Intimidad en las relaciones: tipos, obstáculos y cómo construir

La intimidad es una sensación de cercanía y conexión que trasciende el contacto físico y puede traer comprensión emocional, mental y espiritual a cualquier relación.

La intimidad no es solo el pegamento que te mantiene conectado con los demás, sino la atmósfera de cercanía que desarrollas con las personas especiales en tu vida.

A veces, la intimidad es solo un eufemismo para «sexo», pero tiene un significado más distinto. Si bien la intimidad es parte de lo que hace que muchas relaciones sexuales funcionen, también puede encontrarla en las conexiones con familiares y amigos cercanos.

La intimidad no siempre surge de forma natural y puede llevar tiempo y práctica desarrollarla. Si siente que una relación actual carece de intimidad, es posible aprender cómo construirla y nutrirla, creando una relación más satisfactoria para todos los involucrados.

Una forma de definir la intimidad es como un ciclo positivo de toma y daca que involucra a cada persona en la relación.

Cada persona ayuda a fomentar las condiciones, como calidez, confidencialidad y comprensión, que les permiten ser vulnerables y auténticos entre sí, aumentando la cercanía de la relación.

Esto es sobre lo que a menudo se construye la intimidad:

Calor

La calidez es clave para la intimidad en las relaciones. Ayuda a crear un ambiente psicológicamente seguro, invitándote a bajar las defensas.

El calor puede verse como:

  • amabilidad
  • sensibilidad
  • empatía
  • consideración
  • comprensión

Confidencialidad

Es natural sentir una necesidad autoprotectora de mantener algunas partes de ti mismo (partes del cuerpo, pensamientos o emociones) ocultas a la mayoría de las personas con las que interactúas.

Cuando la confidencialidad se establece en una relación de confianza mutua, puede permitirte sentirte emocionalmente seguro. Esto puede conducir a compartir las partes de ti mismo que en su mayoría guardas para ti, lo que contribuye a la intimidad.

Vulnerabilidad

La vulnerabilidad en las relaciones significa exponer partes sensibles de uno mismo a la otra persona, como:

  • sueños y fantasías que temes que los demás no entiendan
  • ambiciones y esperanzas para su futuro
  • momentos pasados ​​de vergüenza o vergüenza

Ser vulnerable puede dar miedo, y conlleva cierto riesgo: la vulnerabilidad puede exponerlo a la crítica y el rechazo. Si la seguridad está bien establecida en una relación, puede facilitar la vulnerabilidad, lo que aumentará la intimidad.

Autenticidad

La autenticidad te permite mostrar a otra persona tu yo completo y complejo.

Aunque la autenticidad es un rasgo a menudo celebrado, no siempre es fácil. El problema de ser auténtico a menudo tiene sus raíces en experiencias pasadas de rechazo o miedo a ser rechazado.

Al igual que la vulnerabilidad, la autenticidad puede parecer difícil porque te expones a juicios potencialmente negativos. Tiene sentido preocuparse por cómo te perciben los demás; tu interpretación de estas percepciones puede desempeñar un papel clave en la configuración de tu personalidad.

Cercanía

Cuando eres capaz de ser vulnerable y auténtico, construyes la cercanía que es clave para la intimidad. Las señales de que has alcanzado este nivel de cercanía en una relación incluyen:

Se puede tener intimidad en más de una forma. Cuantos más tipos de intimidad comparta con alguien, más cerca se sentirá en general.

Si bien una relación romántica no necesariamente necesita todos estos tipos de intimidad para tener éxito, muchas relaciones prósperas han establecido múltiples formas de intimidad.

La calidad y la profundidad de la intimidad que experimentas también pueden hacer que la relación sea más gratificante.

Estos son los cinco tipos de intimidad:

  • Físico. La intimidad física es lo que muchas personas imaginan al escuchar la palabra “intimidad”. Implica sexo, pero también incluye otras formas de contacto físico como abrazos, tomarse de la mano e incluso compartir el espacio personal.
  • Emocional. La intimidad emocional implica dejar espacio para los sentimientos de otra persona, validar su experiencia emocional o estar allí para una sesión de desahogo cuando ha tenido un mal día.
  • Experimental. Esta forma de intimidad menos conocida se puede formar entre personas con experiencias compartidas. Por ejemplo, puede tener intimidad experiencial con un compañero de trabajo, un amigo con el que trabaja como voluntario o su hijo mientras crea un proyecto de arte.
  • Espiritual. La intimidad espiritual generalmente involucra experiencias espirituales o religiosas compartidas. Un estudio de 2016 incluso cita la intimidad espiritual como un predictor clave del éxito matrimonial. La intimidad espiritual puede referirse a cómo le das sentido y percibes las fuerzas más allá de lo físico.
  • Intelectual. También llamada intimidad cognitiva, este tipo de intimidad puede generar sentimientos de comprensión mutua a través de pensamientos, opiniones e ideas compartidas. Puede involucrar discusiones filosóficas o hablar sobre intereses o pasatiempos.

