Los IMAO fueron los primeros medicamentos utilizados como antidepresivos. Sin embargo, existen alternativas modernas con menos efectos secundarios.
Para ayudar a las personas con depresión a controlar mejor sus síntomas, los médicos y psiquiatras han estado buscando durante mucho tiempo opciones de tratamiento eficaces, incluido el desarrollo de medicamentos antidepresivos.
La depresión es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, y solo en los Estados Unidos, 19,4 millones de adultos han experimentado al menos un episodio depresivo mayor.
Los inhibidores de la monoaminooxidasa, conocidos como inhibidores de la MAO o IMAO, fueron la primera clase de antidepresivos que se desarrollaron.
Desde entonces, otras clases de medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), se han convertido en opciones de tratamiento más populares, porque los IMAO tienden a tener más efectos secundarios y requieren restricciones dietéticas.
Hoy en día, los médicos suelen recetar IMAO solo cuando otros medicamentos no han tenido éxito. Aún así, puede ser una opción de medicación eficaz para algunos.
El primer IMAO, iproniazida, se introdujo en 1958 como antidepresivo.
Los IMAO funcionan inhibiendo (o bloqueando) la función de una enzima llamada monoamino oxidasa, que está involucrada en el estado de ánimo.
Este medicamento pareció ayudar a las personas con depresión mejorando su estado de ánimo, haciéndolas sentir más felices y ayudándolas a estar más alerta. Sin embargo, con el tiempo se demostró que causaba daño hepático grave y se suspendió su uso.
Aunque ya no se usa, este descubrimiento de una nueva forma de tratar la depresión llevó a los investigadores a desarrollar otros medicamentos, incluidos los antidepresivos IMAO modernos como la isocarboxazida y la fenelzina, que tienen efectos secundarios menos graves.
Los IMAO se desarrollaron para tratar la depresión, pero también pueden ayudar a tratar el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social y otros trastornos de ansiedad.
Los médicos también pueden recetarlos para tratar los síntomas de:
Los IMAO también están aprobados para controlar episodios depresivos en el trastorno bipolar.
Un tipo de IMAO, la selegilina, se usa para tratar la enfermedad de Parkinson.
Los IMAO ya no se consideran la primera opción para tratar la depresión. En cambio, los IMAO generalmente solo se prescriben para la depresión resistente al tratamiento o cuando todas las demás clases de medicamentos no tienen éxito.
Los tipos de IMAO aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en la actualidad incluyen:
Una enzima llamada monoaminooxidasa existe naturalmente en el hígado, los tejidos nerviosos, los pulmones y el tracto gastrointestinal.
Esta enzima desempeña varias funciones en su cuerpo, incluida la de ayudar a que sus neuronas funcionen correctamente y descomponer las sustancias químicas del cerebro (neurotransmisores) que están involucradas en el estado de ánimo, que incluyen:
Los IMAO, como su nombre indica, inhiben la monoaminooxidasa. Esto limita la capacidad de la monoaminooxidasa para eliminar los neurotransmisores, lo que finalmente deja más de ellos presentes en el cerebro.
Si bien no existe una causa concluyente de la depresión, muchos creen que está asociada con niveles bajos de ciertos neurotransmisores, y al aumentar los niveles de neurotransmisores en el cerebro, puede ayudar a aliviar algunos síntomas de depresión.
Los IMAO tienen una variedad de posibles efectos secundarios.
La monoaminooxidasa no solo afecta a los neurotransmisores, sino que también eleva los niveles de tiramina en el cuerpo, una sustancia química que ayuda a regular la presión arterial. Entonces, cuando los IMAO afectan esta enzima, puede aumentar su presión arterial.
Si toma un IMAO, su médico controlará cuidadosamente su presión arterial durante todo el tratamiento.
Además, debido a que el IMAO permitirá que la tiramina se acumule en su cuerpo, deberá seguir algunas restricciones dietéticas para minimizar los riesgos de problemas de salud graves debido a los niveles más altos de tiramina.
Cuando tome IMAO, su médico le aconsejará que evite cualquier alimento que esté añejado, incluidos:
- carnes curadas o envejecidas, como salami
- quesos añejos, como brie, cheddar o queso azul
- restos de comida de tu nevera
- Chucrut
- todas las nueces
- salsa de soja
- productos fermentados
- alcohol
- frutas secas
- tofu
Otros posibles efectos secundarios de los IMAO incluyen:
- náuseas
- inquietud
- somnolencia
- problemas para dormir
- mareo
- problemas digestivos, como diarrea o estreñimiento
- boca seca
- aumento de peso
- hinchazón (edema)
- reacciones en la piel si se usa el parche
- espasmos musculares
- disfunción sexual
Las personas que toman IMAO, junto con otros antidepresivos, pueden tener una mayor probabilidad de desarrollar el síndrome serotoninérgico. El riesgo aumenta si toma otros antidepresivos o la hierba de San Juan al mismo tiempo.
El síndrome serotoninérgico es una emergencia médica y puede causar:
- fiebre
- latidos cardíacos irregulares o rápidos
- confusión
- pupilas dilatadas
- inconsciencia
Los IMAO también interactúan con una serie de otros medicamentos, por lo que es importante informar a todos los profesionales de la salud (incluido su dentista) si está tomando un IMAO, especialmente si tiene una de las siguientes afecciones médicas:
- hipertensión
- cardiopatía
- diabetes
- trastornos convulsivos
- nefropatía
Los IMAO son solo un tipo (o clase) de antidepresivos. Desde la década de 1950, los médicos comenzaron a usar un número creciente de medicamentos para tratar la depresión.
Otras clases de antidepresivos incluyen:
Recientemente, dos tipos de ketamina, la ketamina racémica y la esketamina, obtuvieron la aprobación de la FDA para personas con depresión resistente al tratamiento y depresión mayor.
Los IMAO ocupan un lugar en la historia de los tratamientos de salud mental como el primer tratamiento farmacológico eficaz para la depresión. Pero como la mayoría de las cosas en la ciencia y la salud mental, investigaciones posteriores descubrieron opciones de tratamiento más nuevas y seguras a partir de los cimientos que construyeron los IMAO.
Si su médico o profesional de la salud mental cree que puede beneficiarse de un IMAO, los chequeos regulares se asegurarán de que esté manteniendo su presión arterial y sus niveles de tiramina.
Aunque los IMAO no son tan comunes hoy en día, aún pueden ser una alternativa muy efectiva y beneficiosa para las personas que viven con depresión.