi iPhone, es fácil estar de acuerdo con esa creencia.

Por eso, con la más profunda decepción he sido testigo de que la caza de brujas moderna está viva y coleando, incluso en 2021.

Los aldeanos de antaño han cambiado sus horcas por los medios de comunicación y la calumnia, manteniendo vivos y coleando los días de la caza de brujas. Esos días no han quedado atrás cuando se trata de mujeres con poder.

Las mujeres poco convencionales siempre han incomodado a la sociedad. Mujeres con conocimiento y poder aún más.

Esta nueva ola de caza de brujas no está dirigida sólo a las “brujas”, sino que está dirigida a mujeres que no son convencionales. Empresarios que no se rigen según las reglas establecidas, que no se ajustan a los estándares no escritos de lo que la sociedad ha afirmado que es aceptable para el casillero en el que los colocó.

Sin embargo, esta vez, mientras experimentamos las profundas heridas de la caza de brujas, también cargamos con la profunda desconfianza y las heridas colectivas de las pasadas cacerías de brujas, que hundieron a la humanidad en la ignorancia de la “Edad Oscura”.

Ésta es la herida de la bruja; todos llevamos su pesada carga.

Al igual que las cazas de brujas originales, estas cazas de brujas modernas se rigen por el miedo, la desconfianza y las acusaciones, y el núcleo no ha cambiado en cientos de años. En el centro sigue pudriéndose la vieja ignorancia.

Cuando alguien no puede entender cómo alguien ha hecho algo, en lugar de despertar la curiosidad, la desconfianza asoma su cabeza entre los no curados. «¡Debe ser una estafa!» el ego grita desde atrás; llega al primer plano de la mente, donde se construyen en rápida sucesión historias sobre cómo no es legítimo.

Cuando la herida de la bruja no está tan curada en el colectivo de la humanidad, estas mujeres poco convencionales se convierten en el objetivo. Están despojados de su inteligencia. Se intenta robarles su poder y se pone en duda su conocimiento. Y lo peor de todo es que están preparados para fracasar por los vendedores ambulantes del status quo.

Debemos recordar que estas mujeres poco convencionales son nuestras madres, hermanas, hijas, amigas y vecinas. No debemos permitir que la historia se repita porque un juicio mediático para una sola de estas mujeres es un juicio para todos nosotros.

Las mujeres poco convencionales cambian el mundo. Siempre han cambiado el mundo. Su pérdida en este planeta es lo que nos sumió en la Edad Media, un período de la historia llamado así porque se sabe muy poco sobre él. Se escribió muy poco en ese momento porque la iglesia controlaba la narrativa, quemaba libros, robaba a la sociedad el conocimiento y las mujeres no convencionales eran su objetivo número uno… también las quemaban.

Las mujeres con poder y conocimiento fueron sistemáticamente limpiadas en un “matricidio” que se extendió por todo el mundo occidental y más allá. Durante esta época, mujeres como Juana de Arco fueron quemadas, menospreciadas y asesinadas de innumerables maneras después de enfrentar pruebas imposibles; si se ahoga, no es una bruja y será perdonada en el más allá. Situaciones imposibles de ganar, en nombre de lo que era “bueno” y “verdadero”.

Hoy en día, las mujeres poderosas enfrentan juicios por parte de los medios de comunicación, lo que moviliza a una turba ignorante y temerosa para que se someta al status quo.

La limpieza se realiza rechazando los increíbles logros de estas mujeres evitándolas en los medios de comunicación. A menudo se lanza una campaña de insultos (deshumanizando a cualquier mujer que ya no sigue la narrativa que “debería”). La historia parece no habernos enseñado nada. Nunca se perpetró ninguna guerra, genocidio o injusticia contra población alguna sin una campaña de deshumanización primero.

Vivimos en una sociedad donde algunos creen que está bien herir primero a algo que ha sido deshumanizado, como una “bruja”, una “perra” o una “estafadora” (por enumerar algunos de los nombres que han recibido las mujeres poco convencionales). Es curioso que a nosotros, cuando éramos niños, nos enseñaron a temer a las brujas, no a las personas que quemarían vivos a los humanos.

Pero al fin y al cabo, sólo una pregunta es verdaderamente importante:

Quien es en todo esto?

¿El partidario de lo poco convencional, dispuesto a apoyar a aquellos que no siempre encajan en la narrativa?

¿O eres tú el que tiene una profunda desconfianza y deja que tus propios traumas no curados hablen por ti?

¿O eres el no tan inocente “aldeano” que finge ser un espectador cuando no decir nada te convierte en cómplice de uno de los mayores crímenes de la humanidad: la caza de brujas?

¿No es hora de que curemos esta herida colectivamente?

La herida de bruja te afecta si:

>> Tienes miedo de exponerte.
>> Tienes miedo de decir tu verdad.
>> Te impides ser visto.
>> Desconfías de las mujeres con poder y conocimiento.
>> Si alguna vez te has sentido perseguido o has tenido miedo de ser perseguido.
>> Solo necesitas un certificado más, una credencial más, solo un documento oficial más para validarte a ti y a tus habilidades en el mundo, pero nunca es suficiente.
>> Proyectas tu miedo a “la bruja” en mujeres que hacen cosas extraordinarias y se apresuran a etiquetarlas de una manera deshumanizante.
>> Tienes miedo de expresar opiniones poco convencionales.
>> Tienes miedo de la mafia.

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