Ciertos rasgos y experiencias pueden hacer que sea más difícil abrirse y acercarse a las personas, incluso cuando lo desea.

El miedo a la intimidad se ha relacionado con una menor vulnerabilidad y con compartir sobre uno mismo.

Los rasgos y experiencias que obstruyen la intimidad pueden incluir:

  • Falta de confianza. La dificultad para confiar en los demás a menudo surge cuando su confianza ha sido traicionada antes: considere experiencias de infidelidad, violencia de pareja íntima o abuso infantil. Los bajos niveles de confianza en los demás se han relacionado con la soledad.
  • Apego inseguro. Su estilo de apego crece a partir del vínculo que tuvo con sus primeros cuidadores. Puede dificultar la intimidad si se trata de un apego inseguro, es decir, evasivo, ansioso o desorganizado.
  • Comunicación poco clara. La intimidad puede volverse más difícil si tiene dificultades para comunicarse con un ser querido. Los obstáculos comunes de comunicación incluyen hacer suposiciones, leer la mente y obstruir.
  • Crítica. En las relaciones constructivas, puede ser útil que una pareja o un amigo lo confronte amablemente sobre las áreas en las que puede crecer. Pero cuando la crítica motivada por el desprecio vuela entre tú y otra persona, puede hacer que mantengas tus defensas altas, dejando menos espacio para la vulnerabilidad.
  • Problemas de salud mental. Los problemas específicos de salud mental, como la ansiedad, la depresión, los trastornos de la personalidad, los trastornos alimentarios o el uso de sustancias, pueden dificultar la confianza, la comunicación y la conexión con los demás.

Construir una intimidad profunda implica crear un entorno en el que ambas personas se sientan seguras siendo ellas mismas y compartiendo sus pensamientos y sentimientos. También requiere que ambas personas estén emocionalmente disponibles.

Puedes hacer esto por:

Aprendiendo cómo se conectan

Comprender cómo tu amigo o pareja expresa amor puede ayudarte a determinar cómo conectarte con ellos. Por ejemplo, es posible que tenga una pareja que se sienta más conectada con mucho contacto físico, mientras que su amigo podría prosperar con las experiencias compartidas.

Mostrando aprecio

La gratitud es el nombre del juego aquí. Compartir lo que aprecias de otra persona comunica que notas el esfuerzo que pone en la relación, lo que puede acercarte más.

Hacer preguntas que despierten una conversación más profunda

Puede usar una variedad de formas de iniciar la conversación para profundizar sus conexiones intelectuales, espirituales o emocionales.

Hacer espacio para las experiencias compartidas

Compartir experiencias con otra persona es una excelente manera de construir una intimidad experiencial. Intentar:

  • ofrecerse como voluntario para apoyar una causa que a ambos les importa
  • tomar una clase para aprender juntos una nueva habilidad, como bailar, andar en motocicleta o alfarería
  • planificar y emprender una aventura juntos, como un viaje de mochilero

Identificar y compartir emociones.

Por varias razones, desde que lo criaron padres con una conciencia emocional limitada o un trauma previo, es posible que no pueda acceder fácilmente a sus emociones.

A través de la terapia o la práctica personal, es posible tomar más conciencia y nombrar tus emociones, lo que facilita compartirlas en una relación íntima.

Convertirse en un gran oyente

Escuchar es tan importante en las relaciones íntimas como compartir. La escucha activa es una excelente manera de ayudar a que la persona que comparte se sienta escuchada, comprendida y tal vez incluso menos sola.

Ser un mejor oyente en una relación también puede ayudar a que otra persona se sienta aceptada, lo que lleva a una mayor cercanía.

Probando la terapia de pareja

En las relaciones románticas, trabajar con un terapeuta de pareja puede ayudar a que ambas personas profundicen su vínculo y superen los obstáculos para diferentes tipos de intimidad. También es posible que desee considerar un terapeuta familiar para familiares o amigos cercanos.

La intimidad es una sensación de confianza y comodidad que estableces con otra persona. Existe en muchas formas y puede desarrollarse en varias relaciones, no solo sexuales o románticas. Es la calidad de las relaciones que implica vulnerabilidad y cercanía.

Si la intimidad no es fácil, es posible usar estrategias como la escucha activa, la gratitud, la conciencia emocional e incluso la terapia para hacer que sus relaciones sean más profundas y cercanas.

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